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    » Diario Cordoba

    Fecha: 02/07/2024 01:15

    La desastrosa actuación del presidente Biden en el primer debate presidencial de la carrera electoral no solo ha puesto de manifiesto una vez más la senilidad de Joe Biden, sino que tanto él como su rival y ex presidente Donald Trump, se necesitan mutuamente: tanto uno como otro tienen las mejores posibilidades de ganar con el reparto actual. No es difícil imaginar que el Partido Republicano tendría mejores perspectivas con otro candidato más joven y sin los lastres políticos de Trump. Para Biden, sería mucho más difícil ser reelegido si los republicanos presentan una cara nueva. Otro tanto le ocurre a Trump: los votos indecisos que ahora le apoyan, a falta de un candidato viable en el Partido Demócrata, podrían huir hacia un aspirante capaz de mantener un discurso coherente y con un buen historial reciente. Otros artículos de Diana Negre Tribuna abierta Irán prefiere a Biden TRIBUNA ABIERTA ¿La hora de Kamala? Ambos partidos tienen personajes que podrían substituir a los candidatos actuales, pero Trump los eliminó a todos como ya hizo en las elecciones de 2016, mientras que a Biden no se le opone nadie. La primera reacción en las filas demócratas, minutos después de comenzar el debate de la semana pasada, fue recomendar la retirada de Biden y la búsqueda de un nuevo candidato, pero esta actitud se va esfumando rápidamente a medida que aparecen figuras de gran peso en el partido que prefieren mantenerlo en la carrera electoral. Es difícil saber si el apoyo a Biden se debe a un sentimiento de fidelidad, a la esperanza de que pueda imponerse por segunda vez a Donald Trump, o a las dificultades de calendario para cambiar de candidato en un momento tan avanzado de la campaña. Teóricamente, ambos partidos pueden elegir a su aspirante a la presidencia hasta el día de la convención electoral, que será a mediados de agosto para los demócratas y en julio para los republicanos, pero la práctica es algo más complicada porque todos los posibles rivales han quedado apartados de la carrera electoral y algunos temen que la búsqueda de un nuevo aspirante suma al Partido Demócrata en un caos peor que el que pueda causar la senilidad de Biden. Entre tanto, el actual presidente y su mujer no dan muestra alguna de querer retirarse, pues Biden se lanzó inmediatamente a los viajes electorales que tenía programados y no escatimó ocasión alguna para fulminar contra su rival republicano Donald Trump. Las encuestas, entre tanto, parecen dar la razón a quienes temen la candidatura de Biden, pues una mayoría clara, superior al 70%, expresa dudas de que Biden tenga las facultades mentales necesarias para el cargo. Trump sale mejor parado en esa misma encuesta, pero tampoco como para echar a volar campanas, pues tan solo confía en sus dotes mentales poco más del 50%. Dentro y fuera de Estados Unidos la gente se pregunta cómo es posible que un país desarrollado de 350 millones tan solo consiga llevar a las urnas a candidatos tan problemáticos en ambos partidos. Mientras los norteamericanos buscan una respuesta, parece clara la debilidad de las instituciones políticas en que el país ha confiado desde su nacimiento. Todavía es posible que uno, o ambos partidos, busquen mejor candidato, pero de momento la inercia y las conveniencias de diferentes grupos dentro de cada partido parecen cerrar el camino a este cambio que será prácticamente imposible si no se realiza antes de las convenciones electorales de este verano. Suscríbete para seguir leyendo

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