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  • Portugal avanzó a los cuartos con un Diogo Costa invencible que atajo tres penales

    » La Prensa

    Fecha: 01/07/2024 23:24

    Leipzig (Alemania) - De las lágrimas por errar un penal en tiempo suplementario, a las risas después de ganar a Eslovenia en la tanda de penales, Cristiano Ronaldo tendrá una vida extra más en la Eurocopa gracias a la gran actuación del arquero Diogo Costa, que reinó en la tragicomedia de su compañero después de parar tres penas máximasy de salvar un mano a mano ante Sesko en el último instante de la prórroga. Cristiano se vio eliminado de la Eurocopa durante muchos minutos. Oblak, un muro impenetrable, otro arquero que merece un monumento, frenó todos sus intentos. El más intenso, en la primera parte del suplementario, provocó el llanto del inagotable futbolista portugués, que no contuvo sus emociones después de fallar un penalti que habría evitado la lotería posterior desde los once metros. Pero ahí apareció Diogo Costa, para rescatar a su compañero, que después se atrevió de nuevo con una pena máxima que, esta vez, no erró. Como en los anteriores duelos, Cristiano volvió a sacar a la luz su ansiedad. Aún no ha aplacado su voracidad insaciable durante la Eurocopa y necesita celebrar un gol para calmarse. Es absolutamente necesario, porque si no le va a dar un ataque. Contra Eslovenia, desde el primer segundo, demostró con un exceso de histrionismo que quiere convertirse en el jugador de más edad en marcar en toda la historia del torneo. Esas prisas y ese anhelo quizá contagió a Portugal, en exceso revolucionado y siempre con la quinta marcha puesta. No había pausa alguna. Todo funcionaba con demasiadas revoluciones. Eslovenia, sostenida en su esquema defensivo, consiguió aguantar en la primera parte los intentos de los lusos y sólo inquietó a Portugal con un disparo de Sesko al límite del descanso. Salió con vida y sin goles en contra porque su rival anduvo con la puntería desviada. En ocasiones, no recibió castigo por los milímetros que le faltaron a Cristiano para rematar de cabeza dos intentos clarísimos; también, porque el atacante portugués mandó por encima del arco, muy cerquita, un tiro libre desde el borde del área; y Palhinha, sobre la bocina, cerró el carrusel de oportunidades con un remate que besó el palo de Oblak. El paso por la caseta tranquilizó a Portugal, que abandonó su locura inicial por un juego más pausado que tampoco funcionó. Solo Joao Cancelo, insistente y desequilibrante por la derecha consiguió generar algo dentro del entramado defensivo de Eslovenia, muy segura en su parcela de juego y a la espera de un contragolpe que por los pelos no llevó a buen puerto Sesko, que lució su poderío en velocidad ante Pepe para fallar frente a Diogo Costa. Roberto Martínez buscó la solución con Diogo Jota y sin Vitinha, a quien sacó del terreno de juego para afrontar la última media hora. Cristiano, mientras, seguía entretenido en su mundo, intentando todo con cierto punto de egoísmo acaparando faltas: las lejanas, las cercanas, las escoradas a la izquierda o a la derecha. Todas, menos una que por lo menos fue contra el cuerpo de Oblak, mal lanzadas. Y al final, cuando tenía que marcar, no marcó: en el minuto 89, delante de Oblak, volvió a mandar la pelota contra el eficiente portero de Eslovenia. Tocaba afrontar una prórroga que seguramente Portugal no esperaba. El plan de Eslovenia seguía en pie, sólo que ahora tocaba alargar el duelo hasta los penaltis con dos equipos que tenían el miedo metido en el cuerpo ante cualquier error y por eso no ocurrió nada hasta la tragedia de la noche. Diogo Jota provocó un penalti dudoso y Cristiano, por fin, vio la luz al final del túnel con una oportunidad única. Agarró la pelota, nadie más podía lanzar el penal, y se lo contuvo Oblak. Entre lágrimas, se marchó al descanso de la prórroga. Se mascaba la tragedia para Portugal. Su madre, en el palco, también lloraba desconsoladamente. Sus compañeros besaban y abrazaban a un ídolo que parecía caído y que estuvo a un paso de ni siquiera alargar el partido hasta los penaltis. Diogo Costa dio otra bola de partido a Cristiano con una parada decisiva en un mano a mano ante Sesko, el segundo que falló en un choque que se resolvió en los penales. En ellos, otra vez, el arquero de Portugal apareció para detener los lanzamientos de Drkusic, Balkovec y Verbic. Entonces, Cristiano, respiró aliviado, calmó su ansiedad y Francia espera en cuartos de final. (EFE)

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