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Buenos Aires » AmbitoWeb
Fecha: 01/07/2024 17:23
Falasconi es autor y director junto a Rubén D´Audia de "El Huemul de la Patagonia" que se presenta hace 17 años en diferentes salas y debutó en el Politeama, con funciones los sábados y todos los días en vacaciones. “Vemos a los chicos igual que hace 20 años, pero nuestra obra tampoco cambió, no pusimos pantallas led ni realidad aumentada”, dice Silvio Falasconi , autor y director de “El Huemul de la Patagonia”, que luego de 17 años de funciones en el circuito alternativo y centros culturales llega al Teatro Politeama, con 15 artistas y una banda de rock en vivo. La obra combina humor, misterio, magia y propone conceptos que destacan el cuidado del medio ambiente, la flora, la fauna y la conservación de aquellas especies en peligro de extinción como el Huemul. Se presenta los sábados a las 15 y todos los días en vacaciones de invierno. Conversamos con Falascioni. Silvio Falascioni: En la obra el huemul cuenta en primera persona que no conoció a su mamá y que siempre anduvo solo, que le encantaría encontrar una novia y eso genera amor incondicional y ganas de ayudarlo. Creo que hasta engancha más que sea con animales que con personajes humanos. Recuerdo perfectamente el olor y la conmoción que me causaban los animales cuando vivía en Junín, hace 45 años, y era un niño que iba al circo con animales, en un baldío cercano. Elefantes, leones. Teatro con animales no vi, me tocó hacer esta historia del huemul que me llevó ahí. Él es su protagonista junto con una cachorra y dos vegetales. Los chicos empatizan inmediatamente porque entre la imagen del huemul y su mascota no hay diferencia. Así como la antipatía con la domadora y el cazador también es inmediata. P.: ¿Cómo es hacer hoy teatro independiente? S.F.: Esta situación de hoy es angustiante y se refleja en el mundo. Recuerdo épocas complejas del teatro independiente pero había una ventana, íbamos a algún festival o gira. Ahora todo es carísimo, los pasajes, la realización sea el hierro, la tela, y el poder es adquisitivo bajo. Se está haciendo muy difícil hacer teatro independiente. Tenemos un teatro en Villa Ruiz a 90 km de Buenos Aires, en San Andrés de Giles. Ahí ensayamos, producimos escenografía y tengo muy claro lo difícil que es hoy llevar adelante la vida a partir del teatro, pocos lo pueden hacer. Hubo épocas peores sí, pero entiendo también que es indestructible el teatro independiente. Es una batalla ganada. La gente que quiero y respeto hacen teatro al precio que se tenga que pagar. Es de un coraje y entrega comparable con un equipo de futbol amateur en plena competencia. Traigan plata que talento sobra. El teatro independiente renace en los peores contextos y aparecen historias increíbles, la pandemia es un ejemplo. Mermaron los cuidados y automáticamente florecieron miles de obras. No es justo que semejante arte no tenga el apoyo estatal que merece. Huemul de la Patagonia 15.jpg P.: ¿Cómo son hoy y como eran los niños y niñas que asisten a las funciones? S.F.: No cambiaron y lo que pasa en el teatro no cambió. Cambiamos nosotros, que cuando empezamos éramos más roqueros y ahora tal vez más artísticos. En un principio era la energía humana y el volumen y ahora la delicadeza, la actuación, los colores, la música. Hemos madurado mucho. La compañía cambió y mejoramos artísticamente, pero los niños siempre fueron iguales, no veo diferencia. Las mismas orejitas de la cachorra se venden hoy hechas por las mismas manos, las canciones son las mismas, las interacciones entre público y artistas sigue siendo igual. Quizá seguimos haciendo el mismo teatro con algunas mejoras y eso hace que se mantengan las condiciones. Si hubiéramos puesto pantalla led, realidad aumentada o QR hubiéramos notado cambios. Me gusta eso pero no sabemos cómo se hace. El teatro sigue siendo como hace 2000 años. P.: ¿Cómo se sostiene una obra durante casi veinte años? S.F.: No sé si hay una fórmula o método para sostener una historia y una compañía por tanto tiempo. Nos gusta mucho hacer lo que hacemos desde el día 1. Hay amor por la historia y los personajes que cada uno interpreta. Hubo épocas de no ganar un peso y la hacíamos igual. En otras, hubo condiciones inaceptables y lo hacíamos igual. Hay amor por la historia que nos termina llevando hacia adelante. Con el tiempo se fue transformando en una plataforma de trabajo en común. Del elenco y equipo se fueron abriendo nuevos espacios y proyectos. Somos bichos de producción de teatro, nos metemos a hacer todo, por ejemplo, hice la escenografía de “Hipervínculo” de Feldman. Somos una plataforma donde nos encontramos, somos felices y lo dejamos todo, eso siempre fue igual. Nunca nadie hizo una función sin ganas o sin poner el corazón. Ahí está la formula de por qué seguimos.
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