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  • El primer modesto gol de Mondino: no comerse el amague de Bolivia

    » Cadena3

    Fecha: 01/07/2024 16:51

    Adrián Simioni Ayer por la tarde el expresidente Evo Morales tiró una bomba por Twitter, o X. Dijo lo que muchos sospechan: que en Bolivia no hubo ningún intento de golpe de Estado sino que su exdelfín, el actual presidente Luis Arce, intentó dar un autogolpe para instaurar una junta militar y evitar que él, Evo, vuelva a ser presidente. O sea que no había ningún golpe sino una escenificación cuya única explicación es la pelea sanguinaria dentro del propio partido gobernante para disputar quién competirá por ser el próximo presidente. Todo esto sucede en medio de una crisis económica sin precedentes desde 2006. Literalmente, a Bolivia se le acabó el gas que Evo –y Arce como su ministro de Economía- cuyos altos precios durante el boom de los commodities habían aprochado –como el kirchnerismo hizo con la soja- para eternizar a su partido en el poder. La declaración de Evo deja pagando a los gobiernos bolivarianos de América latina que salieron a cabecear con la velocidad de Di María. Repudiaron el golpe como si estuviéramos en la década del ’70, pero se comieron el amague. La orgullosa Itamaraty, la Cancillería brasileña, le hizo hacer un papelón a Lula, quien anunció un viaje a Bolivia para “fortalecer la democracia”. El colombiano Gustavo Petro expresó un “total rechazo al golpe militar”, que dio por hecho. El chileno Gabriel Boric apoyó “al gobierno legítimo de Luis Arce”, el mismo que, según su socio Evo, se estaba dando un autogolpe. El mejicano López Obrador felicitó al presunto autogolpista por “responder muy bien”. Lo mismo dijo de “el pueblo que rechazó el golpe”. El venezolano Nicolás Maduro arengó: “¡Viva el pueblo de Bolivia, que viva Lucho (Arce), que viva Evo!”. Que vivan los dos que están desestabilizando al país boliviano. Se debe sentir un payaso luego de cantar: “Alerta, alerta que camina, la espada de Bolívar por América Latina” en un acto. Maduro incluso ya sabía quién estaba detrás: la embajada de Estados Unidos. Curiosamente, la que mejor zafó fue la cancillería argentina en manos de Diana Mondino. Muchos la criticaron ese día por haber dicho algo varias horas después que los demás. Y por la moderación: “Argentina reafirma la defensa irrestricta de la democracia en la región y repudia las movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército boliviano y expresa su firme apoyo al Estado de Derecho”. No se comió el amague. Ayer, la Presidencia argentina sacó pecho: repudió la “falsa denuncia de golpe” y dijo que “gracias a los reportes de inteligencia nuestro gobierno mantuvo la calma” frente a un “relato que era poco creíble”. Y aprovechó para decir que “la democracia boliviana está en peligro no por un golpe militar, sino porque históricamente los gobiernos socialistas derivan en dictaduras”. Tal vez no haya sido por “reportes de inteligencia” sino por el poco afecto que siente Milei por la cúpula del Mas, el partido de Evo y de Arce, en Bolivia. Lo cierto es que fue un modesto gol de Mondino.

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