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» Diario Cronica
Fecha: 01/07/2024 14:46
lunes 01 de julio de 2024 Los términos “desarrollo”, “desarrollo psicomotor” o “neurodesarrollo”, se utilizan indistintamente para referirse al fenómeno evolutivo de adquisición continua y progresiva de habilidades a lo largo de la infancia, relativas al lenguaje, la cognición, la motricidad, la interacción social y la conducta. El desarrollo es un proceso dinámico y continuo de organización progresiva y compleja de las funciones cerebrales en el que convergen, tanto factores genéticos como medioambientales. Este proceso comienza en el útero y continúa después del nacimiento. Los primeros años de la vida son fundamentales para el desarrollo del niño. El seguimiento del desarrollo durante esos años es de máxima importancia, ya que en esa etapa, el sistema nervioso crece y se desarrolla como en ningún otro momento de la vida y presenta gran plasticidad neuronal. Por este motivo, resulta muy vulnerable a los factores externos nocivos, así como sensible a las intervenciones terapéuticas. Por ello, la intervención temprana repercute en un mejor pronóstico para el niño con dificultades y en beneficio de la calidad de vida de su familia. Actualmente, los trastornos del desarrollo conforman la denominada “nueva morbilidad”. El seguimiento del desarrollo por parte del pediatra permite la identificación oportuna de los trastornos del desarrollo. Esto es de suma importancia para el bienestar de los niños y sus familias, por una variedad de razones: • Previene complicaciones secundarias (ejemplo: detectar a tiempo una hipoacusia y equipar al niño con audífonos o implante coclear, permite evitar un trastorno en el desarrollo del lenguaje). • Disminuye la tasa de deserción escolar a través de la implementación de las intervenciones oportunas para el acceso al aprendizaje. • Mejora la respuesta terapéutica debido a la plasticidad neuronal. • Mejora el rendimiento académico. • Disminuye la posibilidad de desocupación en la vida adulta. • Mejora la calidad de vida del niño y su familia. El seguimiento del desarrollo es parte fundamental del control del niño sano en el consultorio pediátrico. Las pautas del desarrollo pueden aparecer en un periodo variable y existen rangos de edad en los cuales es esperable que estas se alcancen. Existe evidencia sólida que indica que el desarrollo del cerebro es más rápido en los primeros años de vida y que es posible reducir los efectos de las desventajas tempranas en la infancia. Es por esto que la calidad de estimulación, el apoyo y la crianza que un niño recibe en los primeros años de vida son fundamentales para su supervivencia, salud y crecimiento, así como para su desarrollo cognitivo y socioemocional. Para comprender mejor el desarrollo infantil es necesario identificar aquellas acciones concretas que influyan para bien y para mal, y destacar la importancia del microambiente familiar y del microambiente social en el bienestar del niño. Dentro de este marco general y de las leyes nacionales de protección integral de los derechos de niños, niñas y adolescentes, es fundamental acompañar, proteger y apoyar el desarrollo del niño como sujeto de derecho. En este sentido, UNICEF, la OMS y el Banco Mundial propusieron un modelo conceptual de cuidado cariñoso y sensible. Este modelo se basa en cinco componentes: buena salud, adecuada nutrición, oportunidades para el aprendizaje temprano, protección y seguridad, y atención receptiva. La infancia puede considerarse la etapa de desarrollo más importante de todo el ciclo vital posnatal. Es un periodo fundamental en la construcción del ser humano, de sus competencias, habilidades y de su manera de relacionarse con el mundo. Durante la infancia se llevan a cabo importantes procesos de maduración y aprendizaje que son los que permiten interactuar, integrarse y desarrollar al máximo los potenciales como persona. La promoción del desarrollo infantil se ha relacionado con la disminución de dificultades del aprendizaje, problemas de regulación emocional y trastornos del desarrollo, entre otros. Por lo tanto, es fundamental comenzar protegiendo a la infancia si queremos avanzar hacia una equidad e igualdad de oportunidades. Solo de esa manera es posible evitar, desde el inicio, las desigualdades que afectan el proceso de desarrollo psicosocial de los niños. Apoyar el desarrollo de las personas ¨desde el principio¨ y garantizar un cuidado cariñoso y sensible implica desplegar estrategias de trabajo que integren fuertemente el elemento de promoción dentro de sus prácticas. Los pediatras somos parte de un grupo de profesionales que debemos generar y articular estrategias en este sentido.
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