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  • Patricia en el naranjal, poderes mezclados, periodismo voraz y Burlando

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 01/07/2024 13:07

    “Sobre Loan no tenemos nada” Patricia Bullrich, conferencia de prensa en el campo De pronto, la tragedia se abatió sobre un pequeño pueblo de la Provincia de Corrientes, 9 de Julio, que, antes del suceso de la desaparición del pequeño Loan, el noventa por ciento de los argentinos siquiera sabía que existía. Una verdadera desdicha que en poco, poquísimo tiempo, se convirtió en una tragicomedia, dónde las disputas judiciales, políticas y periodísticas, sobrevolaron la humilde zona con el objeto de sacar los mejores réditos para el molino de cada uno. Sobrevuelan sobre el paraje, aves de distinto pelaje, que no trepidan en mostrar sus garras. La virtual invasión que sufre 9 de julio, seguramente no la hubiera tenido si no hubiera mucha tela para cortar, y muchos dólares para contar. Cuánto hay de preocupación por la desaparición de un niño en una zona casi despoblada de Corrientes. Seguro que mucha, muchísima, entre las personas de bien, no tengo porque dudarlo. Pero también advierto que hay muchos, sobre todos los responsables policiales, judiciales, políticos y periodísticos, que han convertido la tragedia, con perdón del pequeño Loan y sus familiares, en una comedia de enredos. Los abogados debemos hablar con las pruebas al canto. Las hipótesis deben barajarse con criterio y prudencia, evitando crear falsas expectativas, y, sobre todo, dirigir a la opinión pública para un lado o para el otro sin las mínimas certezas que supone toda investigación judicial. Aparentemente, la investigación policial y judicial del ámbito provincial, de inicio no fue un dechado de virtudes. Se dice que lo que no se descubre en las 48 horas de denunciado el suceso, difícilmente pueda desentrañarse después. Al parecer, se dejaron de realizar muchas actividades probatorias, dando tiempo al o los perpetradores de borrar sus huellas. Será materia de análisis la actuación de los funcionarios involucrados. Pero, lo insólito fue el traslado de la causa a la Justicia Federal, por la presunta existencia de un delito de esa jurisdicción denominado trata de personas. Es que, además de barajarse varias hipótesis sobre lo sucedido con Loan, ninguna con pruebas contundentes, la trata de personas es sólo una de ellas, de la que hasta el momento no hay prueba alguna. El resto de las hipótesis son de competencia provincial. Es cómo si las autoridades judiciales provinciales quisieron sacarse rápido el hierro caliente que les quemaba las manos, y remitieron la causa a la Justicia Federal, que hasta el momento, que sepamos, no ha producido ningún avance sustancial en la causa, y menos en la dirección de un caso de trata de personas. Pero como el siglo XXI reclama urgente la existencia de dramas que sean noticia, las peleas de la farándula ya no dan, se lanzaron como perros embravecidos al único hueso que tenían a la mano. Es que había que llenar muchas horas de televisión, de radio, mucho espacio en los portales y en las redes, y el pobre Loan se convertía en la piedra Rosetta que rompería con la abulia de una política desgastada y de los escándalos fabricados. Decenas de canales de televisión, abierta, de cable o streaming, que funcionan las 24 horas, deben llenar sus espacios para reforzar los escuálidos rating que hoy tienen, y ¡que mejor que un caso como éste!. Cada programa de cada canal, además del conductor, tienen como mínimo cinco panelistas, algunos expertos en leyes, otros en pericias, otros en policiales, y hasta otros en tarot. Todos deben hablar, dar su opinión, y, el ego debe llenarse, cada uno quiere destacarse en dar la mirada distinta. Así que, los ávidos televidentes u oyentes, con el morbo a full, haciendo furiosos zapping fuimos blanco de bombardeos de más de 500 personas hablando y hablando, teorizando y teorizando, conjeturando y conjeturando, sobre las hipótesis y algunas sandeces que también se dicen. Y no faltaron los enviados al lugar, que invadieron las humildes viviendas campestres, las huellas del camino, los árboles frutales, y sometieron a los involucrados a una lluvia de preguntas que la gente de campo se esforzaba en contestar. Y la política no podía faltar. Porque en todo esto hay política, se la vio descarnada pero también encubierta. Los interesados en desacreditar al adversario, vieron una rendija y por ella se colaron para agitar toda clase de cuestiones. Las propias autoridades políticas provinciales y nacionales, que no tuvieron el tino de poner cada huevo en su canasta, se metieron de lleno y quedaron con la carrocería averiada. Muchos ciudadanos se preguntan el por qué la justicia no habla, y sí en cambio lo hacen los políticos, una verdadera confusión de roles e invasión de la facultades de otros poderes. Una Ministra, Patricia Bullrich, que tras los anuncios de la radiografía en la panza de los animales (¿y el análisis de los excrementos?), de drones supersónicos y demás joyas de la tecnología, creó una inusual expectativa al anunciar que venía a 9 de Julio a dar una conferencia de prensa. Recorrió el naranjal, y sobre la tranquera del campo de la abuela, ante un enjambre de periodistas, dijo que “sobre Loan no tenemos nada, sólo hipótesis”. El globo se desinfló. Cómo si ello no fuera poco, no fue la justicia sino el X del gobernador de Corrientes, el que nos despertó con una noticia bomba, la declaración de Laudelina en sede provincial, sobre un presunto accidente. Todo dudoso. Y allí se demostró la invasión indebida del poder político sobre la justicia, pero también la inacción del poder judicial ante tamañas invasiones extrañas a la jurisdicción y las facultades judiciales. Y cuando parecía que ya estaban todos los actores de esta tragicomedia, “éramos pocos y parió la abuela”, apareció de pronto un personaje que es común en los casos mediáticos, que con su archiconocido estilo del “toco y me voy”, pasó a representar a la familia de Loan, tal cual como lo hizo con la de la infortunada Cecilia Strizyzowski en el Chaco. El especialista jurídico en medios, del Dr. Fernando Burlando estamos hablando, se constituyó en el paraje y llevó tras sí un enjambre de periodistas, incrementando su fama de estrella mediática de los casos penales, que le sirven también para su carrera política. El periodismo generalmente destapa las ollas, pero cuando es excesivo, confunde. La política, cuando mete la cola, genera sospechas de todo tipo y nada soluciona. La justicia cultiva, a veces, un perfil bajo que favorece su desprestigio, permitiendo la injerencia de actores que no corresponden. Los mediáticos sólo sirven para eso, para mediatizar, como si el caso Loan ya no lo estuviera en exceso. Mayor seriedad y prudencia de todos los actores, tal vez ayude para encontrar al pequeño Loan. Dios así lo quiera.

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