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  • Entre Ríos, Argentina

  • Riesgo de colapso

    » El Ancasti

    Fecha: 01/07/2024 11:09

    La crisis económica que vive la Argentina impacta en la salud pública. No solamente por el fuerte recorte presupuestario, sino también a raíz de una migración de pacientes de la salud privada –obras sociales y empresas de medicina prepaga- hacia la atención en establecimientos sanitarios dependientes del Estado, ya sean nacionales, provinciales o municipales. Los aumentos de las prepagas muy por encima de los incrementos salariales son un factor determinante en esa migración. La medicina privada, además, se ha encarecido desde diciembre un 150%, cuarenta puntos porcentuales más que el nivel general de inflación. El panorama parece agravarse aún más a partir de la decisión del Gobierno nacional de, otra vez, como lo hizo al principio de la gestión, liberar el precio de las prepagas a partir de julio. También se verifica el desplazamiento de pacientes que tenían obra social hacia la salud pública. En este caso gravita el número creciente de personas que tenían trabajo y dejaron de tenerlo en los últimos meses. Según información proporcionada por el Banco Central, entre diciembre y abril se cerraron más de 330.000 cuentas sueldos. Según estadísticas oficiales, el PAMI ha visto incrementarse el volumen de atención a jubilados, no porque haya crecido el número de afiliados, sino porque muchos de ellos, que habían preferido asociarse a empresas de salud privadas para obtener una mejor atención, decidieron abandonarlas por una cuestión de costos y continuar con la obra social estatal. Según los datos del Ministerio de Salud, el año pasado la torta de la salud se repartía en: 36% hospitales, 60% clínicas sindicales, 13% prepagas (ahora habrían bajado a 10%) y 10% combinación de sistemas. Actualmente la atención en centros de salud públicos supera el 40% y las prepagas bajaron a alrededor del 10%. No todas las jurisdicciones tienen estadísticas precisas y accesibles respecto de la atención en hospitales. Pero hay algunas referencias que permiten ensayar generalizaciones. Según un informe elaborado por la agencia Noticias Argentinas, por las guardias de los 46 hospitales bonaerenses desfiló en abril un 18% más que en el mismo mes del año anterior. La estructura de la salud pública en Argentina, aun con todos sus déficits y carencias, es monumental, más desarrollada que el resto de los países de Latinoamérica y el Caribe. Tiene, por ejemplo, mayor densidad de camas hospitalarias por población y la inversión en salud es superior a la inmensa mayoría del resto de las naciones de la región. En 2020 –año en que comenzó la pandemia- representó el 10% del Producto Bruto Nacional. Pero esa fortaleza de la salud pública se ve cada vez más amenazada. La caída en la asignación presupuestaria y la progresiva migración de pacientes desde la salud privada y las obras sociales empiezan a generar una tensión muy preocupante que, si no se corrige, puede llevar más temprano que tarde a un colapso.

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