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Concordia » El Heraldo
Fecha: 01/07/2024 09:01
Pero, la necesidad de volver a contactarse y vivir de río, encontró nuevos protagonistas: autoridades y el pueblo mandisoveño. Esta población, mayoritariamente guaranítica, sufría ataques portugueses que la despojaban inexorablemente; lo hacían, también, con poblaciones ubicadas sobre la ribera occidental del Uruguay, especialmente Yapeyú. En varias oportunidades combatientes de Mandisoví iban en auxilio de esa importante población. El P. del Castillo refería, en una carta a Urquiza de 1860, que él acompañaba esa fuerza en carácter de capellán. Anteriormente, había existido un Cura combatiente: el P. Leonardo Acevedo. Acompañó como Capellán y segundo Jefe de las fuerzas que mandaba: Andresito Guacurarí, conocido como “Artigas” para recuperar el pueblo de Candelaria, ocupado por fuerzas del dictador paraguayo Gaspar Rodríguez de Francia. Las fuerzas de Andresito establecieron un riguroso sitio. Se planificó el ataque mediante la división de fuerzas: una parte mandada por Andresito y la otra por el Capitán Manuel Miño. Se intimó al Jefe paraguayo José Isasi la rendición quien demoró la respuesta porque esperaba auxilio enviado desde Asunción. Las fuerzas sitiadoras no esperaron y atacaron las posiciones enemigas. En lo mejor de la lucha, súbitamente enfermó Andresito. El P. Acevedo, como 2º Jefe dirigió las operaciones y, después de varias horas, obligó a la rendición de los paraguayos. Proyecto de 1924. Dijimos de la necesidad de vincular a Mandisoví con el río. En 1824, el Gobernador Sola designó al ramirista amnistiado, Cnel. Evaristo Carriego, como Comandante del 2º Departamento Principal, coincidente con la llegada del P. Mariano José del Castillo como sucesor del P. Leonardo Acevedo. Carriego, apenas hecho cargo, realizó una recorrida por la jurisdicción de su mando. Llegó a Mandisoví, cabeza del Departamento Subalterno del mismo nombre para poner en el cargo de Comandante del mismo al Cnel. Pedro Espino. Carriego, del Castillo y Espino y algunos vecinos se reunieron para analizar la situación del pueblo, sobre todo los peligros constantes de las invasiones brasileñas, el perjuicio del comercio y el descenso de población. Ante ese panorama incierto para el futuro, coincidieron en que la solución sería el traslado de los pobladores a un lugar más seguro y con posibilidades de adelanto. Coincidieron en la elección de un punto sobre el río, en el ya conocido Rincón del Salto. La población volcó su esperanza en este proyecto. El Comandante Carriego propuso el plan al Gobernador Sola quien le dio su conformidad. Carriego en su regreso a la sede de su Comandancia, Concepción del Uruguay, habría reconocido el lugar. Sin embargo, la mejor información la brindó el P. del Castillo quien ese mismo año 1824, montado en su caballo, visitó el lugar. El 26 de junio de 1824 visitó la todavía existente capilla de San Antonio donde bautizó con óleo e hizo casamientos de las familias dispersas quedadas en el lugar después de 1821. Para finalizar ofició la Misa. Recorrió detenidamente lugares de los que dio informe minucioso, recalcando la belleza indescriptible del río y del paisaje. También el Comandante Subalterno, Cnel. Pedro Espino, hizo su parte y escribió unas líneas al Gobernador Sola, comentando que había reunido los vecinos para explicarles el proyecto y que todos aceptaron gustosos. Carriego destacaba cuando decía: “…no hay otro más empeñado que Espino. Creo que ha de poner sus cinco sentidos en la formación del nuevo pueblo”. Lamentablemente el proyecto no tuvo ejecución. Desde la expedición de Lavalleja a la Banda Oriental para recuperarla del poder de Brasil, se originó un conflicto donde la Argentina debió tomar parte a favor de la Provincia Oriental, por entonces. Ello llevó a la guerra, primera atención nacional y de las provincias y, en este caso Entre Ríos, por ser limítrofe de la provincia afectada. Todo propósito o proyecto de su Gobierno quedó sin concretarse, especialmente el sueño de Carriego, del Castillo y Espino. El proyecto no fue sepultado en el olvido, resucitó en 1831 con dos de los protagonistas de 1824: del Castillo y Espino y así nació Concordia. Prof. Heriberto Pezzarini Tit. Archivo Histórico Municipal
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