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  • Embarazo adolescente y salud integral: “Sin el Plan ENIA, nadie está atendiendo esa demanda”

    Gualeguaychu » El Argentino

    Fecha: 01/07/2024 08:51

    Por Luciano Peralta “Quiero empezar reivindicando el Plan ENIA por su impacto positivo en la estrategia de reducción del embarazo no intencional en las adolescencias. Resaltar que más allá de los números y porcentajes, el trabajo realizado fue tanto, tan importante y significativo que me resulta sumamente difícil materializarlo en 15 páginas o en 10 minutos”, comenzó diciendo Florencia Milito, el martes pasado, en la reunión informativa de la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados de la Nación, desde donde algunos sectores opositores trabajan para convertir el Plan ENIA en ley. Milito es socióloga y docente, y durante cinco años y medio fue asesora de salud integral para adolescentes en tres escuelas de Gualeguaychú (Enova, Juan José Nágera y Manuel Belgrano) y en el Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) Munilla. Convocada por la diputada entrerriana Carolina Gaillard (UxP), Milito habló sobre la importancia del Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia (ENIA), del que el gobierno nacional anunció su “rediseño”, pero, en los hechos, cortando 619 contratos laborales (70 pertenecían a la provincia de Entre Ríos) y no licitando los insumos necesarios para que funcione, lo que hizo fue darlo de baja. “Durante el año 2023 la estrategia alcanzó a un total de 8.853 adolescentes, contemplando asesorías individuales, espacios de sensibilización y talleres”, expuso Milito, sobre lo hecho en Entre Ríos. Y, sobre el departamento Gualeguaychú, detalló: “se abarcaron 27 escuelas secundarias públicas incluidas escuelas rurales y técnicas, cinco centros atención primaria salud y dos hospitales”. Los resultados, en números El Plan ENIA se aplicó los últimos seis años en el país, coordinado desde lo que eran los ministerios de Desarrollo Social, Educación y Salud. Cada provincia optó por una dinámica que respondiese a las necesidades de su territorio, y en Entre Ríos se llevó a cabo en los departamentos Gualeguaychú, Paraná y Concordia. Dicho plan fue financiado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano (PNUT), desde el 2018 hasta el 31 de diciembre del 2023, durante los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández. Actualmente, el gobierno de Javier Milei invitó a las doce provincias en las que el programa se desarrollaba a darle continuidad al mismo. Pero, desde el gobierno entrerriano, desfinanciado por los aportes nacionales que dejaron de llegar, adelantaron que “el Ministerio de Salud provincial no está en condiciones de hacerse cargo”. Eso se informó oficialmente a EL ARGENTINO, desde la Cartera de Salud provincial, a cargo del doctor Guillermo Grieve. El Plan ENIA fue la primera política pública que planteó una intervención integral e intersectorial sobre el embarazo no intencional en la adolescencia. Su éxito fue notorio y sus resultados muy positivos. Según datos oficiales, 69.803 adolescentes de entre 15 y 19 años y 1.938 niñas menores de 15 tuvieron un hijo o una hija en 2018 -en los inicios del Plan ENIA-. Luego de tres años de implementación de la política fueron 46.236 las adolescentes de entre 15 y 19 años y 1.394 las niñas menores de 15 años que tuvieron un hijo o una hija. A su vez, mientras que en 2018 7 de cada 10 embarazos en adolescentes de 15 a 19 años eran no intencionales, en 2021 la cifra bajó a 5 de cada 10. Y en menores de 15 años, la no intencionalidad pasó de 8 de cada 10 a 7 de cada 10 embarazos. Otros números señalan que entre 2018 y 2021 la tasa de fecundidad adolescente -que es la cantidad de hijos nacidos en un año sobre el total de adolescentes- también registró un importante descenso: de 49,2% a 27%. Es decir, un 27 % de chicas de entre 10 y 19 años se convirtieron en madres en Argentina. Lo que significa una caída de casi el 50 por ciento en tres años. Además, se logró una reducción del 43% en la tasa de fecundidad de la franja de niñas que tienen de 10 a 14 años, donde la mayoría de las gestaciones, se presume, provienen de situaciones de abuso, coerción sexual o violación, lo que hace más compleja aun su prevención. “Pensemos en el proyecto de vida de los adolescentes” “En septiembre del 2018 empezamos haciendo capacitaciones durante el verano, en las colonias y en los centros de salud, conociendo a los profesionales y comenzando articular con ellos. Al año siguiente ingresamos en las escuelas, porque somos un dispositivo de salud que entra en educación, previo trabajo con directivos, asesores pedagógicos, docentes, preceptores, para que ellos nos conozcan, que sepan cuál iba a ser nuestro rol dentro de la escuela”, contó Florencia Milito, en diálogo con EL ARGENTINO, días después de su ponencia en Diputados. “Tuvimos que gestionar, también, un espacio dentro de las escuelas, que se confunde con un consultorio, pero era un espacio de asesoría, donde los estudiantes tenían confidencialidad e intimidad, un lugar de confianza para que puedan hablar de lo que les pasaba, de lo que necesitaban. Sobre la prevención y reducción del embarazo, pero también de muchas otras cosas, porque las asesorías eran de salud integral, siempre con su consentimiento, hasta les sacábamos turnos con los efectores de salud”, relató la docente. Estos espacios de asesoría funcionaban una vez por semana en cada escuela. En un primer momento eran siete las profesionales a cargo, pero en el último tramo del programa terminaron siendo sólo cuatro para todo el departamento Gualeguaychú. “Con los adolescentes no solamente nos encontrábamos en la escuela en el espacio de asesoría, sino que también hacíamos talleres, actividades de sensibilización, juegos en los recreos o en las horas libres, circuitos de salud, jornadas con familias en las escuelas y actividades con los centros de estudiantes. Fue tal el vínculo que construimos que muchos adolescentes tienen nuestro número personal de teléfono y es el día de hoy que siguen enviando mensajes, por que logramos ser sus referentes de salud”, remarcó la profesional. Al tiempo que contó -evidenciando que si bien el plan no existe más en los hechos, la demanda continúa activa-: “a veces nos consultan con preocupación porque tienen un atraso en su menstruación o porque han tenido relaciones y no utilizaron ningún método de barrera o anticonceptivo, en esos casos activamos las redes con centros de salud e intentamos que puedan acceder lo antes posible a la anticoncepción de emergencia, por supuesto acompañado de una consejería por parte nuestra y de la profesional a la que han sido derivados, porque más allá de evitar un embarazo también estamos atentas a la posible trasmisión de alguna infección y a los cuidados posteriores para que puedan tener relaciones sexuales desde un lugar de placer y disfrute”. Durante el tiempo que el Plan ENIA estuvo en funcionamiento, pandemia de por medio, no sólo se educó, escuchó, contuvo y asesoró a miles de chicos y chicas, también se activó el protocolo por casos de violencia, abuso sexual y autolesiones, por ejemplo. Para, luego, continuar un trabajo de seguimiento articulado con los directivos de las escuelas, el Hospital Centenario o los centros de salud de la ciudad. “Los motivos de los asesoramientos tenían que ver con los estados de ánimo, las relaciones conflictivas o situaciones de violencia con familiares o entre pares, salud sexual y reproductiva, la solicitud de anticoncepción de emergencia, infecciones de transmisión sexual, solicitud de turnos en efectores de salud o temas de identidad de género y hormonización”, enumeró Milito. “Es un plan que dio muchos buenos resultados, no es algo que no funcionó. Tenemos que pensar en el embarazo, sí. Porque, además, muchas veces termina siendo la mujer la que se hace cargo, que debe cortar sus estudios y demás. Pero pensemos en el proyecto de vida de los adolescentes, porque son adolescentes a los que un embarazo les cambia su proyecto de vida, y hoy nadie está atendiendo esa demanda”, cuestionó la profesional consultada. Para dar cierre a esta nota, transcribo la reflexión que, si bien por cuestiones de tiempo no pudo hacer en la reunión con las y los diputados nacionales, propuso Milito: “Ahora que el Plan ENIA ya no está más, que en la provincia se cerró: ¿A quién acuden en este momento aquellos gurises que están pasando por situaciones similares a las que cuento en mi relato? ¿Qué organismo les brinda la contención y acompañamiento cuando necesitan resolver situaciones donde se vulneran sus derechos? ¿Cuenta la escuela con profesionales idóneos para abordar temas de salud integral y realizar la articulación necesaria? ¿Están quedando las adolescencias entrerrianas y las de todo nuestro país en un lugar de desprotección donde se profundizan sus problemáticas? Creo tener las respuestas, pero no el alcance para poder resolverlo, por eso el planteo es en este recinto y junto a ustedes, que tienen la capacidad y los medios para poder hacerlo”.

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