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  • Cómo hablar de la muerte con los niños: “¿Yo me moriré?” y otras respuestas a preguntas curiosas

    » Clarin

    Fecha: 01/07/2024 05:55

    “¿Yo me moriré?”, “¿cómo morimos?”, “¿cuándo morimos?”, “¿por qué tenemos que morirnos?”, “¿adónde vamos cuando morimos?”, “¿por qué hay gente que se suicida?”, “¿da miedo la muerte?”, “¿qué sentido tiene la vida si vamos a morir?”, “¿por qué se entierra a los muertos?”, “¿cómo se va la piel?”. Estas son algunos de los interrogantes que se responden en ¿Así es la muerte? 38 preguntas mortales de niñas y niños (Ediciones Iamiqué), el libro de Ellen Duthie y Anna Juan Cantavella, con ilustraciones de Andrea Antinori. Preguntas de todo tipo: filosóficas, científicas, antropológicas, psicológicas y de lo más prácticas, anticipan las autoras. “Hay también preguntas graciosas y tristes, más o menos difíciles, incómodas, valientes, sorprendentes y juguetonas”, aseguran. Se trata de consultas hechas por niños, niñas y adolescentes de 5 a 15 años alrededor de un momento de la vida que, muchas veces, deja sin palabras a los adultos. Por eso las escritoras decidieron abarcar esta multiplicidad de intereses que despiertan tanta curiosidad como miedo, de un modo claro, directo, reflexivo y -aunque parezca imposible- también divertido. “¿Yo me moriré?” Las autoras arrancan el libro con la tan temida pregunta “¿yo me moriré?”. La misma, formulada por Clàudia, recibió la siguiente respuesta: Hay preguntas filosóficas, científicas, antropológicas, psicológicas y de lo más prácticas. Foto ilustración Shutterstock. Querida Clàudia: ¡Estás de suerte! La tuya es una de las pocas preguntas sobre la muerte que tiene una respuesta clara y directa. Se puede contestar con una sola palabra: sí. Pero, aunque sea la respuesta correcta, ¿no te parece que se queda corta? A veces, una pregunta busca algo más que una simple respuesta correcta. Exploremos un poco más. La afirmación «Tú te morirás» es tan cierta como esta otra: «2 + 2 = 4». Dicho de otro modo, no hay manera de escapar de la muerte. Si eres un ser humano, tú te morirás. Puedes decirlo alto y claro, sin temor a equivocarte ni a mentir: ¡YO ME MORIRÉ! Pero no te preocupes, Clàudia, ¡no estás sola! En esto de la mortalidad tienes mucha compañía. La muerte es algo que tarde o temprano nos ocurrirá a todos los seres humanos. Algún día (esperamos que en un futuro razonablemente lejano), las escritoras y el ilustrador de este libro moriremos, y también morirán nuestros familiares, nuestras amistades nuestras mascotas y nuestras plantas. Somos mortales. Lo que resulta especialmente difícil para los seres humanos (y no tanto para nuestras mascotas ni para nuestras plantas) es que no solo somos mortales, sino que además ¡lo sabemos! Se trata de consultas hechas por niños, niñas y adolescentes de 5 a 15 años. Foto ilustración Shutterstock. La primera vez que pensamos en nuestra propia mortalidad es posible que nos asuste la idea. Y la segunda y la tercera vez puede que también. ¡Brrr! A veces, cuando escarbamos una pregunta como «¿Yo me moriré?», encontramos por detrás otras preguntas o preocupaciones a las que es más difícil responder: ¿Es posible que muera pronto? ¿Me dolerá o no me dolerá? ¿Cómo se sentirá estar muerto o muerta? Resulta raro e inquietante saber algo con tanta seguridad (que algún día moriremos) pero no tener ninguna idea de cuándo ocurrirá, de cómo ocurrirá o de cómo se sentirá. ¡Tanta incertidumbre nos mata! Por un lado, queremos taparnos los ojos y los oídos y no pensar nunca más sobre nuestra muerte; sentimos miedo. Por otro lado, nos morimos por saber más; sentimos curiosidad. Pero piénsalo. ¿De verdad querríamos saber más? ¿Cuánto más querríamos saber? ¿Y qué haríamos con esa información? ¡No es tan fácil responder! Entonces, ¿qué podemos hacer con todas estas preguntas sobre la muerte que nos rondan por la cabeza, algunas de ellas sin respuesta? Aquí va una sugerencia: una de las cosas más reconfortantes que podemos hacer con nuestra mortalidad y con nuestras preguntas sobre la muerte es compartirlas con otros seres mortales. De esta manera, es posible que la vigésimocuarta vez que pensemos en nuestra propia mortalidad, la idea nos resulte un poquito más normal y nos asuste un poquito menos. ¿Así es la muerte? 38 preguntas mortales de niñas y niños (Ediciones Iamiqué). Foto gentileza.

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