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  • El resorte de la inflación

    » La Prensa

    Fecha: 01/07/2024 00:30

    Echa humo el manual de la Escuela Austríaca. Arde entre las llamas de un pragmatismo que el gobierno juró no iba a ensayar pero que, al fin de cuentas, ejecuta como cualquier hijo de vecino. La ideología se fue por la canaleta en pos de mantener mansa la inflación como una poción embriagadora para las masas. La premisa se repite: vale todo cuando se detenta el poder y, sobre todo, cuando se intenta conservarlo. No hay libertad de mercado ni cosa que se le parezca en libertilandia. El presidente Javier Milei solía afirmar que la señal de precios era más sagrada que la madre. Lo decía cuando aún estaba en el llano y era tan sólo un pintoresco economista, un personaje gritón que animaba los programas televisivos. Muy por el contrario, persisten en la economía argentina precios regulados, intervenidos por el Estado. También sobrevive el cepo cambiario, que impide el acceso libre a la compra de divisas y, principalmente, cancela la posibilidad de que las empresas internacionales remitan utilidades hacia el exterior. “Mientras haya cepo ningún inversor va a venir a la Argentina. Esos capitales no van a jugar este partido”, advirtió Leandro Ziccarelli, el zar de las finanzas, durante el último evento organizado por Rankia. Enamorado del dígito de inflación, el jueves el equipo económico decidió postergar los aumentos en combustibles, luz y gas, a sabiendas del impacto que los incrementos tendrían sobre el proceso inflacionario. La estrategia, sin embargo, es como un resorte que se mantiene apretado. Todos saben lo que pasará cuando lo suelten. En el manual libertario la mejor manera de sofocar la inflación es provocar una recesión aguda. Pero esto no es ninguna garantía. Con aumentos de tarifas reprimidos podría darse el peor de los escenarios: recesión e inflación al mismo tiempo. Podría volverse un círculo vicioso en el cual ingresara una nueva variable, la desocupación en alza. Por lo pronto, el mismo día en que Luis Caputo anunció que seguirán pisando los precios en el sector energético, el Gobierno liberó al segmento de las Comunicaciones -internet, televisión por cable y telefonía-, desmantelando la barrera del 10% de techo en los aumentos que había sido fijado por la administración anterior. Además, las empresas de medicina prepaga podrán fijar los coseguros según su parecer. Los economistas dudan de la sustentabilidad del dígito de inflación, que en mayo bajó al 4,2% mensual. No sólo porque en el horizonte hay tarifas por actualizar sino también por el panorama cambiario, que amenaza con traer sorpresas en el corto plazo. El equipo económico confirmó que mantendrá el ritmo de devaluación del 2% mensual, considerado insuficiente por muchos especialistas, y descartó un salto brusco en el tipo de cambio. Sin embargo, sienten en las tripas un posible aluvión sobre la plaza cuando los trabajadores formales cobren el aguinaldo y entonces azucen la demanda de billetes verdes. El escenario no es el mejor para un evento semejante. El Banco Central revirtió el flujo de divisas y todo lo que antes compraba, ahora lo vende. Las reservas se resienten. Hay razones que explican el fenómeno. La principal empieza con A y termina con Gro. El sector agroexportador no liquida la cosecha a la espera de un salto del dólar o bien de un relajamiento en el cepo. De hecho, lo vendido hasta ahora es un 30% más bajo que el promedio de lo vendido en los últimos tres años No sólo el campo guarda la cosecha en los silobolsas. Los ahorristas de a pie tampoco se desprenden de sus billetes verdes, salvo que la crisis los obligue a hacerlo para llegar sanos y salvos a fin de mes. Tan es así que el último informe de Posición de inversión internacional, elaborado por el Indec, marca que a fines del primer trimestre la cantidad de dinero fuera del sistema financiero alcanzó los u$s 277.003 millones. Esta cifra incluye los fondos atesorados en cajas de seguridad, billetes guardados "debajo del colchón", tanto en dólares como en otras divisas, y el dinero que los argentinos guardan en cuentas bancarias declaradas en el exterior. Cuán distinto podría ser la realidad si, confianza mediante, ese monto integrara las reservas internacionales del Banco Central. Por lo pronto, habría menos inflación y más crédito. MALOS DATOS La recesión es un hecho y se deja ver en todo el encadenamiento productivo. Los datos duros son un gancho al hígado. La actividad económica cayó -5,1% en el trimestre, mientras que el viernes el Indec Informó que el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) de abril fue de -1,7% en la comparación interanual, y de -0,1% contra marzo de este año. Hace tiempo ya que las encuestas reflejan un giro en el eje de las preocupaciones sociales: antes le temían a la inflación, ahora a la pérdida del empleo. De hecho, el sector de la Construcción denunció la caída de 130.000 puestos de trabajo en lo que va del año. En la semana, el Indec señaló que la desocupación creció al 7,7% al 31 de marzo de 2024, y de esta manera creció dos puntos porcentuales respecto de fines de 2023. Según el informe del instituto estadístico, hay 400 mil trabajadores ocupados menos en los 31 aglomerados urbanos que releva el organismo. El recorte de la obra pública se hace sentir. Acindar difundió que la demanda de acero, clave en el rubro de la construcción, se retrajo un 45%. De hecho, algunas de sus plantas están paradas. Mientras tanto, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, le tiró un chorrito de alcohol al ardiente manual de la Escuela Austríaca y por estos días negocia proyectos en las provincias de Santa Cruz, Río Negro y Catamarca. Nunca hay que subestimar el poder revitalizador del Estado. Las estadísticas nos ayudan a comprender el calibre de lo que es el ajuste de las cuentas públicas. De acuerdo a un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), “el ajuste fiscal de los primeros 5 meses del año fue equivalente, en términos anuales, a 5,8 puntos porcentuales del PIB. Por encima de los 4,4 puntos necesarios para eliminar el déficit fiscal”. En los primeros 5 meses los ingresos totales efectivos cayeron en un 2,6% en términos reales y el gasto primario pagado cayó un 31,4% en términos reales. Por su parte, el gasto en intereses de la deuda descendió un 3,4% real. De esta manera se pasó de un déficit primario de -2,7% del PIB en 2023 a un superávit de 3,1% del PIB en 2024. La economía, sensible a este tipo de tijeretazos, mostró el síntoma en la caída del consumo, que fue del -7,7% en lo que respecta a bienes y servicios finales en mayo. Indumentaria y Calzado resultó el más afectado con una merma interanual en las ventas del 27%. ¿Y AHORA QUÉ? Hacía meses que el Gobierno pugnaba por la aprobación de la Ley Bases. Ahora que el proyecto legislativo es un hecho, la pregunta es qué es lo que viene. Aunque recortado, emparchado y maltrecho, este es el encuadre normativo que Milei esperaba para poner en marcha la economía. No será de un día para el otro. El presidente, entre la serpentina de los festejos por el éxito en el ámbito legislativo, adelantó: "Ya pasó la etapa del déficit fiscal cero, ahora vamos a la etapa de emisión cero. Ahora se viene el cambio del régimen monetario". ¿Nos acercaremos a la canasta de monedas? ¿Será un paso más hacia la prometida dolarización? La reforma financiera parece estar al tope de la agenda. El mandatario también confirmó que designará a Federico Sturzenegger al frente de una cartera destinada a implementar la reforma del Estado. Soplan vientos de cambio. Habrá que ver si el capital responde en forma de inversión. Mientras tanto, Milei se entusiasma: “Con mi jefe de asesores, el doctor Demian Reidel, estamos reescribiendo gran parte de la teoría económica. Es decir que, si nos termina de salir bien, probablemente me den el Nobel de Economía junto a Demian”. La Argentina como laboratorio de ensayos. Una intervención más del presidente de la Nación en la dimensión desconocida.

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