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  • ¿Arranca el gobierno de Javier Milei con la Ley Bases? Ganadores y perdedores tras la aprobación

    » LM Neuquen

    Fecha: 01/07/2024 00:17

    En el Senado susurran con incredulidad que el juez federal Ariel Lijo hace lobby para que prospere su postulación como cortesano. Su pliego fue promovido por el presidente Javier Milei para que ocupe el sillón de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que Elena Higton de Nolasco dejó vacante en 2021. La anécdota que cuentan algunos senadores en privado anticipa la contienda que se vendrá en una de las dos cámaras del Congreso después de la sanción de la Ley Bases y del Paquete Fiscal, las dos primeras normas de la administración libertaria. Este viernes por la madrugada se cerraron seis meses de un trámite accidentado que comenzó en enero y cuya aprobación era esperada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como una instancia previa a la otra pieza que piden desde Washington: que Milei presente al Congreso el presupuesto 2025 y deje de gobernar con prórrogas y ampliaciones por decreto sobre el plan de cuentas que rigió el último año del mandato presidencial de Alberto Fernández. Los seis meses de negociaciones terminaron en una versión acotada y limitada en relación al primer texto que Guillermo Francos le entregó en una cajita Martín Menem para escenificar la presentación de los textos iniciales de la Ley Bases y del Paquete Fiscal. En el medio pasaron cosas: Francos era ministro del Interior y desde hace un mes reemplaza a Nicolás Posse en la jefatura de Gabinete. Una de las razones tiene que ver con su ausencia en las negociaciones por la Ley Bases. Hasta la vicepresidenta Victoria Villarruel le recriminó al entonces ministro coordinador que no estuvo para defender el DNU 70/23 en la Bicameral de Trámite Legislativo, antes de su rechazo en el recinto por una mayoría que le recordó a La Libertad Avanza que sólo tiene siete senadores sobre 72. Todo lo demás depende de acuerdos y negociaciones que el nuevo gobierno recién aprendió a construir seis meses después de haber presentado los dos primeros proyectos de ley. javier milei españa Javier Milei / Foto NA Más allá de las ausencias de Posse en el Congreso, su salida se disparó luego de una dura discusión con el presidente. Francos fue su compañero en la Corporación América, del magnate Eduardo Eurnekian. En la misma firma donde conocieron a Milei. Los tres mantuvieron una muy buena relación de amistad que se construyó con los años. La caída de Posse implicó el fin de ese vínculo e incomodó a su reemplazante, que apenas aceptó el cargo salió a diferenciarse del estilo de gestión que había mantenido su antecesor. "Si me dan las herramientas, puedo destrabar la ley", es la frase que le adjudican en la Casa Rosada a Francos para sacar a los dos proyectos del estancamiento en el Senado. Apenas Milei confirmó la decisión, el flamante ministro coordinador se mudó al primer piso de la Cámara Alta y comenzó a negociar con los bloques de la oposición que estaba dispuesta a dar quórum, pero no a entregar su respaldo sin nuevas concesiones del Gobierno. Un macrismo sin Macri En 48 horas Francos estrenó la lapicera que le habían vedado desde diciembre, cuando juró como ministro del Interior. Antes no podía pactar nada en materia presupuestaria con un gobernador sin la supervisión del ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo. La llegada del exministro del Interior al epicentro de la negociación por la Ley Bases, implicó la victoria de un sector del Gobierno que esta unido por tres coincidencias: no quieren al expresidente Mauricio Macri con influencia dentro de la administración de Milei, prefieren al PRO afuera del Gabinete,salvo que sea necesario, como sucedió con Patricia Bullrich en Seguridad, y recomiendan abrir instancias de negociacion con la oposición dadora de cuórum y votos en el Congreso. Lo insisten desde enero, sin dejar de advertir que una impericia legislativa extrema, por razones ideológicas o prejuicios políticos, los podría dejar encerrados en los acotados límites de la débil minoría que tienen en las dos cámaras: siete bancas sobre 72 en el Senado, y 40 sobre 257 en Diputados. La permanencia de Francos como ministro coordinador significará el predominio de esa orientación aparentemente negociadora dentro del Gabinete y también con el Congreso. Dicen que nunca se imaginó que reemplazaría a su amigo Posse y que no oculta el sabor amargo que le dejó el enroque. Los más desconfiados apuntan al asesor estrella del presidente, el consultor Santiago Caputo, como el artífice de la ruptura de ese vínculo y el destierro de Posse de la intimidad del poder. Hasta que se complicó el vínculo con Milei, compartió presencia en la mesa chica de decisiones donde sólo participan la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y Santiago. La salida de Posse no significó el ingreso de Francos a esa mesita, pero al final del trámite legislativo que llevó seis meses, consiguió los resultados que había prometido en el Senado y pudo remontar el escenario que había quedado cuando los dos textos regresaron Diputados. Es cierto que destrabó en dos días las concesiones que antes no había tocado, cuando tenía a Posse como superior inmediato, pero pudo dirimir con equilibrio el dilema entre la ley deseada que aprobó la Cámara Baja el 30 de abril y la que votó el Senado el 13 de junio, hace dos semanas. La tensión fue resuelta este jueves en la segunda revisión y sin pagar altos costos políticos en la negociación final. Los costos El plan inicial de desconocer los cambios del Senado, que impulsó Karina desde principios de mayo, quedó frenado por las consecuencias que podría provocar en el futuro. Hubo una de cal y otra de arena: Diputados aceptó en la madrugada de este viernes, luego de 13 horas de debate, todas las modificaciones que vinieron de sus vecinos e incluso bancó que el paquete de privatizaciones quede sin Aerolíneas, el Correo y Radio y Televisión Argentina. A cambio insistió en el paquete fiscal para conseguir el regreso de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias y la versión original del gravamen para los Bienes Personales. diputados-pichetto.jpg La victoria tributaria que esperaba el Gobierno traerá coletazos sindicales y judiciales en el corto plazo. El diputado de UxP y titular de la Asociación Bancaria anticipó que impugnarán la reimposición de Ganancias sobre los salarios más altos. Será una batalla que podría sumar más querellantes y terminará en la Corte, aunque, tal como djo Miguel Pichetto en la medianoche del jueves, la sesión estaba siendo seguida con atención por los gobernadores de Juntos por el Cambio, pero también por los peronistas. El diputado y exsenador rionegrino resaltó que la mayoría quería el regreso de Ganancias por la necesidad de conseguir más recursos de un impuesto coparticipable en un 60%. Lo dijo sabiendo que los gobernadores patagónicos ya habían anticipado su rechazo y que sobrevendrá un duro conflicto sindical con fuertes movilizaciones de los sectores mejor asalariados contra la reimposición del gravamen. Esquirlas para todos lados La sanción de ambos textos dejó crujidos y votaciones diferentes en los principales bloques de las dos cámaras, pero con diversas dimensiones. En el Senado el radicalismo fue casi uniforme, salvo por el porteño Martín Lousteau, que presentó un dictamen propio. Fue un solo voto, pero con altísimo valor simbólico dentro de la UCR, por su rol como presidente del Comité Nacional, es decir, la máxima autoridad del partido. En Diputados también hubo rebeliones radicales, lideradas por Facundo Manes, pero con implicancias casi proporcionales al Senado. El macrismo parlamentario nunca alteró su apoyo total a la versión original de los dos proyectos y tampoco a la que fue tratada en el segundo intento. Los bloques, que lidera Cristian Ritondo en Diputados y Luis Juez en el Senado, hasta ahora no recibieron ningín gesto o recompensa del Gobierno más que agradecimientos formales y los augurios de una articulación junto al oficialismo que podría rendir dividendos electorales el año que viene. Otra extensión del camino de espinas que transita el PRO desde que perdió las elecciones presidenciales dentro del signo de Juntos por el Cambio y Bullrich se pasó al gobierno de Milei. El partido amarillo parece condenado a permanecer atrapado entre un perenne segundo plano que, paradójicamente, se profundizará hasta la posible extinción si a Milei le va bien. mauricio-macri 1200.jpg El expresidente de la Nación reemplazará a Patricia Bullrich en el liderazgo de el partido que él fundó. Las tribus del panperonismo también salieron golpeadas, pero sin las fracturas orgánicas que les habían pronosticado, incluso desde las entrañas de los conglomerados que Germán Martínez conduce en Diputados. Del otro lado del Salón de los Pasos Perdidos, José Mayans y Juliana Di Tullio presiden el interbloque del Senado, que mantuvo ordenadas sus 33 voluntades. Las diferencias no fueron ajenas en el archipiélago peronista a extramuros de UxP. Se volvieron a dar con el bloque de Unidad Federal, que contiene a los tres senadores del peronismo no kirchnerista: el correntino Carlos "Camau" Espínola, el entrerriano Edgardo Kueider y la cordobesa Alejandra Vigo, esposa del exgobernador Juan Schiaretti. Apoyaron el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), que había sido repudiado por UxP, pero sólo fue una parte de las diferencias que se actualizaron. Volvieron a revolearse pedidos de expulsión del PJ en las dós cámaras: en el Senado apuntaron contra Kueider y Espínola, mientras que dentro de Diputados, el bancario Palazzo pidio lo mismo para quienes tuvieran el interés de apoyar la reimposición de Ganancias. El Fondo, Milei y la pared El planteo del diputado sindical no sólo buscó plasmar la furia de la CGT para lo que se viene con ese tributo, sino que contó con el respaldo sigiloso de Máximo Kirchner, que renunció a la presidencia de la bancada durante el gobierno de Fernández. Fue hace dos años y medio, el 31 de enero de 2022, por su desacuerdo público con el acuerdo pactado con el FMI. La omnipresencia del Fondo que Macri reinstaló en 2018 y que dividió al peronismo en 2021 y 2022 se ha vuelto a sentir en estas jornadas que Milei vivió con alivio. Si Francos lidera el ala negociadora, el FMI lo respalda con sus planteos para lo que viene: le pidieron a Milei un programa económico, una fecha para terminar con el cepo y acuerdos parlamentarios para la Ley Bases, pero también para una ley de presupuesto 2025 donde conjugue el ajuste drástico hasta donde los aliados esquivos se lo permitan. Son los mismos que le dieron la Ley de Bases y el Paquete Fiscal como sus primeras dos leyes desde que asumió y ahora podrían aportar los votos para completar la vacante de la Corte. Más allá de los presuntos llamados de Lijo, llegará la hora de hablar de presupuesto en un año donde reina la escasez.

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