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    Fecha: 30/06/2024 21:39

    Javier Milei obtuvo, finalmente, su primera ley. La sanción definitiva que le dio la Cámara de Diputados en su sesión del jueves terminó con el largo trámite de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos iniciado allá por enero. Luego de seis meses, el tortuoso camino que siguió el proyecto hasta su aprobación desnudó no solo la falta de poder que el oficialismo tiene en el Congreso, sino también la ineptitud de muchos de sus funcionarios para conducir la negociación política. Esto último dio pie a un profuso pase de facturas en el gabinete en el que aún persisten los recuerdos amargos de la gestión de Nicolás Posse. Como ya se dijo aquí, fue la mano del flamante jefe de Gabinete, Guillermo Francos, la que permitió llevar a buen puerto las complejas tratativas que fueron necesarias para sacar la ley adelante. Le corresponde ahora al Presidente poner manos a la obra y concentrarse en la gestión, el déficit más significativo que exhibe su administración. Eso mismo le señaló Mauricio Macri en el mensaje que le hizo llegar por medio de un tweet. “Felicito al bloque del PRO por su impecable tarea”, expresó el expresidente para subrayar el rol decisivo que en la aprobación de la ley tuvo el partido que preside, tras lo cual agregó: “El Gobierno tiene ahora las herramientas para avanzar a la velocidad que la situación necesita”, clara advertencia de que al Gobierno se le acabó el tiempo de las excusas. Una parte del radicalismo hizo lo propio. Persiste la bronca con el senador Martín Lousteau dentro y fuera del centenario partido. En el sector más dialoguista muchos le achacan “ser un singlista egoísta que solo sabe llevar agua para su molino”. Esto no les gusta a los autoritarios El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad. Hoy más que nunca Suscribite En la entrevista que le concedió a Antonio Laje en LN+ el viernes por la mañana, el Presidente adelantó algunas de las decisiones y medidas que dispondrá. Una de ellas es la confirmación de la designación de Federico Sturzenegger para llevar adelante la compleja trama de regulaciones que complican a nuestro país. El pensamiento del oficialismo para con la tarea del economista se resume en una frase: “No hacen falta muchas más leyes –todo lo contrario–; necesitamos derogar unas cuantas para avanzar sector por sector en diferentes desregulaciones”. Entre los “devaluadores seriales” contra los que cargó el ministro Luis Caputo está el Fondo Monetario El expresidente del Banco Central en la gestión macrista tendrá un rol fundamental que lo llevará de manera ineludible a una alta exposición. Eso generará ineluctablemente tensiones con el ministro estrella Luis Caputo. Hablando del titular de la cartera económica, en su exposición del martes en el encuentro organizado por la Cámara de la Construcción, embistió duramente contra los que hablan de la existencia de un atraso cambiario. “Devaluadores seriales”, los llamó. Entre esos “devaluadores” se encuentra el Fondo Monetario Internacional, con alguno de cuyos funcionarios la relación es decididamente mala. Concretamente con Rodrigo Valdés, director del Hemisferio Occidental. No hubo una euforia extraordinaria en los mercados, ni aun con el elogio que a Milei le prodigó el FMI. Ocurren dos cosas: la primera es que el cepo todavía está lejos de levantarse. La caída de reservas que viene experimentando el Banco Central muestra la falta de dólares que complica el presente de la economía. Y sin el levantamiento del cepo, las inversiones con las que se ilusiona el Gobierno no llegarán, más allá de las que se experimentan en el ámbito de la minería y el petróleo. El dólar blue reflejó esta semana algunas de aquellas tensiones. Caputo presentó un nuevo borrador de acuerdo para el FMI, pero fue bruscamente rechazado por Valdés y la cúpula del organismo. “Nos hacen una caricia en el lomo, pero piden más ajuste sin valorar todo lo que hemos venido haciendo”, braman cerca de Luis Caputo y Javier Milei. Esa incomprensión los disgusta. Sobre todo, porque hace más difícil la llegada de nuevos desembolsos. Junto al fallido borrador, los funcionarios argentinos habían pedido unos 10 mil millones de dólares. Habrá que esperar a que cambie el viento. En el FMI prefieren que el país comience a devolver lo adeudado. Por otra parte, la falta de acuerdos políticos, sus expresiones confrontativas y sus conductas insólitas son factores negativos a los que el Presidente debería atender prioritariamente. En ese sentido, sus conductas no ayudan. Alguien tendría que asesorarlo bien para evitar situaciones como la que se produjo con el canciller Olaf Scholz. Según declaró el vocero del gobierno alemán, Steffen Hebestreit, Milei pidió poco antes del encuentro suspender la conferencia de prensa conjunta con Scholz y que la reunión durara una hora (sic). El Presidente negó que durante la conversación, el canciller le haya expresado su preocupación sobre la situación social y económica de la Argentina. Sin embargo, el señor Hebestreit señaló que en la reunión, Scholz habló, entre otros temas, de las consecuencias sobre el pueblo producidas por la reformas implementadas por Milei, a quien le insistió en la necesidad de mantener la cohesión social, subrayando que, en su opinión, la compatibilidad social y la protección de la cohesión social deberían ser estándares importantes. El Presidente no puede darse el lujo de que lo desmientan a viva voz. Con ese tipo de “desinteligencias” corre el riesgo de ver devaluada su palabra, algo que era una marca registrada del kirchnerismo, que supo hacer de la falta a la verdad y el doble discurso un dogma que lo acompañó durante toda su gestión. No se puede cruzar esa marcada línea roja.

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