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  • Cómo fue el crimen de “Ramoncito”, el nene torturado y degollado en un ritual satánico medieval en Corrientes

    » TN

    Fecha: 30/06/2024 19:08

    A 15 días de la desaparición de Loan Danilo Peña en Corrientes, los investigadores no descartan ninguna hipótesis, incluso las posibles conexiones culturales y religiosas. El doloroso antecedente que abrió el camino para esto fue el asesinato salvaje de “Ramoncito” González, el primero en ser calificado como “crimen ritual” por la Justicia argentina y por el cual 10 personas fueron condenadas a prisión perpetua. Fue el 6 de octubre de 2006. Ese día Ramón Ignacio González, un chico de 11 años que solía vender estampitas cerca de una vieja estación de la localidad correntina de Mercedes, salió de su casa para ir a la escuela y nunca volvió. En el camino fue secuestrado por un grupo de personas que lo llevó hasta una propiedad alquilada y lo sometió a la más pura crueldad: lo torturaron, lo violaron y lo descuartizaron como una ofrenda a San La Muerte. Leé también: Caso Loan: el fiscal de Corrientes recordó el crimen de “Ramoncito”, el nene asesinado en un ritual en 2006 Todos los miembros de la banda que participaron del rito fueron condenados por el delito de “homicidio triplemente calificado, por haberse cometido con ensañamiento, alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas, en concurso real con el delito de abuso sexual con acceso carnal y gravemente ultrajante y privación ilegítima de la libertad” a la pena máxima. El fallo, después confirmado por la Corte, dio por probado “el padecimiento prolongado ocasionado al menor previo a su muerte, por la participación de varias personas que se aprovecharon del absoluto estado de indefensión del pequeño, que dado su estado físico de desnutrición y psicológico, no pudo oponer resistencia alguna”. “Ramoncito”, el crimen que conmocionó a Corrientes hace 18 años Aquel fatídico viernes, cuando las horas pasaron y “Ramoncito” no regresó del colegio, su mamá denunció la desaparición a la Policía y comenzó una intensa búsqueda. Recién lo encontraron dos días después, descuartizado, en un baldío cercano a su casa. La escena del crimen de Ramoncito, una casa alquilada de la localidad correntina de Mercedes. (Foto: TN). Al principio se pensó que el chico, que era usado para vender drogas en el pueblo, había sido asesinado por quedarse con un vuelto. Pero la hipótesis se fue desdibujando a medida que se conocieron los detalles del estado en el que estaba su cuerpo cuando lo encontraron. Después de varios meses sin una línea de investigación firme, la incorporación del antropólogo correntino José Humberto Miceli al caso empezó por fin a poner blanco sobre negro. Fue él quien primero advirtió que el nene asesinado tenía estigmas en las manos, que le faltaban algunos huesos y que en la piel tenía marcas de torturas previas a su muerte, y relacionó el hecho con un ritual satánico. La autopsia del horror La autopsia no hizo más que poner en palabras el horror que ya se adivinaba: el crimen de “Ramoncito” se convertiría en uno de los casos más aberrantes en la historia criminal de nuestro país. Según los forenses, a Ramoncito lo habían violado y empalado, le habían quitado varias vértebras y, después de muerto, lo habían decapitado. Su cabeza no fue encontrada en el baldío junto con el resto del cuerpo, sino en otro lugar y le habían quitado la piel. Además, presentaba golpes, cortes y quemaduras. La víctima soportó un calvario que se extendió durante horas y tuvo como testigo a otra nena, de 14 años, a la que obligaron a presenciar la ceremonia ritual y cuyo testimonio fue clave después para resolver el caso. Una nena de 14 años, testigo clave La apodaban Ramonita, era la nieta de una de las personas que fueron detenidas por el hecho y su testimonio, contundente y absolutamente verosímil para la Justicia, fue replicado oportunamente por medios locales como Radio Sudamericana y el diario El Libertador. La nena contó que los que participaron de la ceremonia empezaron a tomar vino en copas a las que “les agregaban un líquido rojizo con una jeringa”, y mientras bebían uno comenzó a aullar y los demás lo siguieron, bailando alrededor del nene, al que violaron varias veces para después empezar a golpearlo. “Ramoncito” primero estaba sentado en un sillón marrón. Después lo acostaron sobre una alfombra gruesa y ahí lo mataron. Dany (Alegre) le dio un golpe fuerte con un cuchillo, pero no se desprendió del todo la cabeza. No sé si ya estaba muerto, pero ya no hablaba”, relató la testigo, ante el espanto de los investigadores. Después de matarlo “lo pusieron arriba de una hostia negra. Y juntaron sangre del cuerpo”, agregó. Una ofrenda para San La Muerte El rito tenía contenidos sádicos, como quemaduras de cigarrillo y cortes. Tomados de las manos con la sangre de Ramoncito, los integrantes de la secta consumieron cocaína y varios de ellos abusaron sexualmente de menores durante el sacrificio de la víctima. Leé también: Qué es el “sincretismo”, la religión que practica la abuela de Loan y por la que recibió una grave acusación En las crónicas policiales de la época indicaron que en los allanamientos se encontraron dos manuales de magia negra en los que se explicaba, por ejemplo, la forma en la que se debe dejar el cuerpo ofrendado. Esto podría explicar la forma en la que hallaron a “Ramoncito”, muy cerca de la terminal de micros y con apenas los huesos del cuerpo, colocados en forma de Y. “Parecía el cadáver de una persona fallecida un mes antes, pero el asesinato había ocurrido hacía apenas diez horas. Lo que se encontró fue un esqueleto y de la cabeza, separada, la calavera. De entrada quisieron dar a entender que era de una persona de la calle cuyo cuerpo fue depredado por perros o roedores, pero el dictamen de los forenses y de los especialistas de la Universidad de La Plata fue categórico: eso fue obra del hombre, no de perros ni roedores”, detalló un investigador. Los condenados por el crimen de “Ramoncito” En 2011, la Justicia condenó a César Carlos Alberto Beguiristain, Yolanda Martina Ventura, Esteban Iván Escalante, Jorge Carlos Alegre, Claudio Nicolás González, Osmar Aranda, Ana María Sánchez, Daniel Alegre y Patricia López. La Justicia condenó en 2011 a los acusados a la pena máxima. (Foto: gentileza Clarín). Daniel Alegre, el autor material del crimen, fue el único que logró evadir el primer proceso judicial. Estuvo prófugo durante 4 años, hasta que lo descubrieron en Córdoba trabajando como inspector de tránsito con una identidad falsa. En 2015, también fue condenado a la pena máxima. Finalmente, el último recurso presentado ante el máximo tribunal por el defensor oficial de Alegre, el abogado José Nicolás Báez, fue rechazado por Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti y Horacio Rosatti, que dejaron firme la sentencia en agosto de 2021. En marzo de 2023, González, que en el momento del crimen tenía 17 años, recuperó la libertad. La Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó sin efecto una decisión del Superior Tribunal de Justicia de Corrientes, que en 2011 lo había condenado.

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