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  • Desafiar la incertidumbre: estrategias de para triunfar en el mundo profesional

    Buenos Aires » AmbitoWeb

    Fecha: 30/06/2024 17:55

    Ya todos sabemos que la flexibilidad en esta nueva normalidad una habilidad crucial para un mundo donde la incertidumbre es lo corriente. Aprender a adaptarnos y prosperar en medio del caos nos vuelve más dúctiles. Sin embargo, la pregunta es, ¿alcanza? Entrenar nuevas habilidades es nuestra responsabilidad y como adultos no podemos quedarnos a la espera. Pensemos en la metáfora del bambú, que nos invita a transformarnos en seres fuertes que se curvan con el viento, pero sin romperse. Sin embargo, lo que era viento hoy es cambio climático. Pasamos de las tormentas y de los vientos huracanados a sequías severas. Lo que nos obliga a pensar en la imagen del cáctus. ¿Por qué cactus? La respuesta la encontré en las páginas del libro "Antifrágil" de Nassim Taleb . Este texto va más allá de la mera flexibilidad; nos habla de la capacidad de sobreponernos, de convertirnos en seres “anti frágiles”. No hay bambú que aguante conflictos geopolíticos, pandemias y enfermedades infecciosas, crisis económicas y financieras, ciberataques y seguridad digital, desigualdad económica y social, desempleo y subempleo, crisis de refugiados y desplazamientos forzados, escasez de agua y crisis hídrica, polarización política y social. Y estas son sólo las 10 problemáticas más riesgosas que menciona el Foro Económico Mundial para los próximos dos años. Entrenar nuevas habilidades es nuestra responsabilidad y como adultos no podemos quedarnos a la espera y mucho menos victimizarnos. Lo que nos queda es ejercitarnos y esto de la antifragilidad es un concepto interesante. Taleb explica que ser antifrágil no significa ser invulnerable, todo lo contrario. Se trata de la habilidad de ciertos sistemas, organismos o situaciones para beneficiarse del desorden, la volatilidad o el estrés. Mientras que la fragilidad se define como la susceptibilidad al daño por perturbaciones. La antifragilidad implica crecer y fortalecerse a través de los desafíos. ¿Acaso no estamos todos inmersos ahí? En mi tarea como coach y mentora en lo que refiere al desarrollo personal, profesional y de equipos, me parece interesante mencionar las cuatro claves fundamentales para cultivar la antifragilidad que trae Taleb: Resiliencia vs Antifragilidad : a diferencia de la resiliencia, que implica la capacidad de un sistema para recuperarse de un trauma o perturbación, la antifragilidad implica ganar fuerza y mejorar como resultado de los desafíos. Imaginate que lanzás tu primer producto al mercado y fracasás. En lugar de desanimarte, podés utilizar esta experiencia como una oportunidad de aprendizaje. Analizamos detenidamente lo que salió mal, ajustamos su enfoque y volvemos a intentarlo con una nueva estrategia. Como resultado, no solo superamos el fracaso inicial, sino que nos sobreponemos, observamos el contexto y reiniciamos. : a diferencia de la resiliencia, que implica la capacidad de un sistema para recuperarse de un trauma o perturbación, la antifragilidad implica ganar fuerza y mejorar como resultado de los desafíos. Imaginate que lanzás tu primer producto al mercado y fracasás. En lugar de desanimarte, podés utilizar esta experiencia como una oportunidad de aprendizaje. Analizamos detenidamente lo que salió mal, ajustamos su enfoque y volvemos a intentarlo con una nueva estrategia. Como resultado, no solo superamos el fracaso inicial, sino que nos sobreponemos, observamos el contexto y reiniciamos. Riesgo y exposición : evitar completamente el riesgo no es la mejor estrategia, según el autor. Algunos sistemas necesitan exposición al riesgo para fortalecerse y prosperar. El hecho de cultivar nuestra inteligencia financiera y diversificar inversiones, puede ser un ejemplo. Pensemos en el desarrollo profesional y aquellos que evitan tomar riesgos en sus carreras, como cambiar de trabajo o explorar nuevos campos y se quedan estancados en roles que no los desafían ni les permiten crecer. En el acto de exponernos al riesgo de buscar oportunidades podemos descubrir nuevas habilidades, experiencias y perspectivas. Lo mismo aquellos emprendedores que se aferran a ideas convencionales y se pierden la posibilidad de crear soluciones innovadoras y disruptivas que aborden necesidades no satisfechas en el mercado. : evitar completamente el riesgo no es la mejor estrategia, según el autor. Algunos sistemas necesitan exposición al riesgo para fortalecerse y prosperar. El hecho de cultivar nuestra inteligencia financiera y diversificar inversiones, puede ser un ejemplo. Pensemos en el desarrollo profesional y aquellos que evitan tomar riesgos en sus carreras, como cambiar de trabajo o explorar nuevos campos y se quedan estancados en roles que no los desafían ni les permiten crecer. En el acto de exponernos al riesgo de buscar oportunidades podemos descubrir nuevas habilidades, experiencias y perspectivas. Lo mismo aquellos emprendedores que se aferran a ideas convencionales y se pierden la posibilidad de crear soluciones innovadoras y disruptivas que aborden necesidades no satisfechas en el mercado. Estrategia de riesgos : Taleb propone una estrategia de "todo o nada", donde se evitan los riesgos intermedios y se dividen las inversiones en dos extremos: uno muy seguro y otro altamente especulativo. En una gestión de proyectos, por ejemplo, un gerente de proyectos sigue la estrategia al dividir los recursos y el tiempo del equipo en dos partes: una dedicada a la ejecución de tareas críticas y bien definidas que garanticen el cumplimiento de los objetivos principales del proyecto, y otra reservada para la exploración de ideas innovadoras o soluciones creativas que puedan generar valor adicional pero que también podrían conllevar un mayor riesgo de fracaso. : Taleb propone una estrategia de "todo o nada", donde se evitan los riesgos intermedios y se dividen las inversiones en dos extremos: uno muy seguro y otro altamente especulativo. En una gestión de proyectos, por ejemplo, un gerente de proyectos sigue la estrategia al dividir los recursos y el tiempo del equipo en dos partes: una dedicada a la ejecución de tareas críticas y bien definidas que garanticen el cumplimiento de los objetivos principales del proyecto, y otra reservada para la exploración de ideas innovadoras o soluciones creativas que puedan generar valor adicional pero que también podrían conllevar un mayor riesgo de fracaso. Descentralización: Aboga por la descentralización y la diversificación como medios para fortalecer sistemas y reducir la vulnerabilidad a eventos adversos (uno de mis preferidos porque nos permite construir "opciones"). Me parece super interesante la conformación de equipos de trabajo interdisciplinario. Al incluir miembros con diversas habilidades, experiencias y perspectivas, el equipo puede abordar los desafíos desde diferentes ángulos y encontrar soluciones más innovadoras y resilientes. Es claro que el desafío es retador pero cada uno de nosotros es el responsable de sostenerse. Como individuos o equipos de trabajo, somos sistemas que necesitan asociarse a este concepto no sólo para sobreponerse sino para formar redes potentes que soporten lo impredecible. Mentora y entrenadora en marca personal, persuasión y marketing para negocios de servicios (@caroaltamiranofink)

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