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  • Control de Avena Fatua en el Cultivo de Trigo

    » Diario Pampa

    Fecha: 30/06/2024 14:19

    Por Mariano Fava (*) La avena fatua (Avena fatua L.) es una de las malezas más problemáticas en los cultivos de trigo pan en la Pampa, ya sea por la competencia que hacen por agua y nutrientes disminuyendo el potencial de producción de la especie deseada, como por los castigos comerciales que reciben los lotes de grano de trigo infestados con las semillas de esta avena. Su alta capacidad de adaptación y resistencia a herbicidas hacen que su control sea un desafío constante para los productores. Por ello en la columna de hoy abordaremos los aspectos más sobresalientes de su ciclo de vida, así como las estrategias de manejo más adecuadas para minimizar su impacto en el cultivo en cuestión. La avena fatua es una maleza anual que generalmente germina en otoño e invierno, coincidiendo con el ciclo del trigo. Su germinación no es uniforme, ocupa una ventada de tiempo que va desde mayo a fines de agosto. Por ello resulta imposible eliminar todas las cohortes de fatua con un tratamiento químico de preemergencia del cultivo. Adicionalmente, sus semillas pueden permanecer viables en el suelo por varios años, lo que complica aún más su control y manejo. La germinación se desencadena con la llegada de las primeras lluvias otoñales, y las plántulas emergen rápidamente para aprovechar las condiciones favorables de humedad y temperatura. Una vez emergidas, las plántulas de avena fatua desarrollan rápidamente un sistema radicular profundo y una roseta basal de hojas. Durante esta fase, la planta acumula nutrientes y energía que serán utilizados en las etapas posteriores. Su capacidad para competir por recursos como luz, agua y nutrientes la convierte en una amenaza directa para el trigo, reduciendo el rendimiento del cultivo. La avena fatua florece en primavera, produciendo espigas que contienen numerosas semillas. Estas maduran antes que el trigo, con lo cual parte de ellas caen en el lote asegurando el banco de semilla para la perpetuación de la plaga, mientras que otro porcentaje importante se va con el grano afectando (disminuyendo) su valor comercial. El viento, los animales, la maquinaria agrícola y lotes de semillas de trigo infestados con fatua completan las estrategias de diseminación de la plaga. Vale aclarar que, en caso de emplear un lote de trigo contaminado con semilla de avena fatua para semilla, el mismo deberá ser procesado con un implemento conocido como "triel", el cual consiste en unos cilindros con alveolos que permiten separar el grano de trigo de la avena fatua, luego de ser tratados con una clasificadora por zaranda, gravedad y viento convencional. Las semillas de avena fatua presentan una dormancia que les permite sobrevivir condiciones adversas y germinar en temporadas posteriores. Este mecanismo de latencia es una de las principales razones de su persistencia y dificultad de control. La diseminación de semillas a través de equipos agrícolas y vehículos facilita su expansión a nuevos campos y regiones. La rotación de cultivos es una estrategia efectiva para reducir la presión de la avena fatua. Alternar el cultivo de trigo con otros cultivos que no sean hospederos de esta maleza, como maíz o soja, puede interrumpir su ciclo de vida y reducir el banco de semillas en el suelo. También la rotación con especies invernales como colza o cártamo, sirven a tal efecto. El manejo cultural incluye prácticas como la siembra en fechas óptimas para el trigo, el uso de variedades competitivas y el ajuste de la densidad de siembra para maximizar la competencia del cultivo contra la maleza. Estas prácticas pueden reducir significativamente la emergencia y establecimiento de la avena fatua. El uso de herbicidas selectivos es una herramienta importante en el manejo de la avena fatua. Sin embargo, es crucial rotar los modos de acción de los herbicidas para evitar la selección de biotipos resistentes. Los tratamientos preemergentes y postemergentes deben aplicarse en los momentos adecuados para maximizar su efectividad. En conclusión, el control de la avena fatua en el cultivo de trigo requiere una estrategia integrada que combine métodos culturales y químicos. Comprender el ciclo de vida de esta maleza es fundamental para desarrollar y aplicar prácticas de manejo efectivas que minimicen su impacto en los rendimientos del trigo. La implementación de un manejo integrado de malezas, junto con la vigilancia continua y la adaptación de estrategias basadas en las condiciones locales, es la clave para el éxito en el control de la avena fatua. (*) Mariano Fava - Ingeniero Agrónomo (MP: 607 CIALP) - Posgrado en Agronegocios y Alimentos - @MARIANOFAVALP

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