02/07/2024 10:25
02/07/2024 10:25
02/07/2024 10:25
02/07/2024 10:25
02/07/2024 10:25
02/07/2024 10:25
02/07/2024 10:25
02/07/2024 10:25
02/07/2024 10:25
02/07/2024 10:25
» El Ancasti
Fecha: 30/06/2024 12:35
La pandemia generó, por los largos períodos de aislamiento obligatorio y la gran cantidad de muertes que provocó el Covid-19, un incremento de las patologías mentales. A partir del fin de la pandemia, ocurrida en mayo del año pasado, los estudios empezaron a percibir una mejora emocional en la población en casi todas las regiones del mundo, incluida América Latina. Argentina parece ser la excepción, según un estudio del Observatorio de Psicología Social de la Universidad Nacional de Buenos Aires. La agudización de la crisis económica es la razón por la que en nuestro país no se verifica esta “mejora emocional”. El estudio midió lo que llama “Termómetro psicosocial y económico”. El 72% de las personas encuestadas señaló que los problemas económicos afectan en gran medida a su salud mental. El trabajo corrobora que la grieta que caracteriza a la política nacional tiene su correlato en la percepción de la realidad. Los votantes de Javier Milei tienden a asumir una perspectiva a futuro más optimista. Los que simpatizan con la oposición o están en contra de la gestión libertaria reflejan sentimientos más cercanos a la angustia o la tristeza. Estudios elaborados en años anteriores reflejaban lo mismo. Los más cercanos al oficialismo –aunque la identidad política del gobierno cambiase- son más optimistas y por ello menos afectados por padecimientos en la salud mental, y los opositores más comprometidos por sus pensamientos negativos. La extensión de la crisis y la incertidumbre respecto de cuándo se frenará la caída de la actividad económica que aún no parece encontrar su piso, ha provocado que paulatinamente se extienda la desesperanza y consecuentemente los efectos negativos en la salud mental. La división entre “optimistas” y “pesimistas” ha visto, entonces, modificar las proporciones de los resultados electores. Si el 56% votó a favor del actual gobierno en el balotaje de noviembre y el 44% la otra opción, en la actualidad el trabajo del Observatorio de Psicología Social detecta que el 54% de los encuestados considera a la situación económica del país como extremadamente grave. El estudio indica que “la preocupación por la estabilidad económica es generalizada, reflejando un temor extendido por el futuro inmediato”. La inquietud se refiere a la situación general, pero también a la familiar y personal de los entrevistados. El 70% de los encuestados cree que el país está en decadencia y un 63% menciona la inseguridad como una preocupación principal. Además, el 41% teme perder su empleo y el 37% teme no encontrar trabajo en su profesión. No es difícil concluir que la inestabilidad de la economía, que provoca incertidumbre y temores persistentes, es factor clave en los trastornos emocionales de los argentinos desde hace décadas. De modo que ponerle fin a los permanentes vaivenes de las finanzas del país no es solo una necesidad vinculada a la macro y microeconomía, sino también un desafío en clave de salud mental.
Ver noticia original
.gif)
 (1).jpg)
Examedia © 2024
Desarrollado por