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» El cordillerano
Fecha: 30/06/2024 12:09
MUJERES QUE TRANSFORMAN | 24/06/2024 José Alperovich fue tres veces gobernador de Tucumán y senador nacional, un hombre poderoso y por lo visto sin escrúpulos. Su sobrina segunda, hija de un primo hermano, a quien se la identifica como F para preservar su identidad, lo denunció por abuso y violación en varias oportunidades entre 2017 y 2019 cuando trabajaba como asesora. Los hechos tuvieron diversas locaciones. Para resguardarse del poder económico y político de este personaje siniestro ella escribió una carta que publicó el mismo día que hizo la presentación judicial. Un texto que merece ser leído para entender los horrores por los que pasó. “Estoy contra la opresión del silencio y por la necesidad de recuperar mi vida, de sanar llamando a las cosas como son, sin suavizarlas ni teñirlas, poniéndole al monstruo nombre y apellido. Cuando no le ponés nombre, no existe”, dice un párrafo. Continúa describiendo el sometimiento y el miedo que le genero esta situación. La denuncia de Thelma Fardin la ayudó a tomar la decisión y pudo sostenerse gracias al apoyo de los distintos grupos que la acompañaron y contuvieron. Para el resto de las víctimas será ahora más difícil con la orfandad impuesta desde el gobierno por el cierre del Ministerio de las Mujeres y Diversidades, y con la campaña de desprestigio a las causas feministas. Son muchas las pruebas: según el vocero presidencial el lesbicidio de Andrea, Pamela y Roxana en una pensión de Barracas es un crimen más; el secretario de Culto culpa al divorcio de varios de los males que padecemos; la prohibición del uso del lenguaje inclusivo en los estamentos estatales; todo esto alienta a los violentos que se motivan por causas de género. No es casual que el abogado defensor pertenezca al estudio jurídico del actual ministro de Justicia, encargado de desmantelar las políticas de protección a las víctimas que existían antes de asumir. La magnitud del ultraje detallado en el fallo hizo que el juez trastabillara varias veces en su lectura. Se lo condenó a 16 años con prisión efectiva por el riesgo probable de eludir el accionar de la justicia y perjudicar los objetivos del proceso. Mientras escuchaba, el reo miraba para abajo intentando sofrenar la mueca de “puchero” que le surgía inconscientemente en sus labios resaltados por el bigote. Al finalizar levantó la cabeza y sus ojos fríos se dirigieron a los cuatro hijos que lo acompañaron durante el proceso. De nada sirvieron los falsos testimonios de tres testigos, ni las pericias psicológicas dudosas de dos especialistas. Este caso se enmarca dentro del 16% de denuncias contra la integridad sexual que llegan a condena. La víctima estuvo representada por la periodista tucumana Milagro Mariona, “Cuando preguntás dónde están las feministas... acá estamos, acompañando a las víctimas”. F no estuvo, ni está sola.
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