Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Envejecimiento: lo que quieren “ocultar” cada vez más los jóvenes

    » El dia La Plata

    Fecha: 30/06/2024 11:40

    En una ironía del destino, la generación que prometió derribar estereotipos y celebrar la diversidad se encuentra ahora atrapada en la persecución de la perfección estética. La generación Z, nacidos entre 1996 y 2010, ha crecido en un entorno donde las redes sociales no solo son omnipresentes, sino también dictadoras de nuevos estándares de belleza. Esta contradicción ha llevado a una juventud obsesionada con eliminar cualquier signo de envejecimiento, incluso antes de que aparezca. Las redes sociales, que alguna vez fueron vistas como un refugio para expresiones alternativas y narrativas diversas, ahora refuerzan nuevos cánones de belleza. Esta generación, sumergida en un mar de imágenes retocadas y filtros, busca desesperadamente ajustarse a estas normas inalcanzables. Vídeos en TikTok analizan los rostros de celebridades como Rihanna (35) o Andrew Garfield (40), quienes aparentan menos edad comparados con figuras como Kylie Jenner (26) o Millie Bobby Brown (20). Este fenómeno ha impulsado a los jóvenes a recurrir a intervenciones estéticas mucho antes que sus predecesores. A pesar de su obsesión con las cremas antiedad y los tratamientos de belleza, los jóvenes parecen ignorar factores críticos que influyen en el envejecimiento, conocidos como el exposoma. Este término, acuñado por Christopher P. Wild, abarca factores como la radiación solar, el tabaco, la contaminación, la alimentación, el estrés, la falta de sueño y el clima. Según el dermatólogo Pedro Jaén, estos elementos determinan entre un 70 y 80% cómo una persona envejecerá. La generación Z, sin embargo, sigue subestimando estos riesgos: solo un 32% usa fotoprotección durante todo el año, según el Observatorio Heliocare. Yvette Pons, terapeuta experta en morfofisiología estética, ha observado un aumento en jóvenes que buscan tratamientos invasivos, resultando en rostros que aparentan más edad de la que tienen. Según datos de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), el acceso a la medicina estética ha disminuido de los 35 a los 20 años. Este fenómeno se ha visto exacerbado por la pandemia, que incrementó la demanda de tratamientos como rellenos de ácido hialurónico y neuromoduladores. El aumento en la popularidad de los tratamientos estéticos entre jóvenes ha llevado a un mercado más accesible y menos invasivo, normalizando procedimientos que antes eran tabú. El presidente de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (AECEP), Nicolás Maestro Sarrión, advierte sobre los riesgos de esta tendencia, subrayando la necesidad de una adecuada asesoría profesional. De los 627,000 tratamientos faciales realizados en 2021, el 42% fueron de toxina botulínica y el 32% de rellenos de ácido hialurónico. Sin embargo, muchos jóvenes ignoran que estos tratamientos preventivos pueden tener efectos adversos a largo plazo. Es crucial que los profesionales de la estética mantengan un enfoque ético y cauteloso al tratar a jóvenes pacientes. Luis Martínez Quindós, de la clínica homónima en León, destaca la importancia de evaluar la salud emocional antes de cualquier intervención. La demanda de tratamientos estéticos a menudo está impulsada por una dismorfia corporal, y es responsabilidad del especialista guiar al paciente y evitar procedimientos innecesarios. La generación Z enfrenta una paradoja: en su búsqueda de romper con el pasado y celebrar la diversidad, han caído en la trampa de nuevos estándares de belleza, impulsados por la omnipresencia de las redes sociales. La obsesión por la perfección estética no solo refleja una inseguridad profunda, sino también una peligrosa tendencia a subestimar los riesgos asociados con el envejecimiento prematuro. En un mundo donde la apariencia física se convierte en un objetivo controlable, la juventud parece estar sacrificando su salud y bienestar emocional en el altar de una belleza efímera y artificial. Los tratamientos antiage obsesionan a los jóvenes / Pexels OTRO ESTUDIO VALIDA LA PREOCUPACIÓN DE LOS JÓVENES En un mundo cada vez más acelerado, donde la presión social, económica y académica se hace sentir desde temprana edad, los jóvenes de hoy enfrentan un desafío inesperado: la sensación de envejecimiento prematuro. Esta percepción, aunque subjetiva, puede tener consecuencias reales y duraderas en la salud física y mental de una generación que se suponía gozaría de su mejor momento. Un estudio reciente de la Universidad Estatal de Carolina del Norte revela cómo el estrés puede hacer que los jóvenes de entre 18 y 36 años se sientan mayores de lo que realmente son, especialmente cuando sienten que tienen poco control sobre sus vidas. Las redes sociales (alguna vez, refugio) ahora refuerzan nuevos cánones de belleza ESTRÉS Y PERCEPCIÓN DE LA EDAD: UN NUEVO CAMPO DE ESTUDIO El estrés, definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una sensación de tensión mental y preocupación desencadenada por circunstancias adversas, es una respuesta natural del cuerpo. Sin embargo, la manera en que los individuos manejan esta respuesta determina su impacto en la salud. Tradicionalmente asociado con la vida adulta y las responsabilidades laborales y familiares, el estrés ahora también afecta significativamente a los jóvenes. Este cambio de paradigma ha llevado a científicos como Shevaun Neupert, profesor de psicología en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, a investigar cómo el estrés influye en la percepción de la edad entre los más jóvenes. LA INVESTIGACIÓN Y SUS HALLAZGOS El estudio de Neupert, titulado “El efecto de las creencias de control sobre la relación entre los factores estresantes diarios y la edad subjetiva en adultos más jóvenes”, publicado en la revista Mental Health Science, analizó a 107 adultos jóvenes durante ocho días consecutivos. A través de encuestas diarias, los participantes reportaron sus niveles de estrés, su percepción de control sobre sus vidas y su edad subjetiva. Los resultados fueron reveladores: los días en que los participantes sentían mayor estrés y menos control sobre sus vidas, también se sentían y se veían más viejos. Se consultó a varios expertos para analizar estos resultados. El psicólogo Sebastián Ibarzábal, miembro de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP) y de la Asociación de Psiquiatras de Argentina (APSA), explicó que el estrés crónico puede llevar a la ansiedad, la depresión y la disminución de la autoestima, afectando la percepción de la edad. “El estudio sugiere que los adultos jóvenes pueden sentirse envejecidos cuando pierden el control de su vida. Esto podría deberse a que asocian la vejez con la incapacidad de resolver problemas”, comentó Ibarzábal. Una juventud obsesionada con eliminar cualquier signo de envejecimiento Alexis Alderete, licenciado en psicología y especialista en trastornos de ansiedad, destacó que el estrés afecta la autoimagen y la productividad de los jóvenes. “El estrés se vuelve problemático cuando es constante y sostenido en el tiempo, llevando a síntomas físicos como tensión muscular y agotamiento. Los jóvenes atribuyen estos síntomas a un envejecimiento prematuro, lo que contribuye a una percepción negativa de sí mismos”, explicó Alderete. El doctor Pablo Bagnati, especialista en psiquiatría y coordinador de Neuropsiquiatría del servicio de Neurología Cognitiva de Fleni, analizó las consecuencias del estrés en los jóvenes. “El aumento de enfermedades, el consumo de drogas y actividades de riesgo son algunas de las consecuencias del estrés en los adolescentes. Cuando un joven enfrenta restricciones a su libertad, como durante la pandemia, puede sentirse envejecido”, señaló Bagnati. El psicoanalista Jorge Catelli, profesor e investigador de la UBA, miembro titular en función didáctica e integrante de la comisión directiva de la Asociación Psicoanalítica Argentina, aportó su visión sobre el estrés en los jóvenes. “La autopercepción se ve afectada por las expectativas y deseos de los demás, como padres y jefes. Estas exigencias incrementan el estrés, llevando a síntomas corporales y trastornos psicosomáticos propios de los adultos”, explicó Catelli. La sensación de envejecimiento prematuro en los jóvenes es un fenómeno complejo que requiere atención y comprensión. La percepción de control sobre la vida y la capacidad para manejar el estrés son factores clave en la salud mental y física de esta generación. En un mundo que impone cada vez más exigencias, es fundamental desarrollar estrategias de intervención que protejan el bienestar de los jóvenes y les permitan enfrentar los desafíos sin sacrificar su vitalidad y salud. Este estudio abre un debate necesario sobre el impacto del estrés en la juventud y la necesidad de apoyarlos en su camino hacia una vida equilibrada y satisfactoria. Principalmente las mujeres jóvenes son las que más se vuelcan a estos tratamientos / Pexels

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por