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  • “Los que ‘resucitan’ a los demás”

    » El Norte

    Fecha: 30/06/2024 10:39

    Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (Mc 5,21-43) Por monseñor Hugo Norberto Santiago Obispo de la Diócesis de San Nicolás “Cuando Jesús regresó en la barca a la otra orilla, una gran multitud se reunió a su alrededor, y Él se quedó junto al mar. Entonces llegó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verlo, se arrojó a sus pies rogándole con insistencia: ‘Mi hijita se está muriendo; ven a imponerle las manos, para que se sane y viva’. Jesús fue con él y lo seguía una gran multitud que los apretaba por todos lados. Llegaron unas personas de la casa del jefe de la sinagoga y le dijeron: ‘Tu hija ya murió; ¿para qué vas a seguir molestando al Maestro?’. Pero Jesús, sin tener en cuenta esas palabras, dijo al jefe de la sinagoga: ‘No temas, basta que creas’. Y sin permitir que nadie lo acompañara, excepto Pedro, Santiago y Juan, fue a la casa del jefe de la sinagoga. Allí vio un gran alboroto, y gente que lloraba y gritaba. Al entrar, les dijo: ‘¿Por qué se alborotan y lloran? La niña no está muerta, sino que duerme’. Y se burlaban de Él. Pero Jesús hizo salir a todos, y tomando consigo al padre y a la madre de la niña, y a los que venían con Él, entró donde ella estaba, la tomó de la mano y le dijo: ‘Talitá kum’, que significa ‘Niña, yo te lo ordeno, ¡levántate!’. Enseguida la niña, que ya tenía doce años, se levantó y comenzó a caminar. Ellos, entonces, se llenaron de asombro, y Él les mandó insistentemente que nadie se enterara de lo sucedido. Después dijo que dieran de comer a la niña”. Palabra del Señor. Estar muertos y resucitar Si, como reflexionamos el domingo pasado con la tempestad calmada por Jesús, “hundirse” era sucumbir a la enfermedad, a la crisis de vínculos y a la situación económica; “resucitar” es ser sanado, reconciliarnos y generar trabajo y crear una sociedad más equitativa. La dignidad humana de todos es el objetivo. Lo que impide una vida digna es estar alienados por defecto o por exceso. Estar “alienados” significa ser esclavos de una situación que nos impide alcanzar un objetivo. “Alienado por defecto” es aquel que no tiene los medios para alcanzar el fin de una vida humanamente digna; por ejemplo, no tiene salud, no tiene educación, no posee los medios económicos necesarios ni puede proveérselos por sí mismo; tampoco tiene fe ni cree en Dios y por eso no tiene valores que le den un sentido trascendente a su vida y a su entrega a los demás. “Alienado por exceso”, en cambio, es la situación de aquel que, teniendo salud, educación, y bienes económicos, ha transformado a los medios en fines. Quedarse en los medios y disfrutar egoístamente de ellos le impide alcanzar el objetivo de la dignidad humana porque los medios le han quitado los valores, la grandeza de alma y la lucidez para descubrir que no es dueño de la capacitación, el dinero y las oportunidades que la vida y Dios le ha dado, sino administrador para el bien común. Los que “resucitan” a los demás

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