Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Esclavas sexuales: la documentalista que muestra un espanto de la Segunda Guerra

    » Clarin

    Fecha: 30/06/2024 10:19

    Cecilia Kang es guionista y cineasta. Hija de padres coreanos, pero nacida en Argentina. La convivencia con esa dualidad cultural la llevó a hacerse muchas preguntas sobre su identidad y a buscar respuestas en sus películas. En su primer largometraje documental, Mi último fracaso (BAFICI 2016, Competencia Nacional), aborda con mirada íntima la vida de tres mujeres de la comunidad coreana en suelo argentino. “Esa es una de las cosas que me interesa trabajar en mis proyectos. Tengo mi identidad partida en dos y por culturas que son literalmente opuestas. Siempre tuve que convivir con eso. Cada vez que voy a lo de mis papás, me saco los zapatos y de repente, me vuelvo una hija coreana que habla y come coreano. Esas dicotomías y complejidades a veces están llenas de contradicciones”, dice Kang a Viva. En su último documental, Partió de mí un barco llevándome, se mantiene a bordo de ese plan, pero incorpora la historia de mujeres coreanas que, en la Segunda Guerra Mundial, fueron utilizadas como esclavas sexuales por el ejército japones. Las comfort women o mujeres de consuelo, así las llamaban los militares japoneses. Inspirada en un poema de Alejandra Pizarnik, donde escribe “explicar con palabras de este mundo/ que partió de mí un barco llevándome”, Kang encontró la manera de contar con sonidos e imágenes un hecho traumático de su cultura sanguínea. La película trata de hacer el ejercicio de reflexionar a través de imágenes y sonidos sobre aquellas cosas que son muy dolorosas de decir. Cecilia Kang Documentalista “Pensando un título posible, Virginia (Roffo, guionista de la película) nombró ese poema. Con el correr de los años y la investigación, analizando esos versos, se dijo que quizás hablaba de la imposibilidad de que ciertas experiencias en el mundo no fuesen posibles de explicar con palabras. Que son inasibles. Ahí me cerró”, explica. Partió de mí un barco llevándome tuvo su estreno en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, y recibió varios premios. Su lanzamiento comercial será el próximo 4 de julio en la sala Lugones (Teatro San Martín) y en el Malba, y también se planifican proyecciones en otras provincias. “La película trata de hacer el ejercicio de reflexionar a través de imágenes y sonidos sobre aquellas cosas que son muy dolorosas de decir”, explica Kang, quien por momentos intenta no quebrarse. Sobre todo, al recordar lo que fue el testimonio de Kim Bok-dong, una de las sobrevivientes que tuvo la posibilidad de escuchar en 2013, cuando viajó a Corea por segunda vez. Una escena de Partió de mí un barco llevándome, el documental de Kang. “Ella contó cómo, a sus 15 años, junto con otras 30 mujeres, la subieron a un barco que emprendió un viaje a un destino no elegido. Nos hablaba de cómo la violaban más de 20 veces al día. De otras mujeres que vio morir a su lado. Habló de la culpa que sintió cuando finalmente pudo regresar a su casa, pero otras no. Y de la vergüenza infligida por una sociedad hacia ella, que la hizo callar hasta los 60 años. Fue impactante. Era ver una abuela contar todo lo que vivió. Es algo que me destrozó y fue el motor para poder hacer esta película”, dice Kang. Después de un largo silencio, la directora encontró la manera de ponerles voz a los testimonios de las sobrevivientes. A través de la interpretación de actrices de la comunidad coreana que no estaban tan al tanto de estos hechos históricos, las jóvenes confrontaron con un capítulo tangencial de su historia y en la misma película se reflejan momentos de llanto al leer lo que sucedió. Melanie, una de las protagonistas, lleva el hilo conductor de los relatos y amplifica lo vivido en el cuerpo de esas mujeres, como una forma de exorcizar un pasado que fue tabú en la postguerra. “La necesidad de hacer la película fue poder visibilizar este tema, que mis amigos que viven acá también puedan saber y también personas de otras latitudes”, dice la directora. La primera sobreviviente que se animó a hablar sobre esclavitud sexual lo hizo a los 60 años, en 1991. Estaban silenciadas en su propio país. “La primera sobreviviente que se animó a hablar sobre este tema lo hizo en el ’91 a los 60 años. No solo sufrieron las atrocidades que sufrieron, sino que quedaron silenciadas en su mismo país. Hay muchas ONG que luchan para que haya memoria. Estas mujeres sufrieron la estigmatización de la propia sociedad coreana. Una vergüenza.” -¿Cuál fue la mayor dificultad que tuviste con esta película? -La traba que tuve es que es un tema inabarcable. Un hecho histórico atroz y no tenía las herramientas para poder contar una película que hable de esto. La propuesta de la guionista surgió a partir de preguntas: ¿por qué no hacer una película que hable de eso? ¿Cómo hablar de este tema siendo mujeres que vivimos en la Argentina y especialmente yo, siendo de la comunidad coreana? ¿Qué les pasa a las chicas de la comunidad cuando traen este tema al presente? Ese fue un gran punto de partida. Cecilia Kang dice que la comunidad coreana le dio su apoyo para el documental. -¿Volver sobre esto te trajo conflictos con la comunidad coreana?

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por