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  • YO DIGO… El Grito de Alcorta: De 1912 a 2024

    Concepcion del Uruguay » La Calle

    Fecha: 30/06/2024 06:17

    El 25 de junio se conmemoró el 112 aniversario de lo que se conoce como Grito de Alcorta, una de las gestas más referidas, citadas y falsificadas de la historia Argentina. La historiografía oficial dice que dos curas de apellido Netri, uno de Máximo Paz y otro de Alcorta, convocaron a un hermano abogado para asesorar a colonos arrendatarios en un conflicto gremial. Bueno, eso nunca sucedió así. La huelga comenzó en Bigand, Santa Fe, a 27 kilómetros de Alcorta, motorizada por una entente de colonos y comerciantes cuyo líder fue Luis Fontana, yrigoyenista, dueño de una barraca, al que los chacareros no podían pagar el fiado. La causa, entre otras cosas, eran los altos arrendamientos que pagaban. Movilización mediante, con concentración en la plaza del pueblo incluida, entregaron un petitorio a Víctor Bigand; prominente terrateniente y fundador del pueblo. Le pedían una rebaja por el alquiler de sus campos y lo emplazaban a responder en 30 días. En ese intervalo, Francisco Capdevila y Manuel Sales, militantes activos de una cédula anarquista de Máximo Paz, organizan la primera comisión de huelga y llaman a una asamblea para el 25 de junio en Alcorta. Convocan como asesor jurídico a Franciso Netri, un abogado de la colectividad italiana, ateo militante, de notorias diferencias ideológicas con sus hermanos. El mitin de Alcorta es una continuidad de Bigand, ahí se declara formalmente la huelga. Los curas no tuvieron participación alguna en el conflicto. Aunque esta primera comisión de huelga tomó el nombre de Alcorta, la integraban colonos de esa localidad, de Máximo Paz y de Bombal. Su característica distintiva fue que solo tenía fijado el cargo de presidente. Algunos de los líderes, como Manuel Sales y Francisco Capdevila, fueron encarcelados, torturados y obligados a “exiliarse” de Máximo Paz, perseguidos por el caudillo radical Manuel Rodeiro, importante subarrendador lugareño, líder de la resistencia patronal anti chacarera y autor intelectual de los asesinatos de Francisco Netri en 1916, y del capitán Eduardo Laurent, en 1928. Motivos reales y la diferencia con el hoy La causa de la huelga fue el quantum de los arrendamientos; no hubo otra motivación más que el alto canon que debían pagar. Esa fue la chispa que incendió la pradera. Nunca estuvo en debate la reforma agraria, ni la propiedad de la tierra, eso vino después. El conflicto inicial estuvo circunscripto a la pelea subarrendadores vs arrendatarios. En el Grito de Alcorta hizo eclosión la agricultura de tres pisos, que es parecida en algunos aspectos a la de hoy. Veamos: en 1912 el tema era así: el terrateniente alquilaba su latifundio en block a un subarrendador, y éste lo subalquilaba parcelado, a los colonos arrendatarios. En 2024 el tema es así: el terrateniente alquila su latifundio a un pool o mega productor que, a su vez, lo hace trabajar por un contratista rural. La diferencia es que hace 112 años el chacarero era insustituible; había que levantarse a las 5 am, atar los caballos y arar todo el día. Sin él no había milagro. Hoy, con el actual desarrollo tecnológico, se pueden cultivar las 38 millones de hectáreas que se siembran en la Argentina sin un solo chacarero. Los colonos son imprescindibles desde lo económico, lo cultural, lo social, por el arraigo, etcétera, pero no desde lo productivo. Que sigan existiendo es una decisión política de la sociedad, que solo el Estado puede y debe garantizar. Sin Estado no hay agricultura familiar, chacarera e indígena posible, ni viable. Tierra de oportunidades La Argentina no fue una tierra de oportunidades fáciles ni extendidas para quienes vinieron a hacer “la América”, como lo presenta la historiografía liberal. El Grito de Alcorta ejemplifica con nitidez esas condiciones misérrimas que la oligarquía y los subarrendadores imponían a sus inquilinos rurales. El subarriendo fue el gambito que encontró nuestra oligarquía terrateniente para incorporar sus campos a la producción, conservando la propiedad de la tierra; y obviamente sin trabajar ellos. Vivían, como hoy, de rentas. Y como ahora, mandaban a otros a agarrar la pala. El arriendo del arriendo es un invento típicamente argento. La figura del subarrendador es clave para entender el proceso de colonización, sin él la oligarquía no hubiese podido conservar sus latifundios. El Grito de Alcorta es una prueba concreta de la falacia de que la Argentina del centenario fue una potencia, como lo proclama el actual presidente. La Argentina de 1912 era un puñado de oligarcas megamillonarios y un pueblo hambriento.

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