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  • En Acassuso, los veinte años de un restaurante clásico de zona norte donde comer mollejas bien crocantes

    » Clarin

    Fecha: 30/06/2024 06:09

    Document L’Atelier Bistró de inspiración franco-latina. Avenida del Libertador 14520. Acassuso, Gran Buenos Aires. Teléfono 1121694438 Horario Lunes a sábados de 20 a 24 horas. Instagram @bistrolatelier Precio del cubierto promedio $ 31.000 (con servicio incluido y agua). Pocos se resisten al encanto de un bistró, una de las grandes instituciones gastronómicas de Francia. ¿Será por el sonido amistoso y agradable de la palabra? ¿O quizás por su innata esencia confortable que asegura una cocina franca, generosa y sabrosa, indiferente a las volteretas del fine dining? Lo que está fuera de discusión es que se trata de un concepto basado en los productos del territorio elaborados a través de la matriz culinaria francesa. Una manera de entender el “comer afuera” que seduce grupos de familia y de amigos para que se relajen y conversen en libertad, delante de buenas comidas que movilicen, además del paladar, al corazón. Qué es un bistro Un formato hijo de la evolución de etapas anteriores. El escritor y dramaturgo galo Émile Zola describe una de ellas en una de sus obras inmortales: L’Assommoir (1876-1877). L’assommoir es una taberna típica de esa época. Un ámbito popular y degradado, dominado por la pobreza y la desilusión, donde los adictos al vino, absenta y otras variantes etílicas ahogaban sus penas. Ese formato -desangelado, crudo y envilecido- empezó a evolucionar a partir de la inclusión de quesos y embutidos, salvavidas necesarios para amortiguar los efectos del alcohol y para potenciar la oferta. El salón de L' Atelier. De a poco se sumaron los platos de cocina. Finalmente había nacido el concepto de bistró. Una fórmula que simboliza la esencia de la comida francesa. Un modelo replicado (integralmente o en formatos adaptados) en todo el mundo. La historia de L’Atelier En 2004 Verónica Morello y Charly Forbes abrieron su bistró en La Lucila. Sabían que en esa zona existían clientes potenciales que buscaban restaurantes de cercanía donde el dueño los mimara y les ofreciera comidas con encanto, confortables, a precios razonables. Lugares que salieran de la lógica bulliciosa del club o de la parrilla de barrio. Verónica y Charly armaron, con coherencia, un menú de impronta francesa. Recetas clásicas interpretadas con sinceridad. Combinaciones que expresan un trabajo de búsqueda de buenos sabores y texturas. En 2012 se mudaron a Acassuso. Los clientes fieles los siguieron. La movida los benefició. Hoy el restaurante es considerado un clásico de zona norte. La carta defiende a sus platos inamovibles y suma, periódicamente, novedades que surgen a partir de la disponibilidad de productos de temporada y de la inspiración. Qué comer en L’Atelier El souffle de queso de L' Atelier. La focaccia con cebolla de la panera es tibia, leve, crocante y gratamente aceitosa. El paté de foie de ave es delicado, natural y de textura elegante. Es acompañado por un pan aromático de especias, vinagreta y la frescura del pepinillo y de las hojas verdes. Las mollejas son presentadas en láminas crocantes y doradas. Comparten el escenario con granos tiernos de choclo, brotes verdes, la acidez dulce de la manzana y un aliño sutilmente picante. El soufflé de queso llega en una pequeña cocotte. Nube etérea, delicada y sabrosa a la que se suman gajos de pera y cebollas caramelizadas. La pesca de L' Atelier. La pesca del día sale fileteada, con su piel crocante y descansa sobre una salsa de leche de coco aromatizada con un masala suave. A su lado, cubos de boniato y granos de choclo crujientes, láminas de rabanito y brotes verdes.

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