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  • Ley Bases, ¿un antes y un después?

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 30/06/2024 02:31

    “Nuestro bloque acompaña por varios motivos: delegaciones razonables, privatizaciones necesarias, modernización laboral, inversiones” Rodrigo de Loredo, UCR Luego de seis trabajosos meses, culminó el trámite y se dio sanción al multimodificado proyecto del Poder Ejecutivo denominado Ley Bases y al Paquete Fiscal. Se nos ocurren algunas calificaciones al procedimiento legislativo, un “vía crucis”, por las trabajosas y duras gestiones, o “mercado persa” por las incontables intercambios y el “toma y daca” con legisladores puntuales, o el de “más vale un mal consenso que una derrota honrosa”, o una larga y tediosa “novela turca”. El gobierno habrá tomado nota -si no, habrá perdido lastimosamente el tiempo-, que no está en condiciones de imponer, que debe dialogar, que el diálogo debe ser previo si se quiere acelerar el trámite, que existen dos oposiciones, la cerrada representada por el kirchnerismo y la dialoguista de las restantes fuerzas políticas. La oposición, especialmente la dialoguista, también debería aprender a trabajar organizadamente y presentar los planteos conjuntos, para evitar la atomización de cuestiones que lo único que hacen es desorganizar el debate y retrasar el tratamiento. Al César lo que es del César. No hay que negarle al gobierno la posibilidad del festejo, porque es un triunfo al fin y al cabo, demostrando Milei que, a pesar de sus diatribas, siguió negociando y con más pragmatismo que dogma, logró parcialmente sus propósitos. La oposición también demostró que la república está a salvo. Obviamente, el trámite no fue una pinturita, pero existen sectores políticos hoy mayoritarios que están dispuestos a darle al gobierno las herramientas necesarias para gobernar según su plan. A pesar de una tardanza importante, la república funcionó. Esto debe dejar enseñanzas. Primero al presidente, que con menos vehemencia y más cordura, pudo conseguirla mucho antes. Luego a la clase política y la sociedad en general, que las autocracias no son buenas. Pero ¿cuál es la consecuencia más importante de la sanción de la Ley Bases y del Paquete Fiscal? Que se decreta la muerte oficial de la “luna de miel”. Que a partir de ahora, el presidente pasa a hacerse pleno cargo de la evolución de la situación, que no podrá echar culpas hacia afuera, que todo progreso o todo fracaso que se produzcan, no podrá poner en cabeza de “la casta”. En los seis meses que restan para el fin del año, deberán comenzar a vislumbrarse los famosos “brotes verdes” (en términos macristas) que muestren a un país que comienza a cambiar su dinámica descendente por otra de equilibrio de la nave y, después, el inicio de la navegación con los motores en condiciones. No lo fue en diciembre, no lo es ahora. El puerto del que partimos no es el mejor. Baste consultar los bolsillos de los argentinos, y un solo número que dará el panorama completo; durante el primer trimestre, hubo una caída del 5,1% del Producto Bruto Interno (PBI) respecto al mismo período del año anterior. ¿Qué debe esperar la gente de la Ley Bases y el Paquete Fiscal? definido en términos concretos: *Se declara la emergencia pública (mayores facultades para el Poder Ejecutivo) en materia administrativa, económica, financiera y energética, para lo que se deberá estar atentos para ver las modificaciones que el presidente introduce en las materias delegadas. *El Poder Ejecutivo podrá intervenir y/o disolver organismos públicos, aunque muchos de ellos fueron sacados de las listas, como Aerolíneas, Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina, entre otros. *Cambia la relación del ciudadano con el estado, bajo la premisa de la “eficiencia burocrática”, dónde el estado no podrá requerir al particular la presentación de documentos emitidos por el propio estado. Y, algo fundamental, el cambio de paradigma en las consecuencias del silencio de la administración: si el estado no responde a la petición del particular en el término que corresponda, su silencio se entenderá como positivo para las pretensiones del ciudadano. *Será más fácil despedir a los empleados públicos. Se declara en disponibilidad a los trabajadores estatales de los organismos sujetos a reestructuración, durante un año. En ese lapso, deberán ser capacitados para realizar otras tareas y luego reubicados. Si ello no procede, serán desvinculados del Estado, con una indemnización equivalente a un mes de sueldo por cada año de antigüedad. *En materia de empleo privado, se cambian los procedimientos y derechos laborales. Los nuevos empleados podrán estar seis meses vinculados sin derecho a indemnización (hasta ocho meses en empresas menores y un año en Pymes de hasta cinco empleados). Podrán ser despedidos con justa causa por injuria laboral como bloqueo de la empresa. Se simplifica el trámite de empleo registral y se otorga la posibilidad de crear un fondo de desempleo al estilo Uocra. *Se eliminan las sanciones para quienes en un plazo determinado, blanqueen el personal que tenían en negro. *Se reestablece el Impuestos a las Ganancias de la Cuarta Categoría. Pasarán a pagarlo, nuevamente, los empleados que registren ingresos por 1,8 millones brutos para solteros y 2,3 millones para casados con dos hijos. Los monotributistas verán actualizadas las escalas y se mantiene el monotributo social con la exención del 100% del impuesto. *Se baja el universo de contribuyentes de Impuestos Personales por el incremento del mínimo imponible y por la reducción de la alícuota de 1,75% a un rango que va del 0,5% al 1,5%. *Se salvan de la motosierra, las obras públicas que no excedan los 10 mil millones o que tengan un estado de avance de más del 80%. Hay un poder ejecutivo que propone, un Congreso integrado por una oposición cerrada, el kirchnerismo y la izquierda, y otra dialoguista que permitió la ley. *El RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones) se aplicará a las áreas vinculadas a la forestoindustria, la infraestructura, la minería, la energía, la tecnología, el turismo, la siderurgia, el petróleo y el gas. Para ello, tendrán que invertir un monto mínimo de US$200 millones. *Blanqueo de capitales. *Facultad de eliminar o transformar los fondos fiduciarios de distintas áreas. Las enumeradas constituyen la temática más importante de las normas sancionadas, producto de un acuerdo del oficialismo con las bancadas opositoras dialoguistas, que permitió cerrar, al fin, el primer capítulo de una serie que se hacía demasiado extensa. Es evidente que es un final y un comienzo para el gobierno libertario y para la sociedad toda. Hasta aquí, el oficialismo echaba todas las culpas hacia afuera, especialmente hacia su propia creación como enemigo preferido: “la casta”. Tuvo que negociar hasta el cansancio, ingresando en el intercambio de medidas, algunas nada tenían que ver con la ley sino con peticiones de intereses de cada provincia. Y lo tuvo que hacer, porque así es la república. Entonces, finaliza la agitación de “la casta” como el enemigo a vencer por el libertarismo. Negoció con la casta, y pasó a integrar, también, “la casta” en su versión más nueva, no sé si mejorada. A partir de ahora, toda la ciudadanía espera que las medidas se trasladen al ámbito social, traducidas en el mejoramiento de amplios sectores que están salvando, apenas, los recursos para alimentarse, y otros que siguen deteriorando sus ingresos, destruyendo toda su capacidad de ahorro. Entonces, ¿será ello un antes y un después en la vida de los argentinos?

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