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» La Capital
Fecha: 30/06/2024 01:45
El Toro señaló los goles en el triunfo sobre Perú por 2 a 0 y va dejando atrás los tiempos donde no la metía. Convirtió en los 3 partidos y acumula 4 tantos. Ya no es necesario cantar: “Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir, los goles de Lautaro que ya van a venir”. Los goles de Lautaro Martínez ya vinieron. En cada una de las presentaciones de la selección argentina en la Copa América, con la particularidad de que contra Perú los hizo por duplicado, para la victoria por 2 a 0. Todos importantes para la selección argentina y, en especial, para el Toro Martínez, que como todo goleador que anda errático necesita que se le abra el arco. Y en suelo estadounidense se le está dando. El nueve lleva cuatro goles, siendo el máximo artillero de la Copa América. Y eso que en dos de las tres fechas no estuvo entre los titulares. Su toque sutil, cruzado, ante la salida del arquero Pedro Gallese, en la apertura del segundo tiempo, encaminó al seleccionado argentino a una victoria justificada aunque no tan sencilla, considerando lo que le costó aproximarse. Martínez picó por detrás de Zambrano para recibir el toque de primera de Lo Celso y definió con precisión. Un gol que tuvo similitudes con el que le señaló a Canadá en la debut, para el 2 a 0, corriendo a espaldas de los centrales y capitalizando la habilitación de Lionel Messi. Ese mismo manejo del tiempo y la distancia que tuvo en su segundo gol ante los peruanos. Fue a buscarla y, como un Toro, la peleó ante Corso, se la llevó y la acarició por sobre la salida de Gallese. Fue la mejor rúbrica a su primer partido de titular en la Copa América, en un equipo donde este sábado se preservaron a varias figuras. La disputa por el nueve Después de semejante tarea, quién es capaz de decir que el Toro, con este presente, no merece ser titular en el campeón mundial, habiendo recuperado el poder de gol que mostró durante años en la Scaloneta y que perdió a partir del Mundial de Qatar, quedando relegado en el puesto por Julián Alvarez. Es que en apenas media hora, contando los minutos que jugó ante Canadá y Perú, anotó un gol en cada presentación. Ahora, en los 90’ contra Perú, hizo dos. No es casualidad que Di María, primero, y luego otros compañeros se le acercaran con tanto afecto para celebrar su primer gol. Y que unos segundos después se acercase al banco argentino y fuese abrazado por Messi, mientras de De Paul lo palmeaba en la espalda. Todos tienen el deseo de que convierta. Quedó de manifiesto en cada celebración. Todas muestras de cariño, siendo conscientes de que Martínez necesita convertir y volver a ser el que fue, con la camiseta albiceleste, porque en Inter de Milan nunca dejó de meterla, con una eficacia tremenda. Para lo que se vendrá, bienvenidos los goles del nueve.
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