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» Clarin
Fecha: 29/06/2024 06:11
Entrena seis veces a la semana pero sabe que no va a ganar. Porque ya ganó. ¿Qué otra cosa puede ser más importante en la vida de esta chica de 21 años que llegar a París para decirle a todo el mundo que en Afganistán las mujeres no pueden bailar como ella? Ni hacer deportes, ni estudiar, ni salir de sus casas, ni escuchar música, ni... “Voy a decir quién soy, de dónde soy y qué está pasando en mi país”, adelanta Manizha Talash que debutará en el “breakdance” y formará parte del Equipo Olímpico de Refugiados. No, definitivamente Manizha cree que no va a ganar en París con su baile prohibido por los talibanes, pero no importa. Manizha descubrió este deporte de casualidad en Facebook cuando vio a un hombre -que hoy es su entrenador- girar sobre su cabeza. Al principio no sabía si era verdad o no lo que estaba mirando, pero le encantó y arrancó a girar ella también cuando logró escapar de su país tras la vuelta al poder de los talibanes en 2021. Por eso, antes de que el mes próximo arranquen las competencias en París, las mujeres ya tenemos a nuestra campeona de los Juegos Olímpicos. Así como en el Mundial de Qatar también tuvimos a nuestro campeón sin corona. Fue cuando el capitán iraní tomó nuestra voz para denunciar a su país en una conferencia de prensa que dio la vuelta al mundo. Porque todos sabemos que nada mejor que esa vidriera para desnudar las atrocidades que se intentan esconder intramuros. Entonces el gran capitán, sentado frente a un micrófono, cuestionó al gobierno de Ebrahim Raisi (quien acaba de morir en un accidente de helicóptero) por la violencia contra las mujeres que no cumplían el estricto código de vestimenta de la República Islámica, sobre todo el uso del velo en público. Refugiada y balilarina. Manizha, durante una rueda de prensa en Madrid. Foto: EFE “Las condiciones en nuestro país no son adecuadas. Nuestra gente no es feliz”, dijo Ehsan Hajsafi. No hizo falta que se refiriera con nombre propio a Masha Amini, la joven de 22 años que murió en septiembre de 2021 en una comisaría de Teherán tras ser acusada de no llevar el velo bien puesto. Tampoco hizo falta que ganara su equipo para alzar la copa de los que no tienen voz. El equipo iraní perdió en la primera ronda. Ehsan Hajsafi, durante el mundial de Qatar. Foto: AP A Manizha Talash -apellido ficticio que usa para no perjudicar a su familia que aún vive en Afganistán- ahora le toca el turno de levantar la suya. Y de cumplir su sueño de bailar. Le dicen “B-Girl”, vive en España y será una de los 36 deportistas del equipo de Refugiados, donde hay atletas de Siria, Sudán, Irán, Cuba, Venezuela y otros países. Afganistán cuenta con el tercer mayor contingente de exiliados en el mundo, con ocho millones de personas repartidas en 103 países. “No quiero decirle nada a los talibanes porque no escuchan”, aclara la bailarina. Ella quiere hablarle al mundo para recordar que en el siglo XXI todavía existen lugares donde las mujeres están destinadas a desaparecer de la vida pública. Algo así como un apartheid de género.
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