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  • Se secuestró en la cárcel de Paraná celulares a un peligroso pedófilo

    Parana » Radio La Voz

    Fecha: 29/06/2024 00:00

    Mario René Wolff Furlong, policía retirado y ex socio y productor del premiado periodista Paranaense, Daniel Enz, cumple 22 años de condena en la Unidad Penal 1 de Paraná. Según supo IMPACTO DE NOTICIAS, en una requisa, realizada en el pabellón 19, en la mañana de éste viernes, le secuestraron un teléfono celular , ahora se espera que la jueza de ejecución penal ordene peritar el aparato y deslindar responsabilidades, investigar si desde la cárcel no sigue dirigiendo una red de trata de menores o pedofilia. Sorprende el silencio del destacado comunicador del programa Cuestión de Fondo y la revista Análisis. Wolff Furlong fue condenado a la pena de 22 años por el delito de pedofilia, tal vez uno de los delitos más aberrantes para la humanidad, someter a violaciones, abusos, torturas físicas y psicológicas a niños, es llevarlos a una muerte de agonía lenta en el caso que sobrevivir física o psicológicamente. El degenerado policía retirado, que supo usar la estructura policial y la puso al servicio de la organización que según se comprobó en la justicia abuso de niños muy pequeños,lograba así protección para él y a su vez encubría a los otros integrantes de la macabra organización ; claro que también se valió del silencio protector de quién mediante sus influencias intentaban conseguir beneficios. Furlong no era un policía más. En su paso por la actividad jamás se destacó por el uso del uniforme y nadie entendía cómo logró conformar la plana mayor y ser nada menos que el responsable de área de inteligencia de la policía de Entre Ríos. Era intocable en la fuerza. El por qué lo temían, tenía nombre y apellido, Daniel Enz, el periodista premiado en varias ocasiones por su tarea investigativa periodística, era el hombre poderoso que apuntalaba y protegía a «Marito», como lo llamaban los más cercanos. Ya por aquellos años desembarcó en la subdirección de inteligencia de la jefatura de policía, pero los otros integrantes de la plana mayor solían decir que solo hacía uso de los beneficios, (viáticos, alojamiento para el su familia y amigos). Un ex director mencionó durante el tiempo del juicio su preocupación por la utilización del «árbol negro», la cabaña que tiene la Policía Entrerriana a orillas del río, en la ciudad de La Paz, cuentan los encargados de las caballerizas, que solía pasar los fines de semana acompañado, que debían poner a disposición la lancha y combustible, porque Furlong en teoría pescaba y cazaba, en la práctica nadie lo sabía, porque la orden era no acercarse al lugar. Con total impunidad, el ex productor del programa periodístico que se emite por canal 9, «Cuestión de Fondo», se manejaba desde las sombras. Durante el proceso, todos los medios se hicieron eco del juicio, del aberrante hecho, todos menos, Daniel Enz o su grupo de periodistas especializados en noticias judiciales y policiales, estaban tan ocupados en otros casos que tocaba al ambiente político que se olvidaron de mencionar que convivían con un abusador de menores. Jamás el premiado periodista hizo una sola mención o anunció la desvinculación del pedófilo de su grupo de staff. Parecía que ese espíritu de periodista, valiente, investigador, que descubriera hechos relevantes para nuestra sociedad, se olvidó de escribir o de hablar, nada dijo y jamás pidió disculpas o manifestó vergüenza y arrepentimiento por tener un socio abusador y pedófilo. En fin, a todos les llega la hora, solo que algunos usan sus influencias y logran dilatarlo más. Mario Woff Furlong, volvió a burlarse de la justicia, las instituciones y la sociedad, no va camino a resociabilizarse, de convertirse en un individuo preparado para insertarse nuevamente en la vida de todos y amalgarse lentamente en el tejido social. Demostró que no aprendió nada y no está arrepentido, enfrenta a la justicia, se burla y se jacta de tener amigos poderosos. Pero este será el límite, ya que no es solo Woff Furlong quien está en la mira social, también los jueces que estaba evaluando otorgarle el beneficio de la domiciliaria, quedó claro que desafía a las instituciones, que sigue cometiendo delito, no entiende de lo prohibido y avanza como si nada ocurrió. Habrá que aguardar en las próximas horas que la justicia, se supone la Jueza de Ejecución Penal, Cecilia Bertora de dónde depende Furlong, ordene el peritaje del teléfono secuestrado por el servicio penitenciario, para tranquilidad interna, y descubrir cómo entró el teléfono a la cárcel y lo más importante, descartar que siga vinculado con alguna organización que pueda corromper menores.

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