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» Derf
Fecha: 28/06/2024 13:45
La forma de hacer un tatuaje consiste en ir dando pinchazos con agujas impregnadas en tinta que atraviesan la primera capa de la piel -la epidermis- para que la tinta se impregne en la segunda -la dermis-. Una vez terminado el trabajo del tatuador comienza el proceso de curación, la regeneración de la epidermis como cualquiera otra herida que te puedas hacer. Durante este proceso de curación es posible y normal que se pierda siempre algo de tinta al hacer las curas o rozar con algo debido a la regeneración celular de esa capa protectora. Esto hace posible la entrada de virus y gérmenes en la herida. Las razones por las que se puede infectar un tatuaje son múltiples, pero hay algunas que podes tener en cuenta para prevenirlo. La primera medida es que las agujas que se usen para el tatuaje estén esterilizadas y sean desechables. Tras la limpieza la zona se aplica una crema específica que ayuda a la cicatrización. Posteriormente se pone también un vendaje o apósito para cubrirlo que puede o no llevar también algún tipo de tratamiento. Este hay que dejarlo puesto entre dos y cinco horas para que empiece esa regeneración y evitar que entren bacterias, suciedad o cualquier otro agente externo cuando la herida está totalmente abierta. Luego, al retirar el primer vendaje, hay que limpiar la herida para eliminar restos de piel, tinta y algún primer agente externo que pueda haberse acumulado. Para ello hay que aplicar agua templada (nunca caliente) sobre el tatuaje que ayudará a abrir los poros y hacer una limpieza más profunda. Limpiá la herida con un jabón de pH neutro sin colorantes, aromas o alcohol y a poder ser actibacteriano para que así no haya nada que pueda irritar la herida. Pasalo muy suave por encima de tatuaje con tus manos limpias y nunca con otros elementos porque podrían ensuciar o dejar restos que también infecten. Enjuaga con agua fría para ayudar a cerrar los poros y sécalo de a toquecitos con servilletas de papel que no sean muy porosas para evitar que suelten partículas. Aunque luego puede cubrirse con algún papel film o apósito, lo mejor siempre es dejar el tatuaje al aire porque cicatriza antes. Recordá que los tatuajes se tratan de heridas que tardan en cicatrizar como una herida cualquiera. Cuanto más grande sea, más tardará en curarse y más tiempo habrá que estar teniendo cuidado con él -al final es más superficie-. La piel suele tardar en regenerarse unos 21 días por lo que un tatuaje podría tardar entre 12 y 16 días. Le puede pasar como a las heridas, que salga una costra que será del color de tu tatuaje porque es lo que supura la piel por exceso y porque la tinta es un agente externo y el cuerpo la rechaza. No arranques estas costras que se generan y esperemos hasta que se caigan. Tras esto, nuestra epidermis estará ya regenerada y no distinguiremos entre la piel que contiene un tatuaje en su dermis y la que no.
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