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  • Entre Ríos, Argentina

  • Sinsabores en la cocina de la política educativa

    » Clarin

    Fecha: 28/06/2024 08:54

    La cocina es el espacio donde se preparan las comidas y un estilo particular de elaboración de los platos, con ingredientes y prácticas ligados a una cultura. En la cocina de los restaurants galardonados trabajan chefs que suelen ser figuras mediáticas, con sello propio, se generan procesos sistemáticos de trabajo, equipos especializados y hay interés en la opinión de los clientes. ¿Cómo es la cocina de la política educativa en la Argentina? Cincuenta funcionarios con 10 años o más de experiencia en los ministerios de educación de las 24 provincias compartieron conmigo en charlas telefónicas durante 2020 sus vivencias, reflexiones, emociones y críticas a la forma en que se cocina la política educativa en la Argentina, testimonios que fueron volcados en un libro de reciente aparición. En este país, a pesar de sus reminiscencias centralistas, las provincias son desde 1993 responsables de planificar, financiar, administrar y supervisar el sistema educativo, adecuar los contenidos nacionales al contexto local; definir las condiciones laborales, la carrera y la formación de los docentes, y aplicar las resoluciones del Consejo Federal de Educación. En suma, los gobiernos provinciales tienen un rol crucial en el destino de la educación. Según los entrevistados, la educación ocupa un lugar importante en los discursos de los gobernadores, pero es infrecuente que designen a un ministro por su conocimiento y proyecto educativo, que le otorguen autonomía para la conformación del equipo o lo apoyen en caso de conflicto. Los ministros son más bien seleccionados por su fidelidad, participación y cintura política. La capacidad de rosca es clave para interactuar con los sindicatos sobre temas laborales, en particular el salario, constantemente amenazado en un país minado por la inflación. Los paros son, de hecho, la vara de la gobernabilidad educativa. También ocurre que la relación con el ministerio nacional se centra en la discusión de resoluciones en el seno del Consejo Federal de Educación cuya implementación es escasa, o en la obtención de recursos para hacer lo que a cada gobierno provincial le parece. El nivel intermedio -supervisores, municipios, o institutos de formación docente- es inorgánico y débil. Los ministerios tienen estructuras cambiantes, con jerarquías informales y escasa coordinación. Los directores de cada área son convocados sobre la hora de asumir, en base a criterios político-partidarios, con conocimientos dispares sobre los temas a cargo. De ellos dependen los equipos técnicos, conformados por docentes sin condiciones laborales adecuadas y elevada rotación. Los equipos administrativos son estables pero sus salarios son bajos, no reciben formación ni estímulos de carrera y tienen un poder considerable sobre los procesos administrativos. La planificación es inexistente o elaborada con escaso tiempo… las políticas salen crudas. El presupuesto anual es incierto, prima la concentración de las decisiones, la elevada conflictividad en los equipos, el tiempo se dedica principalmente a correr detrás de cada papa que se quema. No existe el monitoreo, la evaluación, la transición entre gobiernos, o la continuidad de las políticas en el tiempo.

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