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  • Columna Retro - Episodio 13: La magia de los gabinetes especiales

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    Fecha: 27/06/2024 16:46

    Captura del video oficial "PDX Arcade Promo Summer 2022" de Paradox Arcade Systems (www.paradoxarcades.com) Episodio anterior: Episodio 13: La magia de los gabinetes especiales La década del noventa fue una época gloriosa para el gaming. Las consolas empezaban a llegar a todos los hogares mientras que los salones recreativos se llenaban de títulos para todos los gustos y de excelente calidad. La industria estaba madurando y, junto con los grandes desarrollos, también lo hacía el costado más marketinero. De repente, no era suficiente ofrecer una experiencia divertida, grandes juegos competían entre sí por la atención y el dinero de los jugadores, y eso derivó en gabinetes espectaculares. El gabinete, de por sí, no era más que un medio que nos permitía jugar. Era el esqueleto donde se montaban las partes del arcade, una pantalla, un par de joysticks y la plaqueta con los componentes. Por lo general venían pintadas con diseños alusivos y coronadas por una marquesina retroiluminada pintada a mano. Muchas veces, el arte no era el “oficial” del juego sino más bien aproximaciones, y faltarían años para que la industria se tome el trabajo de organizar todos estos aspectos. Sin embargo, hubo juegos que se diferenciaban a simple vista por su espectacular apariencia. Algunos gabinetes venían con accesorios originales, otros con forma de auto o con una pantalla gigante que capturaba cientos de miradas. Hoy vamos a repasar algunas de las máquinas más espectaculares de los noventas, las que siempre estaban ocupadas y que hacían la diferencia a la hora de elegir en qué arcade íbamos a invertir nuestro dinero. Quizás no siempre tenían los mejores juegos, pero sin lugar a dudas eran de las más exitosas. Space Harrier (Sega, 1985) Space Harrier (Sega, 1985) Puede que hoy, al jugarlo en algún compilado o en el salón de arcades virtual de la saga Yakuza, no nos demos cuenta, pero Space Harrier fue realmente revolucionario. El shooter sobre rieles de Sega se veía increíble, con efectos de desplazamiento que simulaban tres dimensiones con un puñado de píxeles bien utilizados, pero su gabinete era algo de otro mundo. Frente a la pantalla teníamos un asiento con parlantes propios y una palanca, como si fuera de un helicóptero, para controlar la acción. La cabina se movía en tiempo real para acompañar los movimientos de nuestro personaje, lo que sin duda podía terminar con algunos jugadores mareados, pero ofrecía una experiencia excitante como pocas. Fue un juego adelantado a su época y un fiel testamento a la magia del maestro Yu Suzuki, que luego nos deleitaría con arcades de la talla de Hang-On, Out Run y After Burner entre muchísimos otros. Mad Dog McCree (American Láser Games, 1990) Mad Dog McCree (American Láser Games, 1990) Cualquiera que haya visto el arcade de Mad Dog McCree en los noventas sabe que no exagero cuando digo que era realmente espectacular. No solo era un shooter realista, literalmente estábamos jugando dentro de una película. American Laser Games había conseguido hacer una experiencia audiovisual única, con escenas pregrabadas en las que teníamos que dispararle a los enemigos. mientras evitábamos a los civiles. Pero lo que realmente llamaba la atención era el impresionante tamaño del monitor en el que sucedía la acción, comparable al que usaría Time Crisis cinco años más tarde, y lo realista del revólver que podíamos empuñar. A la hora de jugar, lamentablemente, la experiencia se caía a pedazos. La detección de la light gun no era la mejor y muchas veces terminábamos muriendo injustamente, pero la presentación técnica era tan buena que volvíamos a jugar. Problemas de jugabilidad aparte, no había nada comparable con librar un duelo mano a mano contra un actor frente a la pantalla más grande que habías visto en tu vida y ganarlo. X-Men: The Arcade Game (Konami) X-Men (Konami, 1992) Antes del boom de la serie animada, los X-Men eran populares dentro del nicho comiquero y Konami vio el potencial para transformarlo en un videojuego del género más popular de la época: un beat ‘em up. El diseño de los personajes se corresponde al de un piloto para una serie animada llamado Pryde of the X-Men que nunca tomó vuelo, por eso los mutantes no utilizan los trajes que popularizaría la saga de Jim Lee unos meses después. El juego en sí se veía genial, con sprites gigantes y un apartado estético impecable, pero lo más importante era que nos permitía jugar de a seis jugadores en simultáneo. Como se podrán imaginar, el gabinete era maravillosamente gigante. Para que se pueda ver qué estaba pasando con tantos personajes a la vez, lo diseñaron con dos pantallas que simulaban un efecto “ultra wide”, gracias a un curioso truco con un espejo que reflejaba un segundo monitor ubicado en la parte inferior del gabinete. Los salones que tenían esta máquina se llenaban de adolescentes haciendo fila para jugar pero, sin lugar a dudas, jugarlo con cinco amigos era una experiencia de otro mundo. Virtua Racing by AM2/Sega (1992) Virtua Racing (Sega, 1992) No es fácil explicar lo increíble que fue a comienzos de los noventas cruzarse con un juego de Fórmula 1 como Virtua Racing. Para muchos fue el primer salto entre 2D y 3D, pero lo más importante es que conseguía una sensación de velocidad pocas veces vista hasta el momento. Podíamos jugar en primera persona, viendo el interior del coche y hasta las manos del piloto, pero también cambiar el ángulo de cámara y eso de por sí ya era revolucionario. El gabinete era enorme y venía preparado para jugar de a dos, algo que después se conocería como “Gabinetes Gemelos”. Contaba con pantallas de 25 pulgadas, butacas acondicionadas y un volante forrado en cuero que ofrecía resistencia física para simular la tensión al tomar las curvas. Fue el título con el que debutó el equipo Sega AM2 que luego nos daría joyas como Virtua Fighter y el mismísimo Daytona USA, que no forma parte del listado porque en cuanto a gabinetes no tenía comparación con el de Virtua Racing. Time Crisis (Namco, 1995) Time Crisis (Namco, 1995) Los arcades vieron nacer, florecer y decaer el género de los shooters sobre rieles. Aquellos con más décadas en su haber recordarán clásicos como Operation Wolf, que ya se jugaba con una Uzi de metal empotrada sobre el gabinete. Otros títulos como Lethal Enforcers elevaban la apuesta ofreciendo personajes digitalizados y la posibilidad de jugar en cooperativo, pero la verdadera revolución la trajo Namco en 1995. Time Crisis era un shooter distinto, no sólo porque ostentaba un motor poligonal y un diseño exquisito, sino porque incorporaba un componente de estrategia para complementar a nuestros reflejos. Además de la pistola, contábamos con un pedal que servía para controlar en qué momento tomábamos cobertura para esquivar el fuego de los enemigos y recargar el arma. El gabinete tenía una pantalla gigante precedido por un pedestal con un pedal de metal y el arma enfundada, pararse a jugarlo se sentía casi como ser un agente secreto por unos minutos. Como su nombre lo indica, se trataba de una carrera contra el tiempo por lo que no podíamos quedarnos a cubierto y esperar que pase la balacera. Es uno de los mejores ejemplos de un gran juego con un gabinete a la altura de las circunstancias, con una propuesta que incluso superaba al gran Virtua Cop 2 de Sega.

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