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  • Mauricio Laferrara, el sicario de Esteban Alvarado, tiene dos condenas a perpetua y aún debe afrontar un juicio por un triple crimen

    » La Capital

    Fecha: 25/06/2024 01:00

    Luego de haber sido recapturado el viernes pasado en Pueblo Andino, y con dos condenas a prisión perpetua por tres homicidios, Mauricio “Mauri” Laferrara debe responder aún por otra acusación que no alcanzó a ser elevada a juicio: el triple crimen de Gerardo “Abuelo” Abregú, Ezequiel David “Parásito” Fernández y José Horacio “Grasa” Fernández . Sindicados como tiratiros de Los Monos, fueron asesinados en 2018 cuando los emboscaron en la puerta de una casa en Granadero Baigorria. Fuentes allegadas a la investigación de este hecho confirmaron que el expediente no fue elevado a la etapa de debate y luego ingresó en un limbo cuando el principal acusado, sindicado como el sicario favorito del empresario narco Esteban Alvarado, se esfumó —al principio no se sabía si había muerto o se había fugado— del penal de Devoto el 17 de octubre del año pasado , cuatro años después de haber sido arrestado en una casa de 9 de Julio al 3300 en Rosario. Hacía cuatro meses que estaban buscando a Laferrara cuando cayó el 18 de julio de 2019 . Los efectivos de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) hallaron en su mochila medio kilo de cocaína pura, 1.400.000 pesos y 6 mil dólares. Para entonces ya estaba mencionado en los asesinatos de seis personas, la mayoría resonantes y ambientados por el enfrentamiento entre Los Monos y Alvarado . El primero de los hechos imputados —estuvo mencionado en otros asesinatos pero nunca alcanzaron las evidencias para acusarlo formalmente— al joven de por entonces 23 años fue el triple crimen ocurrido la tarde del 16 de abril de 2018 en el barrio Martín Fierro de Baigorria. Eran las 16.30 de ese día cuando Abuelo Abregú y los hermanos Parásito y Grasita Fernández, de 38 y 30 años respectivamente, estacionaron un Chevrolet Corsa en la puerta de la casa de pasillo de Liniers al 2000 donde vivía uno de ellos, pero no alcanzaron a bajar. En principio dos o tres personas bajaron de un Volkswagen Bora gris con vidrios polarizados y comenzaron a gatillar con lo que algunos testigos describieron como “metralletas cortas” . Las víctimas fueron alcanzadas por entre 7 y 9 disparos cada una y murieron en el interior del Corsa mientras los atacantes se daban a la fuga. La investigación estableció luego la hipótesis principal sobre la emboscada: un encargo de Alvarado luego de enterarse de que habían ordenado matar a alguien de su familia y que esa orden había llegado a Parásito, por lo que decidió anticiparse. Por esos días ya había desaparecido otro hermano de los Fernández que se supone que fue secuestrado y asesinado por orden de Alvarado, aunque su cuerpo nunca fue hallado. Ese triple crimen es, hasta el momento, el hecho pendiente por el cual Laferrara debería sentarse otra vez en el banquillo para afrontar lo que probablemente termine siendo otro pedido de prisión perpetua. Camionetas Por los otros tres crímenes que le imputaron “Mauri” ya fue dos veces condenado a perpetua. Una de esas penas las recibió en el juicio contra la asociación ilícita comandada por Alvarado, de la que Laferrara formó parte básicamente como gatillero. En ese juicio se ventilaron acusaciones por dos homicidios: el de Cristian Enrique y el del prestamista Lucio Maldonado. >>Leer más: Dos laderos de Alvarado recibieron otra pena a prisión perpetua por una balacera mortal Se presume que el asesinato de Enrique fue una represalia contra el ataque a tiros contra una camioneta Toyota Hilux negra baleada el 18 de octubre de 2018 en Rouillón y Pellegrini. En ese vehículo estaba Jorge Laferrara, el papá de Mauricio, quien en 2004 había sido condenado en Corrientes junto a Ariel “Viejo” Cantero por el traslado de 90 kilos de marihuana. La investigación tenía el dato de que el tirador había sido Enrique, de 23 años, y que el motivo era “un vuelto” por el triple crimen de Baigorria. Otro dato que vinculaba ambos hechos fue que en la guantera de la Toyota fue encontrada una pistola 9 milímetros que, según revelaría la pericia posterior, había sido empleada en la masacre perpetrada en abril de ese año. De hecho, al día siguiente de la balacera en la que había sido herido Jorge Laferrara fue secuestrado Enrique a metros de su casa de Cabín 9 y en plena tarde. Según la pesquisa Mauri se había ocupado personalmente de vengar la balacera contra su padre. Lo cierto es que Enrique fue raptado y días después su familia recibió un llamado en el que les advertían a qué altura de la ruta 14 podrían hallar su cadáver. Esa comunicación fue realizada desde un teléfono a nombre de un hombre a quien le habían robado su Renault Kangoo, línea que habían comprado con documentación del dueño del utilitario; justo el mismo vehículo del cual —según el registro de una cámara de vigilancia— Laferrara fue visto bajarse para llevarse secuestrado a Maldonado de la puerta de su casa de barrio Tablada el 11 de noviembre de 2018. Ese último crimen, tal vez el más resonante, fue el que motivó la prisión perpetua dictada contra Alvarado en su carácter de instigador. El prestamista había aparecido muerto el 13 de noviembre de ese años a metros del casino con un papelito entre sus ropas con la leyenda “Con la mafia no se jode”, por entonces una suerte de firma de autor de Ariel “Guille” Cantero. Sin embargo, la investigación demostró que ese papel fue una de las artimañas intentadas por Alvarado, por entonces aún en libertad— para desviar la pesquisa hacia sus rivales. >>Leer más: Cayó Mauricio Laferrara, el jefe de los sicarios de Esteban Alvarado que se había fugado de Devoto Luego de ser condenado a perpetua en el juicio a Alvarado en junio de 2022 por los crímenes de Enrique y de Maldonado, en abril de 2023 Laferrara volvió a sentarse en el banquillo por otro hecho, tal vez despegado de los otros: una balacera con un muerto —Cristian Béliz, de 25 años— y tres heridos perpetrada la mañana del 7 de septiembre de 2019 frente a una distribuidora de bebidas en Constitución al 5100 propiedad de Oscar “Manco” García, un tío de Mauri que meses antes había sido condenado como jefe de una violenta asociación ilícita que a raíz de ese ataque quedó hemipléjico. Los fiscales indicaron que Mauri Laferrara estaba al volante de una camioneta Fiat Toro blanca en la que también iban Franco Aranda, Gastón Tévez y Matías Avila, éste también condenado a perpetua en el juicio contra Alvarado por el crimen de Maldonado. El cuarteto llegó a la distribuidora pasadas las 8.30 de ese sábado y el conductor, sin bajarse del rodado, comenzó a disparar. Sus cómplices bajaron de la chata para sumarse a la balacera. Las balas alcanzaron a “Rulo” Béliz, que estaba en el interior del predio junto a un portón. Cuando cayó uno de los tiradores lo remató de un tiro. También fueron heridos, además del Manco, Nicolás V. —impacto en un dedo— y Ariel A. con un balazo en el hombro derecho. Además de las dos condenas a perpetua, Laferrara fue sentenciado el año pasado a cinco años de cárcel por una causa de narcotráfico. Y mientras se define por estas horas su traslado a alguna dependencia del Servicio Penitenciario Federal, se agregan causas por otros delitos como los que pueda haber cometido al fugarse de Devoto y después. Pero además del triple crimen de Baigorria, habrá que ver cómo prosperan las investigaciones por otros homicidios que también lo tuvieron alguna vez en la mira.

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