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  • “En la provincia hay que terminar con la mirada chiquita de si respondés a Patricia, a Horacio o a Mauricio”

    » El Ciudadano

    Fecha: 23/06/2024 13:44

    Flamante presidenta del PRO, la vicegobernadora Gisela Scaglia busca preservar la identidad de su partido en la provincia y sueña con replicar a nivel nacional la alianza que gobierna Santa Fe. A Milei le pide más republicanismo y más gestión Gisela Scaglia toma volumen político a pasos agigantados. Su decisión de acompañar a Maximiliano Pulllaro en la pelea por dentro del Frente Unidos la llevó no solo a la vicegobernación de Santa Fe, sino también a tomar las riendas del PRO en la provincia, en un reciente acuerdo con otros sectores internos. Su desafío es evitar que la armonía que tiene con el gobernador y sectores del socialismo diluyan la identidad del partido fundado por Mauricio Macri. Para eso, pide “terminar con la mirada chiquita de si respondés a Patricia (Bullrich), a Horario (Rodríguez Larreta) o a Mauricio”. Al mismo tiempo, piensa en un gran armado nacional, en espejo con la experiencia Unidos en Santa Fe, que incluya a La Libertad Avanza. Pese a eso, le sugiere a Macri que no se olvide de su identidad y marque límites en los acuerdos con el gobierno de Javier Milei, a quien le reclama más compromiso con la República y más gestión. —¿Cómo fue tu descubrimiento de la política? —En 1994 me invitaron al programa de “Diputados por un Día” que hace la Cámara de Diputados, y me senté en esa banca llevando un proyecto, que era la derogación del servicio militar obligatorio. Yo salí de ahí y dije “quiero hacer esto en mi vida”. Ese día descubrí mi vocación, en quinto año de la secundaria. —¿Tu familia? —Mi papá era radical, pero tenía un abuelo muy politizado, muy peronista, pero peronista de Perón y de Menem, así que era un bicho raro. Las peleas eran para saber si era mejor Alfonsín o Menem. Los domingos, cuando se ponía muy caliente el debate, se cantaba el cumpleaños feliz, a cualquier cosa que hubiera. Yo me afilié a los 18 años al radicalismo. Y milité en el radicalismo muchos años, hasta que fundamos el PRO y me desafilié. —Juan Cruz Cándido me contó que coincidió con vos en un encuentro radical, todos muy jóvenes, y estaba Pullaro también. —Sí, fue un encuentro en Labordeboy. Sí, estaba Maxi, (el actual ministro de Obras Públicas) Lisandro Enrico, que era su primer encuentro por fuera de Venado Tuerto, (el actual ministro de Producción) Gustavo Puccini. El certificado lo firmaba Maxi. Y todavía yo guardo el certificado. Y lo publiqué en la campaña, porque me pareció muy simbólico. —¿Y después? —Después vino Mauricio (Macri), vino el PRO, vino fundar algo nuevo, eso era entre 2007 y 2008. Y en el 2009 yo ya empecé mi vida política activa real. Fui candidata a concejal en Gálvez, era la primera elección que tenía el PRO por fuera de la Capital Federal, eran 19 listas, yo perdí por 100 votos, pero no imaginábamos siquiera los números que sacamos. Después, en 2011 vino Del Sel, en 2013 fui candidata a diputada con Del Sel, y todo lo que ya conocemos. —¿Qué pasa hoy en el PRO? Porque si bien se llegó a una lista de unidad y no llegaron a la pelea interna electoral, hay algo de fondo que se sigue discutiendo. —Yo creo que son discusiones muy distintas. Creo que el 90 por ciento del PRO no quiere romper Unidos quiere permanecer dentro de Unidos. Ese es mi compromiso. Mi compromiso es hacer un PRO más fuerte para hacer más fuerte a Unidos para Cambiar Santa Fe. Y tenemos un rol muy protagónico. Mi vínculo con el gobernador es totalmente estrecho, sano, bueno, y de mucho acompañamiento mutuo. Siento que soy una buena compañera del gobernador. Es algo que hay que seguir cultivando y que es muy lindo. Él me da mucho lugar a mí, yo participo de muchas actividades con él, con el gobierno, y en otras hago agenda propia, más personal, pero sinceramente siento que tenemos vínculo muy lindo. Y después tengo un gran vínculo con Clara García, dentro de la Legislatura, y yo creo que eso es la mayor representación de Unidos, el gobernador radical, la vice del PRO, y la presidenta de la Cámara de Diputados, socialista. Los tres partidos probablemente más fuertes que tiene Unidos están en muy plena sintonía. Y acá en Rosario tengo una muy buena relación con Mariu Schmuck y con Pablo (Javkin) y trabajo mucho con ellos también. Siento que tenemos un gran camino con Unidos, y quiero cuidarlo. —¿Hay riesgo de que el PRO nacional se diluya por esta virtual alianza con LLA y que en Santa Fe pase lo mismo, en el marco de la articulación del frente Unidos? —Yo creo que tenemos al mejor al frente del PRO, que es Macri. Y Macri le tiene que poner mucha voz y mucho trabajo. Es una oposición responsable, que no cogobierna ni gobierna con Milei, pero que sí lo va a acompañar en las cosas que creemos que están bien. Y eso no implica desaparecerse. Yo no creo en la fusión de los partidos. Si creo que se puede cooperar y que podemos pensar cosas juntos en lo nacional. Pero el Pro también tiene que tener la capacidad de diferenciarse cuando siente que hay cosas que no están bien, o que no van con nuestros principios o con nuestras ideas. Yo no me comparo, tenemos 20 años de historia como PRO. —¿Qué los diferencia de La Libertad Avanza? —Yo volvería a las raíces del PRO. El PRO se llama Propuesta Republicana y cree en la República. Y la República es división de poderes, y respeto de la división de poderes. Y yo creo que ahí sí hay una gran diferencia, de entender por qué tiene que haber un Congreso que defina y no haya agresión hacia un diputado. Mucho más allá de que podamos coincidir con cómo vota el Congreso, pero respeto al diputado y al senador. Y eso siempre lo hizo el PRO. Siempre entendimos la división de poderes. —Vos creés que Milei no del todo. —Es muy agresivo muchas veces en sus formas. Es un poder independiente que no hay que cerrarlo ni clausurarlo. Sí hay que ganar elecciones y cambiarlo si uno quiere. Pero no objetar lo que decide el Parlamento. En eso soy muy respetuosa. Después también creo que el PRO ha sido un partido que siempre ha tenido la mirada en la eficiencia en la gestión. Y eso yo siento que no está en el gobierno nacional, porque no hay gestión. Y creo que hay que valorar más la gestión pública, el PRO valoró siempre la gestión pública, con una mirada de que sea eficiente. Una mirada de “gestionemos lo mejor posible, para que las cosas lleguen donde tienen que llegar”. Y la eficiencia en la gestión, y ese método de gestión del PRO fueron innovadores, en el momento en que Macri lo hizo, allá por el 2007, cuando empezó en la Capital Federal. Y no hay que denostar la gestión pública. En eso sí tenemos una diferencia, en entender que el Estado tiene un para qué, y que el Estado, si lo administrás bien, tiene muchas razones de por qué tiene que estar. Y porque además el PRO siempre creyó que hay que igualar siempre para arriba y no para abajo. —¿Ves que en LLA creen que se acomoda todo en el mercado? —O sólo con el mérito. Y no es sólo con el mérito. Creo en el mérito, obvio. Y creo que nunca hay que nivelar para abajo. Pero también creo que hay personas en nuestra sociedad que necesitan del Estado para ayudarlas. Me gustó mucho cómo lo graficó Lacalle Pou: él dijo en la cena de la Fundación Libertad. Él decía que cuando uno es chiquito y quiere mirar para otro lado siempre tenés un compañero que te hace piecito. Y te ayuda a mirar. Y él decía que ese es el Estado. Y lo decía una persona liberal. Pero creo que en ese liberalismo se ancló el PRO. Y hoy siento que nos falta esa mirada. Me parece bien terminar con los planes, con los abusos, con los punteros, con todo eso, pero hay gente que necesita del Estado. Y necesita de mucho Estado. Pero el Estado bueno, el Estado de la escuela eficiente, de la Salud eficiente, el Estado que dé oportunidades. Yo creo en eso. —Esas serían las grandes diferencias. —Sí, la gestión bien entendida y el Estado bien entendido. —Estás hablando con Macri de estos temas. —Hablamos mucho, sí, ¡no puede negar lo que hizo! Mauricio sí entiende que ahora hay una dificultad muy grande. Que no es el 2015. Son momentos muy distintos. En el 2015 la gente cambia por una mirada cultural, si querés. No había tocado fondo la economía. Había crisis, sí, para algunos no, para otros sí, pero no era un contexto como el de hoy, donde tenemos realmente una economía al rojo vivo. Y también entiende que a lo mejor la única salida para poder hacer todo eso que uno sueña como Estado es acomodar las cuentas públicas, pero yo digo que no podés pasarte cuatro años en ese lugar. Y yo creo que hay un momento en el que tiene que haber gestión, y eso lo charlamos mucho con Mauricio, porque creo que la gestión es hacerse cargo también de que hay una infraestructura pública para hacer en Argentina. A veces soñada, porque pasaron muchos gobiernos y no se hizo, son deudas que tenemos pendiente, sobre todo en nuestra provincia, rutas nacionales, mantenerlas, cuidarlas, y a veces uno planifica más de lo que puede un Estado nacional, pero también es cierto que uno no puede pensar que el Estado nacional no tiene rol. —¿Vos pensás que Macri en algún momento va a empezar a diferenciarse un poco más y a marcar su propia agenda? —Depende cómo vaya, pero yo creo que es una voz que puede decir mucas cosas, no necesariamente desmarcarse, sino marcar qué somos. Creo que él tiene una responsabilidad con respecto a marcar qué es el PRO. —Para que no se diluya la identidad, aunque coincidan en muchos puntos. —Coincidimos en muchos puntos, pero yo creo que la principal diferencia es que el PRO no gobierna con Milei. Hay gente del PRO adentro del gobierno, pero no es una decisión partidaria, es una decisión individual. —¿Cómo se puede trasladar esa cuestión identitaria del PRO en la alianza provincial? Que evidentemente tiene otras características en relación con lo que ocurre a nivel nacional. —Yo creo que en la provincia hay que terminar con la mirada chiquita de si respondés a Patricia (Bullrich), a Horacio (Rodríguez Larreta) o a Mauricio (Macri). Yo digo que son peleítas. Esa pelea no aporta en nada a los que estamos en gestión. Yo digo que sigan peleando arriba, porque abajo tenemos responsabilidades muy grandes, y las tenemos en Santa Fe, y las tiene Rogelio (Frigerio) en Entre Ríos, y las tiene Nacho Torres en Chubut, y las tiene Jorge Macri en Capital Federal. Hay algo, que es lo que sobrevuela en ese PRO que discute arriba, discuten entre ellos, y un PRO que se constituye desde las provincias y que sigue consolidando un Juntos por el Cambio. Pregunto, ¿Juntos por el Cambio se terminó? Porque los diez gobernadores siguen trabajando juntos. Se sientan, discuten, y tienen propuestas, y van juntos a buscar las mismas cosas para sus provincias. —En el Congreso, muchas veces radicales y PRO están votando separados. —Bueno, pero a lo mejor hay que cambiar la mirada y pensar que ahora ya no hay más esos liderazgos nacionales más porteños, más de la Capital, y que los nuevos liderazgos de un nuevo Juntos por el Cambio, o un Unidos nacional, si querés, va a tener una forma más federal y más provincial. —¿Vos ves la posibilidad de que la lógica de Unidos se replique a nivel nacional? —Sí, siempre pienso que esa lógica también tiene que incluir a La Libertad Avanza. Ganarle al kirchnerismo para siempre. Porque yo creo que el partido que más daño le hizo a nuestro país es el kirchnerismo. Y la única forma de poder hacer que nunca más vuelvan a hacer lo que hicieron es que estemos todos juntos los que nos creemos similares. —Hablemos un poco de gestión. ¿Cuál es tu balance de estos meses de intensa actividad legislativa? —Yo cuando llegué al Senado, pensé “¿cómo va a ser el recibimiento de 14 senadores de Unidos y 5 del peronismo para conmigo, que no tengo ningún senador sentado en la banca”? Y la verdad es que tenemos mucha sintonía. Trabajamos todos muy bien. Y le reconozco siempre al peronismo que en los días más difíciles, y cuando necesitamos leyes cruciales para la provincia, votaron con nosotros y nos acompañaron. Ese es un reconocimiento que siempre hay que hacer, porque en el Senado las leyes salieron por unanimidad. Y eso para mí es invalorable. Por eso, cuando a veces se discute en el plano nacional la ley Bases, yo digo que siempre se le da una herramienta a quien gobierna. Porque en Santa Fe lo vivimos así. Y cuando necesitamos leyes como la emergencia en seguridad, el microtráfico, cuando necesitamos cambiar el sistema para el régimen carcelario en la provincia, nos acompañaron. Y nos acompañaron con mucha responsabilidad. —Sentís que hay madurez en la política santafesina. —Muy grande. Además, si uno mira los días más duros de Rosario, nadie en la política santafesina hizo de eso un acto político. Hubo responsabilidad de todos, de entender que hay que tirar para el mismo y cuidar sobre todo la institucionalidad de la provincia de Santa Fe. Y no quebrar el orden institucional, algo que el gobernador dice muchas veces. Los narcos buscaron quebrar el orden institucional de la provincia, y todos estuvimos respaldando al gobierno, los que somos parte, pero también los que no son parte. Y eso me parece que es muy importante. —Contame un poco cómo vivió el gobernador esa etapa que nombraste recién, en el inicio de la gestión. —Él era el que llevaba tranquilidad a todos. Yo me acuerdo esa noche, yo termino la sesión del Senado. Ciro Seisas pide la palabra y dice que habían matado a un taxista. Yo volvía para Gálvez, hablo con Vicky Tejeda, la ministra, que vive en Coronda, y le digo “¿qué hacemos?”. Me dijo “vamos a Rosario”. Y ahí vinimos a Rosario. Estaba el ministro de Gobierno, estaba Maxi. El sábado fue lo del playero y Maxi ahí fue el que dijo “vamos a salir de esto, no me voy a mover de Rosario”. Y tenía un temple y una seguridad de lo que había que hacer. Eso es lo que yo vi del gobernador, como alguien que se plantó arriba de la situación. Si bien todos sabíamos que era difícil, decíamos “no se quiebra”. Ese día lo llamé y le dije “realmente sos una persona de Estado, porque lo que estás haciendo es de una persona que cuida a Santa Fe, y con mucha valentía”. Yo sabía que por dentro pasaban muchas cosas y dolía mucho, pero estaba muy firme.

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