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  • Jubilaciones y Ganancias: la violación de la regla de oro fiscal en el país más gravoso del mundo

    Buenos Aires » AmbitoWeb

    Fecha: 23/06/2024 06:50

    Habiendo llegado Argentina a tener los impuestos y la inflación más altas del mundo, la Regla de Oro Fiscal solo puede cumplirse llevando los tributos y los gastos a la baja. Con la Regla de Oro Fiscal general y específica no habría lugar para “planes platita”, tal como la no aplicación del impuesto a las ganancias para la gran mayoría de empleados y la devolución del IVA para las compras. El rechazo del Senado al restablecimiento del Impuesto a las Ganancias para empleados y la media sanción de Diputados a la nueva fórmula jubilatoria tienen algo en común: la violación de la “Regla de Oro Fiscal” por la que no debe haber gasto público sin su fuente genuina de financiamiento. Desde Lógica sostenemos que la falta de cultura fiscal transversal a toda nuestra sociedad es una de las principales causas de la tragedia económica, con los impuestos e inflación más altas del mundo, reflejo del exceso de gasto público, duplicado en las últimas dos décadas. En el último puesto fiscal mundial está nuestra ciudadanía a causa de un régimen que le ha ocultado los impuestos; un sector empresario que no ha incluido la cuestión fiscal en la agenda; un poder judicial que no ha puesto límites a la voracidad fiscal de los tres niveles de gobierno; y, en la cima, un poder político que ha liderado esta falta de cultura fiscal en lo legislativo y ejecutivo con el patrón común de la violación sistemática a dicha Regla de Oro Fiscal. Imaginemos el siguiente diálogo entre el legislador y el ciudadano argentino en las últimas dos décadas, seleccionando aquí sólo 3 entre una centena de preguntas similares: El origen de la tragedia fiscal argentina no ha estado en las propuestas realizadas desde la política sino en que se plantearon en forma incompleta. La última pregunta y respuesta plasman la Regla de Oro Fiscal. No se admite un gasto si no hay una fuente genuina que lo financie, sea un impuesto o la baja de otro gasto. Es la regla aplicada en nuestra casa y familia. Sólo incurrimos en tal gasto si nos aumentan el sueldo, o bajamos tal gasto, o vendemos aquel bien. Y mucho cuidado si nos endeudamos. Pero esa regla tan natural fue violada una y otra vez por una dirigencia política que necesitó de un régimen que ocultara sistemáticamente los impuestos para dar rienda suelta a todo tipo de proyectos políticos y sociales, sin que la sociedad civil prestara atención sobre la forma de financiarlos. Esto provocó la total desconexión del argentino con cualquier cuestión fiscal, siendo funcional a la tragedia económica. La contracara de la política populista es una ciudadanía fiscalmente naive. Pero no por naturaleza, sino porque el régimen la hizo así. Algo así como si el banco nos ocultara el resumen de la tarjeta de crédito durante décadas, promoviendo que se incurra en todo gasto que satisficiera nuestras necesidades, deseos y caprichos. Hasta que un día nos enteramos que la realidad nos ejecuta la hipoteca y nos quedamos en la calle. Existen países en los que la Regla de Oro Fiscal está inserta en el corazón de su régimen fiscal. Por ejemplo, la Ley Fundamental de Alemania dispone que el presupuesto federal debe ser equilibrado sin déficits estructurales y que los gastos deben financiarse en su totalidad con ingresos generados por la Tesorería Federal. En Suiza y Suecia también existe una Regla de Oro Fiscal que aplica para que todo aumento de gasto público se financie con ingresos adicionales o recortes de otros programas. Más cerca, Chile no sólo aplica dicha regla para el presupuesto general sino también para cada gasto específico. La Constitución dispone que no podrá el Congreso aprobar ningún nuevo gasto con cargo a los fondos de la Nación sin que se indiquen, al mismo tiempo, las fuentes de recursos necesarios para atender dicho gasto. Si los recursos dispuestos por el Congreso son insuficientes para financiar cualquier nuevo gasto que se apruebe, el Presidente debe reducir proporcionalmente todos los gastos, cualquiera que sea su naturaleza. Además, el Tribunal Constitucional ha defendido la regla fiscal chilena en distintos fallos. En Argentina, la diputada Silvia Lospennato y otros de su bloque presentaron un proyecto de modificación al Reglamento de la Cámara de Diputados por el cual “todo asunto que contenga erogación de gastos, deberá indicar una estimación del mismo así como la fuente de financiamiento”. Excelente iniciativa. Pero la Regla de Oro Fiscal debe insertarse en el corazón de nuestro sistema legislativo, por ejemplo en la Ley de Administración Financiera. Además, podría ponerse en la cola de las enmiendas de una futura reforma constitucional. Con la Regla de Oro Fiscal general y específica no habría lugar para “planes platita”, tal como la no aplicación del impuesto a las ganancias para la gran mayoría de empleados y la devolución del IVA para las compras, las cuales fueron irresponsablemente impulsadas, con fines electoralistas, por el anterior oficialismo, con el apoyo del actual presidente. Las vueltas de la vida, el restablecimiento de ganancias se convirtió en una de las principales “piedras en el zapato” del paquete fiscal. Tampoco habría lugar para fórmulas jubilatorias que desequilibren el presupuesto. Porque en la misma ley debería sancionarse la forma de financiar el incremento resultante de dicha fórmula. Si no, la ley no sale. Desde Lógica impulsaremos la Regla de Oro Fiscal para los tres niveles de gobierno, con aplicación para el presupuesto general (ya anunciado en distintas oportunidades por el presidente a nivel nacional, al estilo alemán) y también para cada gasto específico que se sancione (modelo chileno), con el convencimiento que esta norma será clave para la generación de cultura y lógica fiscal en nuestros legisladores. Con la aclaración que el equilibrio fiscal es condición necesaria pero no suficiente. Habiendo llegado Argentina a tener los impuestos y la inflación más altas del mundo, reflejo de un gasto público desbordado durante las últimas dos décadas, la Regla de Oro Fiscal solo puede cumplirse llevando los tributos y los gastos a la baja. Sólo tendremos un país lógico cuando tengamos gastos e impuestos lógicos. Presidente de Lógica, ONG dedicada a generar conciencia fiscal en toda la sociedad.

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