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  • Carta de un león a otro

    » La Prensa

    Fecha: 18/06/2024 09:40

    Meses después de la batalla de Caseros y harto de las veleidades políticas de los porteños y muchos de sus antiguos aliado que habían participado en el Ejército Grande, Justo José de Urquiza le confesó a Mr. Gore, el representante británico en Buenos Aires (y el mismo que había cobijado a Rosas antes de buscar refugio en una nave inglesa): “Hay un solo hombre para gobernar la nación argentina y es don Juan Manuel de Rosas. Ya estoy preparado para rogarle que vuelva”. Pronto se estableció entre Rosas y Urquiza una amable relación epistolar que incluyó la posibilidad de devolverle los cuantiosos bienes que el Restaurador poseía en el país. Además Urquiza tuvo el gesto de enviarle 1.000 libras esterlinas (un equivalente cercano a un millón de dólares hoy) “que se le debe en pago de los servicios que brindó en defensa de los derechos de soberanía e independencia nacional”. Casi desde sus inicios, la Argentina tuvo una inclinación a ser conducida por autoridades fuertes. Los gobiernos deliberativos parecen estar destinados al fracaso. Los cambios de sistema de gobierno, la anarquía del año 20 y el fracaso de las Constituciones así parecen indicarlo . Después de más 20 años de disputas para imponer un gobierno porteño llegó el momento de la primera presidencia, el desastroso ensayo unitario encabezado por don Bernardino Rivadavia, régimen que sólo sobrevivió hasta que el ejército expedicionario a Brasil regresó triunfante en los campos de batalla, pero derrotado por las intrigas diplomáticas. Fusilado Dorrego y derrotado Lavalle, quedó el camino expedito para el ascenso al poder del Restaurador de las Leyes. Alrededor de su figura se instalaron los hombres fuertes de las provincias como Estanislao López, Urquiza, el fraile Aldao, el indio Ibarra, etc. que gobernaron al país durante hasta 1852 y se defendieron exitosamente de invasiones de connacionales y extranjeros. Sin embargo, no alcanzaron a organizarse legalmente porque las normas jurídicas habrían limitado su poder, hasta entonces omnímodo . El fin del gobierno autocrático de Rosas fue el comienzo del proceso llamado de Organización Nacional. Por fin, después de casi medio siglo, el país tendría su Constitución como las que ya tenían las de los países vecinos. La Argentina había sido la primera en librarse del yugo de España y la última en tener una ley fundamental. SIN TIMIDEZ País de contrastes, formalmente federal pero de un fuerte centralismo que aún no ha resuelto un claro proceso coparticipativo y sin un proyecto único nacional (no ha dejado de ser un país agroexportador que depende de las veleidades del clima en un país, sin un modelo industrial exitoso ni es dueña de una industria de tecnología de punta) la Argentina cae periódicamente en gobiernos autocráticos aunque sean elegidos por el voto popular. Parece necesitar quien ejerza el poder sin timidez... Después de la Segunda Guerra, ante la cierta posibilidad de una Tercera Guerra, el general Perón adhirió a la llamada Tercera Posición, absteniéndose de alinear a la Argentina con Estados Unidos o la Unión Soviética, preparando el país a un rápido (y poco exitoso) proyecto de industrialización para sacarlo del modelo agroexportador. Si bien el mundo estuvo en guerra, no lo hizo en la forma confrontativa como habían sido las guerras previas, sino que fue una contienda larga, pero de baja intensidad (desde Corea a la Caída del Muro de Berlín), conocida como la guerra fría. El sueño de Perón de un rápido enriquecimiento de la Argentina como había sucedido en las dos guerras previas, fracasó. Después de 80 años, el mundo, una vez más, se encuentra polarizado entre Estados Unidos, Europa, Ucrania, Israel, Japón, Taiwán, por un lado; y Rusia, China, Irán y Corea del Norte por el otro rincón. Obviamente existe disensos aún en estos bloques, hay países indecisos y como ha acontecido en muchas contiendas no falta un fuerte componente religioso como fuente de conflicto . ¿Cómo será la próxima guerra? No sabemos aún a qué tipo de enfrentamiento nos dirigimos. Si habrá confrontaciones más clásicas como un Ucrania o acciones terroristas como las acontecidas en Israel o si habrá un abuso de tecnología con bombardeos con drones, o si se usarán armas nucleares en forma limitada o sin restricciones . A diferencia de la Segunda Guerra, donde la carrera nuclear fue muy dispar y la Alemania de Hitler apenas arañó el entendimiento de la física nuclear, hoy un estudiante avanzado con pocos miligramos de uranio puede hacer un desastre . También existe una fuerte tendencia a una guerra teledirigida, a una guerra de Nintendo, más abstracta y precisa . VIENTOS DE GUERRA Estamos en un mundo donde soplan vientos de guerra mientras la mayores fuerzas económicas del mundo están atravesando problemas comerciales y económicos. En el caso de Estados Unidos, hoy se debate en una contienda electoral entre dos figuras tan diferentes y debatidas como Biden y Trump. El gigante americano está pasando por el periodo de mayor vulnerabilidad, de su historia. No solo vulnerable sino incierto ... ¿Apoyará Trump a Ucrania? ¿Qué pasará si Taiwán sufre una agresión por parte de China continental? ¿Que pasa si uno de los muchos misiles que arroja Corea al Mar de Japón cae en territorio nipón? ¿Cómo empezamos con una carta de Urquiza a Rosas y terminamos con Biden y Trump ? Como decíamos antes, en la Argentina a falta de un modelo o proyecto de país seguimos a lideres carismáticos que ejerzan la autoridad y el liderazgo. Políticos ilustrados, ceremoniosos y equilibrados como Frondizi, Illia, Alfonsín y De la Rua no concluyeron sus mandatos, tildados ellos de tibios, de tortugas, de aburridos... Cualquier excusa era buena para que no concluyeran sus mandatos y ante el mínimo signo debilidad integraban lo que con el tiempo se dio en llamar el Club del helicóptero. Hoy vivimos una experiencia nueva, un outsider de la política, sin estructura partidaria, un caso de estudio en el mundo que ganó una elección a través de las redes sociales y quien desde un principio nos tiene acostumbrados a exabruptos, a cierta incontinencia verbal y a una modalidad de duplicar la apuesta. Pero quizás esta “incontinencia”, para darle un nombre, tenga una finalidad. Por una parte la ha convertido en parte de una guerra cultural entre derecha e izquierda y la da mostrando la corrupción,el delirio ,el despilfarro y las contradicciones de los populismos de izquierda.

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