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  • La labilidad del superpoder

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    Fecha: 16/06/2024 04:55

    La metáfora de nuestros presidentes como Superman es remanida. La última tapa de la revista Noticias volvió a colocar un presidente en el primer año de su período presidencia como Superman. Lo mismo que ya había hecho con Néstor Kirchner y Alberto Fernández ahora repitió con Javier Milei, tres presidentes que comenzaron con mucha debilidad: Néstor Kirchner porque asumió con poco más del veinte por ciento de los votos, Alberto Fernández por un poder delegado de su vicepresidenta y Javier Milei por carecer de un partido, sin gobiernos territoriales y con mínimos legisladores. El éxito y el fracaso es siempre en relación con la expectativa y el estadio inmediato anterior que atravesaron: presidentes que asumían con debilidades lograban ser percibidos como empoderados con logros que para otros presidentes serían pírricos. Es el caso de esta semana de Javier Milei, con la aprobación en el Senado de la ley Bases, el efecto éxito resulta de la acumulación de fracasos anteriores tras medio año sin lograr aprobar una sola ley, sumado a las dudas sobre que esta vez lo consiguiera: la mañana del miércoles hasta se dudaba del quórum. Esa percepción de éxito también es resultado del contraste con la semana anterior, cuando el Gobierno atravesaba su peor crisis por los alimentos no distribuidos del Ministerio de Capital Humano y la salida del jefe de Gabinete. Sumado al claro desafío al Gobierno de diputados consiguiendo el número áulico de dos tercios al votar la actualización de las jubilaciones junto a una caída de la actividad similar a la de la pandemia más la pérdida de 250 mil cuentas sueldo, lo que algunos economistas consideran pasar de la estanflación de Massa a la “depreinflación”: combinación de depresión con inflación, siendo la depresión más grave que la recesión. Esto no les gusta a los autoritarios El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad. Hoy más que nunca Suscribite De la peor a la mejor semana sin respiro porque, junto a la ley Bases, se anunció la renovación de swap con China y una inflación mensual del 4,2%, la menor en dos años. Pero así como la sensación de éxito irrumpe vertiginosa, también se extingue. El ejemplo más notorio de rápido derrumbe tras también un vertiginoso crecimiento de la aprobación social fue el de Alberto Fernández al comienzo del covid, con números nunca logrados por otros presidentes de hasta el ochenta por ciento de aprobación, que se diluyó a la casi nada pocos meses después, al conocerse la foto del cumpleaños de su mujer cuando estaban prohibidas las reuniones. La consultora Zuban-Córdoba comparó el daño a la imagen del gobierno de Milei por la crisis del no reparto de alimentos de su ministra Sandra Pettovello con aquella foto en Olivos durante el covid. Finalmente, es la economía la que termina resignificando en el futuro estos malos momentos del pasado de cada presidente, si Alberto Fernández hubiera tenido el éxito económico que tuvo Néstor Kirchner, la foto del cumpleaños en Olivos hubiera sido minimizada, e igual suerte puede seguir la tardía distribución de alimentos de Pettovello. Aquí reside la causa originaria de la labilidad del superpoder: solo se afianza en la media en que la población perciba mejoras económicas concretas, algo mucho más difícil de conseguir, como se demuestra en todo el mundo con sociedades enojadas por el estancamiento que vota oposición de oposición recurrentemente. La labilidad del superpoder presidencial es resultado de la fluctuación rápida e intensa de las emociones sociales. La inestabilidad del ánimo de las masas hace que lo mismo que en auge es considerado virtud se transforma en defecto. El liderazgo testoterónico de Milei puede pasar de ser una demostración del coraje frente a la hibridez del gobierno de Mauricio Macri a ser percibido como autocrático si la economía no mejorase. Y lo que hoy puede percibirse como modernización, en la medida en que la sociedad no perciba mejoras concretas pasará a ser algo peor que conservadorismo, directamente retrógrado. Y el vocabulario intemperante que es celebrado como muestra de convicción pasará a ser una muestra impúdica de intolerancia. También esta semana el Presidente cumplió su primer medio año en el ejercicio del poder y luce arrugas de envejecimiento en su rostro por medio año intensísimo y frenético. Ojalá que esas arrugas sean de la sabiduría que lo lleven a aprender a conciliar con los legisladores y deje de atacarlos: “La primera vez se puede ofender por ignorancia, la segunda por villanía”, sostuvo José Ingenieros. También que su viaje a China desmintiendo sus dichos de campaña sobre que no tendría relaciones con un Estado comunista implique dejar atrás su fanatismo de un saber único. Que Xi Jinping lo reciba el 4 de julio, día patrio de los Estados Unidos, puede ayudarlo también a reflexionar cuánto gana y cuánto pierde con su decir volcánico. Y en el futuro, así como ahora se abraza afectuoso al papa Francisco después de haberlo calificado de representante del diablo en la Tierra, pueda hacer lo mismo con Lula y el propio presidente chino (ojalá ellos tengan igual paciencia que el Papa).

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