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  • Sumar activará la mesa de partidos de forma "inminente" y mira a otoño para recomponerse

    » Diario Cordoba

    Fecha: 16/06/2024 04:50

    El partido de Yolanda Díaz renuncia abiertamente a ser el eje de los acuerdos en la izquierda y activará de forma "inminente" la mesa de partidos con el resto de organizaciones aliadas para abrir una "nueva etapa" marcada por la igualdad, en lugar de la aspiración inicial de Movimiento Sumar de centralizar toda la coalición Sumar, formada por distintos actores. La organización de Díaz, fundada oficialmente hace apenas tres meses, había asumido el peso de las decisiones del espacio, ante el fortísimo malestar de fuerzas como Izquierda Unida o Más Madrid, que reclamaron métodos más democráticos a la hora de relacionarse, atendiendo también a su peso en cada uno de los territorios. La dimisión de Yolanda Díaz como máxima responsable orgánica de Sumar abrió una crisis que todavía están navegando. Ella misma, unos días después, asumió su papel secundario en la articulación de la izquierda alternativa al PSOE, pese a seguirá siendo, como vicepresidenta, responsable de coordinar a los ministros de Sumar en el Gobierno líder del ala minoritaria de la coalición. Su paso atrás abrió un "tiempo de reflexión" en la organización, donde se le sustituyó por una coordinadora colegiada elegida el pasado jueves, con carácter inicialmente provisional y formada por cuatro personas, Lara Hernández, Elisabeth Duval, Txema Guijarro y Rosa Martínez. Este órgano se reunirá por primera vez este lunes con el mandato de entablar conversaciones con el resto de fuerzas, algo que prevén materializar en los próximos días y cuya aspiración es activar de manera "inminente", para poder abrir las conversaciones antes del parón veraniego, y con el objetivo de lograr cierta estabilidad de cara a otoño, cuando Movimiento Sumar celebre la que estaba llamada a ser su Asamblea fundacional. CAMBIOS EN OTOÑO Después de quedar en el aire tras la dimisión de Díaz, esta Asamblea de otoño se mantendrá, según acordó la dirección la pasada semana, pero está previsto que cambie radicalmente su cariz: si en un principio estaba planteado como algo constituyente, para ratificar el modelo ya aprobado en marzo con un papel testimonial de los partidos frente a Yolanda Díaz, ahora se asume que la nueva cita tendrá que enmendar los documentos ya aprobados para cambiar radicalmente el modelo de organización. El objetivo es "adaptarlo a la nueva realidad", asumiendo que el partido de Díaz "ya no es un paraguas" para el resto de organizaciones, que han pasado página y renuncian ya a integrarse en su dirección. Pero no sólo eso: en esa Asamblea, Movimiento Sumar - el partido- deberá superar la interinidad que ahora tiene su máxima dirección tras la salida de Díaz. Si bien fue elegida inicialmente con un carácter provisional, distintas voces de la formación apuntan a que ese modelo de dirección colegiada podría ratificarse como definitiva en la Asamblea de otoño, después de unos meses "a prueba". En este sentido, algunos dirigentes de la dirección advierten de que esta composición no es casual y que busca superar un ciclo donde "la dirección de las organizaciones políticas estaban marcadas por figuras individuales". Este giro de timón otorga a la organización, señalan, un componente "más plural y democrático y menos impositivo". AMENAZA DE CRISIS DE GOBIERNO Los últimos meses han sido un antes y un después en la relación de Yolanda Díaz con el resto de partidos aliados. Las tensiones crecieron enormemente ya en la precampaña de las europeas, durante la negociación de las listas. En ese momento, Yolanda Díaz, a través de Josep Vendrell, lideraba la negociación con cada una de las fuerzas, decidiendo en último lugar el diseño de la candidatura, donde IU terminó aceptando el cuarto puesto pese al agravio y después de un importante debate. Un puesto que le ha llevado a quedar fuera del Parlamento Europeo por primera vez en su historia, al lograr Sumar sólo tres escaños. Yolanda Díaz junto a los ministros de Sumar; a su lado, Pablo Bustinduy y Sira Rego, y detrás Ernest Urtasun y Mónica García. / Eduardo Parra En esas semanas todo tenía que pasar por el partido de Díaz. Tanto es así que el único elemento que escapó de su control estuvo a punto de hacer saltar por los aires la coalición electoral de Sumar, cuando Compromís, Más Madrid e IU se reunieron de manera independiente a la vicepresidenta y los Comunes, los únicos que a día de hoy no han renegado del proyecto de la vicepresidenta. En aquella reunión, celebrada el 10 de abril y adelantada por EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo editor de Prensa Ibérica, los distintos partidos hicieron llegar a Vendrell una propuesta conjunta de listas, donde IU ocupaba el segundo puesto, Compromís el tercero y Más Madrid el cuarto, mientras los catalanes quedaban relegados al quinto puesto. Pero Yolanda Díaz no sólo frenó esta propuesta, sino que montó el cólera contra las formaciones responsables, al considerar que habían actuado a sus espaldas. IU y Más Madrid fueron castigados después en las listas, con puestos que no estaban asegurados, por debajo de Comuns, a quienes premiaron con el dos, y Compromís, que amenazaban con presentarse en solitario. La propia vicepresidenta del Gobierno amenazó con una crisis de Gobierno para apartar a miembros de estas formaciones en el Gobierno. Una amenaza que nunca llegó a cumplir. Pero ese episodio supuso un punto de inflexión en el espacio de izquierdas y crecieron los recelos, el hartazgo y la desconfianza hacia la dirigente gallega, que ahora ha tenido que dar un paso atrás para facilitar la recomposición del espacio.

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