Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • “Voy a bajar el precio de la nafta”, promete el presidente de YPF

    » Clarin

    Fecha: 15/06/2024 13:03

    “Soy la primera persona en Argentina que va a bajar la nafta”, aseguró Horacio Marín, el CEO y presidente de YPF, empresa con mayoría de acciones estatales que considera “inviable” vender. La promesa de quien lidera la principal petrolera del país podría honrarse cuando el petróleo en Argentina cueste lo mismo que en el mercado internacional, algo que anhelan las productoras y propicia el discutido Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) que debate el Congreso Nacional. El precio del petróleo es el principal componente del valor de los combustibles y, aunque desde el punto de vista formal es libre, en la realidad está condicionado por la política energética de cada gobierno. A pesar de sucesivos ajustes, en el país el barril aún es alrededor de 10 dólares más barato que en el mundo. Mientras esa brecha se sigue cerrando, hay margen para que las naftas sigan aumentando porque se encarece el petróleo, amén de otros componentes como los impuestos o el margen de las refinadoras. Pero cuando los precios estén “alineados”, como aspiran las empresas y habilita la legislación generada por el gobierno de Javier Mieli, “si un mes bajan afuera, al otro bajarán acá”, aseguró el jefe de la compañía con mayor participación en todos los segmentos del mercado. Esa eventual conexión directa sería una rareza. Aún con otros sistemas de precios que en teoría ligaban las remarcaciones locales a los vaivenes del mercado mundial, los surtidores locales registran las subas pero nunca las bajas. “Nosotros acabamos de bajar el gasoil”, ejemplificó el directivo, cuyo adn profesional fue moldeado en Tecpetrol, la energética del grupo Techint. La demanda de combustibles está subiendo, lo que sugiere que los consumidores ya absorbieron los aumentos post devaluación de diciembre. El RIGI está previsto en uno de los capítulos del remozado proyecto de Ley de Bases que estaría a punto de alumbrar el Congreso Nacional, después de arduas negociaciones. Se trata de un régimen por 30 años de incentivo fiscales y cambiarios previstos para proyectos que demanden grandes volúmenes de inversión, como los que permitirían al país transformarse en un gran exportador de gas natural licuado, si consigue construir gasoductos y plantas de licuefacción para poder comprimirlo y despacharlo en barco. YPF es la empresa que tiene una iniciativa más consolidada en ese sentido, en sociedad con la malaya Petronas. Además, sostiene conversaciones con firmas locales, otras de India, Asia y Europa con el doble propósito de asegurarse compradores del gas licuado y socios inversores, ya que los emprendimientos para licuar gas son infinanciables por una sola empresa local. El GNL (gas natural licuado) es una de las patas del programa de YPF, denominado “4 por 4”, para cuadriplicar el valor de la compañía en cuatro años, focalizando los esfuerzos en lo que es más rentable, empezando por Vaca Muerta. Por eso la empresa comandada desde su sede en Puerto Madero se está desprendiendo de campos convencionales maduros y, según proyecta Marín, venderá la distribuidora gasífera Metrogas, YPF Brasil, YPF Bolivia, YPF Chile y Refinor e YTech se centrará sólo en los emprendimientos ligados a la energía. Sí quedarán en el universo ypefiano otras joyas como YPF Luz, asociada a la provisión de electricidad verde, y la productora de fertilizantes Profértil, que es muy rentable. “Energía para la comida” es el slogan que ensaya el platense Marín para fundar esta decisión. El RIGI es para cualquier sector de la economía. Pero en la actual coyuntura resulta una herramienta ajustada a hidrocarburos y minería, con emprendimientos en carpeta que requieren grandes desembolsos de capital. La generosa rebaja en las alícuotas del Impuesto a las Ganancias, importaciones sin aranceles, libertad para exportar y disponibilidad total de divisas son algunos de los beneficios que ese régimen concederá a los grandes emprendimientos. Legisladores de la oposición, consultores y economistas con distinta cosmovisión entre sí, lo objetaron por entenderlo como excesivamente generoso para los beneficiarios y no garantizar la inclusión de proveedores locales, algo que se intenta subsanar con un retoque en el articulado. También hay detractores que objetaron públicamente la necesidad de un régimen nuevo, considerando que, aún sin esas prerrogativas, las empresas invertirían igual. “Sin RIGI no habrá GNL y Argentina se perderá de exportar por 30.000 millones de dólares en 2030”, sentenció Marín. -¿Qué les dice a quienes consideran excesivos esos beneficios? -El 35% de cero (alusión a la alícuota de Ganancias) es cero. Si no hay proyectos no hay utilidades para gravar. Algunos legisladores lo entienden. Si alguien va a pedir financiamiento para vender a 8 dólares el millón de BTU de gas licuado, precio competitivo en el mercado del mundo pero no rentable, el banco rechazará la propuesta. -Entonces sin RIGI también abortaría el Plan 4 por 4 de YPF. -No abortaría. Podría quedar en 3 por 4, en todo caso. Con el GNL llego más fácil al objetivo cuadriplicar el valor de la compañía. Pero no dependo de ésto. También tengo el petróleo, que en este momento es más rentable e independiente de cuestiones macroeconómicas circunstanciales. -También hay preocupación por la posible exclusión de proveedores locales en los grandes proyectos. -Vaca Muerta justificaría al menos ocho Fortín de Piedra (campo con el que Tecpetrol protagonizó la producción de gas no convencional) y para desarrollarlo se sumaron 1.000 pymes. -¿Por qué el Gobierno excluyó a YPF del listado de privatizables? -YPF es una sociedad anónima que cotiza en Nueva York. El Estado (dueño del 51%) podría vender las acciones, pero eso no sería privatizar. Y para venderlas es necesario que la decisión sea respaldada por los dos tercios de senadores y de diputados. Para mí eso es políticamente inviable. Marín está convencido de que seguirá frente a la empresa energética de más envergadura del país hasta 2031 liderando una gestión que asegura libre de mandatos políticos. “Nadie en el Gobierno me dice qué hacer”. Para entonces la acción habría alcanzado los 60 dólares por unidad y comprar aquel 51% en manos estatales sería un cometido eventualmente imposible casi para cualquier interesado, en particular si es una empresa local. Por ahora, es el sueño de un ejecutivo que milita por la meritocracia. Antes de ese futuro lejano, el Parlamento posiblemente habrá sancionado el RIGI y Enarsa habrá terminado obras clave para duplicar la capacidad del Gasoducto Néstor Kirchner. Esto disminuirá la necesidad de importar y la chance de otro faltante de gas como el que días atrás justificó cortes a las estaciones de gas natural comprimido (GNC) y a algunas industrias. La firma estatal encargada de esos proyectos asegura que el 9 de Julio estará lista la planta compresora neuquina de Tratayén, necesaria para llenar con más potencia el primer tramo de aquel caño. Y a fin de septiembre se completarían las otras dos y la reversión del gasoducto Norte, para que el gas de Vaca Muerta trepe por el mapa desde el sur. Gestión estatal y recursos públicos, dato que podría incomodar a los libertarios de pura cepa.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por