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  • El Gobierno niega la salida de Nicolás Posse, pero el jefe de Gabinete está en la cuerda floja

    » Clarin

    Fecha: 23/05/2024 16:08

    El Gobierno tuvo que salir a desmentir la posible salida del jefe de Gabinete Nicolás Posse, pero al ministro coordinador “lo liman” desde los despachos más importantes de la Casa Rosada. Ya suenan nombres para reemplazarlo en un virtual relanzamiento del Gobierno. “Eso (la posibilidad de que renuncie) no es verdad. Se suma a tantas otras (versiones). Pasamos por (Guillermo) Francos, (Sandra) Pettovello y (Luis) “Toto” Caputo. Y ahora Nicolás Posse”, señaló el vocero presidencial Manuel Adorni durante su habitual conferencia de prensa. La ausencia del ministro coordinador en el acto del Presidente en el Luna Park alimentó el runrun de versiones sobre una posible salida del jefe de Gabinete. En el entorno de Posse no dieron demasiadas explicaciones sobre su ausencia y consignaron que la explicación sería de índole personal, porque -aunque planeaba ir- prefiere evitar los compromisos nocturnos. El jefe de Gabinete no fue el único que tuvo problemas para asistir al show de Milei en el Luna Park, cuya organización dependió de Karina, la hermana del Presidente. El brigadier Jorge Antelo, uno de los hombres de máxima confianza de Posse, tuvo que pedir una entrada para poder ingresar, porque nunca recibió el e-mail para anotarse en el listado. A pesar de que en el Ejecutivo lo niegan públicamente, Posse sufre el empoderamiento de la secretaria general de Presidencia Karina Milei, que figura arriba del jefe de Gabinete en el Mapa del Estado -donde se publica el organigrama estatal- y que ya conduce la política del Gobierno. La hermana del Presidente incluso lleva adelante las reuniones de Gabinete a las que no asiste el mandatario y en el oficialismo la señalan como la principal responsable de “raspar” al ministro. La falta de éxitos políticos del Gobierno, que sigue sin poder conseguir un dictamen de la ley bases en el Senado y sin leyes sancionadas en los primeros seis meses de gestión, incrementaron los ruidos internos y avivaron las especulaciones de cambios. La gestión -que incluye subejecución, cambios en el elenco y también es observada puertas adentro y afuera del Gobierno- también es eje de críticas. “Decir que lo están limando es poco”, señala un dirigente del oficialismo que sabe de la estima personal que el Presidente siente por su ex compañero en la Corporación América. “El quilombo empezó con lo de los sueldos”, rememoran en el Gobierno. “Los de los sueldos” fue el aumento del 48 por ciento de los haberes que se había autoadjudicado por decreto el Presidente y el Gabinete en febrero, en pleno ajuste, y que obligó a una marcha atrás a las 48 horas, cuando el episodio se convirtió en escándalo. En la narrativa oficial pagó el secretario de Trabajo Omar Yasin que fue despedido por el Presidente en televisión. Puertas adentro, nadie ignoraba que la responsabilidad era de Jefatura de Gabinete; en especial de la secretaria de Transformación del Estado y Función Pública que conducía Armando Guibert y que se fue una semana después del error no forzado y de que se consumara el despido de 15 mil estatales. La gestión de las empresas públicas -otra área que maneja Posse a través de Mariano González Botto- también mete ruido. El ministro coordinador colocó gente en casi todas las empresas públicas. La sociedad política que establecieron el ministro de Economía Luis Caputo y Posse también empezó a desinflarse. El poder del jefe de Gabinete, que colocó funcionarios que le responden en Trabajo y Defensa y en algunas de las principales cajas del Estado, empezó a menguar. En el Gobierno y en la oposición cercana al Ejecutivo cuestionaron que la jefatura de Gabinete se desentendió de las gestiones por la ley ómnibus y el paquete fiscal la semana pasada para priorizar el primer informe de gestión del ministro ante el Senado. “Perdieron 4 días”, se lamentaron al recordar que la prioridad del Presidente era que ambas leyes estuvieran listas antes del 25 de mayo. . Luego del discurso de Milei del 1 de marzo, el jefe de Gabinete se puso al frente de las negociaciones políticas con los gobernadores, pero poco a poco delegó esa función en su segundo, José Rolandi, que trabaja codo a codo con el secretario de Interior Lisandro Catalán y Santiago Caputo, asesor estrella del Presidente, a quienes varios le adjudican -junto a Karina y el propio Javier Milei- la responsabilidad de “rayar” a Posse. En el oficialismo nadie habla de cambios en público y todos prefieren evitar ser mencionados. Ascender a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich -dueña de sus votos, según la opinión de Milei- no es disparatado. En el entorno de la ministra hay un silencio sepulcral. Sostienen que la ex candidata a presidenta de JxC es obediente y cree que Posse se está acomodando. "Patricia es de las obedientes. No hace público lo que muchos piensan", afirman. "Puro humo", descartan bullrichistas que el miércoles acudieron al Luna Park. La unción de Bullrich -con 30 años en la función pública- facilitaría además la fusión con el PRO y LLA que entusiasma al Presidente y a la ministra y a la que Mauricio Macri resiste con condiciones. El riesgo -recuerdan- es liberar una Cartera sobre la que la vicepresidenta Victoria Villarruel había posado sus ojos antes del 10 de diciembre. Una alternativa con buenas posibilidades es la de promover al ministro del Interior Guillermo Francos, aun a riesgo de que se liberase un casillero muy codiciado por la política y los aliados del Presidente. Macri había sido uno de los pocos que dejó trascender su malestar con Posse por su reticencia a dejar que ex funcionarios de segunda y tercera línea ingresaran al Ejecutivo para dinamizar la gestión. “Nicolás es un técnico profesional muy capaz y que no quiere jugar a ser político, algo que no es”, sostienen funcionarios de larga trayectoria que abrazaron la fe libertaria.

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