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» Diario Republica
Fecha: 17/05/2024 05:48
La primera ambulancia tardó veinte minutos en arribar y las otras dos demoraron, incluso, más. Foto: captura de video. Una pareja de jubilados y su nieto adolescente discapacitado continúan internados en el Hospital Central "Ramón Carrillo" de San Luis. Este jueves los tres habían inhalado el monóxido de carbono de un calefactor de su casa, en el barrio 116 Viviendas. Sucedió, según dijo un pariente de las víctimas, porque habían tapado la salida externa del aparato. Dos de ellos habían conseguido mejorar y superar la intoxicación que habían sufrido, pero el hombre no lograba recuperarse y seguía en terapia intensiva. De acuerdo a un escueto parte difundido por el Ministerio de Salud, "la mujer y el menor de edad se encuentran en la guardia del hospital, respondiendo favorablemente al trabajo del equipo médico". El adulto permanecía con "asistencia respiratoria mecánica y con pronóstico reservado". Todo sucedió cerca de las 11, en la casa 1 de la manzana 476, del barrio también conocido como Cristo Rey. El primero en advertir lo que pasó fue Nicolás, tío del adolescente internado. El hombre contó que su sobrino guardaba una camioneta en lo de sus abuelos. "Yo estaba por partir de regreso a Córdoba y cuando fui a buscar la camioneta, vi que estaban inconscientes los tres", relató. La pareja de jubilados y su nieto estaban en la misma habitación. "Les avisé a mis suegros, fuimos a ver y llamamos una ambulancia", narró. Recordó que la primera unidad sanitaria demoró al menos 20 minutos en arribar. Una vez que llegó y su personal constató la gravedad del estado de las personas intoxicadas, solicitaron otras dos ambulancias de cuidados críticos. Esas unidades de salud tardaron incluso más que la primera en llegar. En un primer momento, la mujer era la que parecía atravesar el cuadro más grave, pero con el correr de las horas mejoró. Nicolás supone que lo que ocurrió tuvo que ver con un problema que tenía el calefactor y lo que uno de los que vivía en el domicilio había hecho para evitar la pérdida de calor y que se mantuviera caliente el aire de la casa. "El calefactor, al parecer, se apagaba y se ve que ellos taparon la salida del lado de afuera que tenía", detalló. Las víctimas seguro no se dieron cuenta de lo que pasaba, dado que el monóxido de carbono no tiene olor ni color, pero puede causar tranquilamente la muerte. Redacción
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