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  • Una casa rajada, del piso al techo

    » La arena

    Fecha: 16/05/2024 05:05

    En la esquina de Paul Harris y Sequeira, en el barrio Matadero, hay una casa cuyas paredes exhiben importantes rajaduras desde el piso hasta el techo. Su propietaria, Silvia Juárez, contó que los problemas comenzaron hace unos dos años, como consecuencia de una avería en el sistema de agua potable. “El agua se fue metiendo debajo de la casa y comenzaron a aparecer grietas en las paredes. Toda la casa está como flotando”, dijo. Resulta a todas luces peligroso seguir ocupando la vivienda en estas condiciones, pero la familia carece de recursos suficientes para afrontar un arreglo estructural. “Mientras tanto, el problema continúa avanzando y se va agrietando cada vez más la pared del medio que sostiene toda la casa”, advirtió. En diálogo con Radio Noticias (FM 99.5), la vecina contó que “el problema comenzó hace dos años, cuando se rompió una cañería y apareció una pérdida de agua sobre la vereda, a dos metros de mi casa”. Luego de numerosos llamados a la municipalidad, finalmente acudió una cuadrilla, cuyos operarios “cavaron y encontraron una caja, enterrada un metro debajo de la superficie, que estaba rota”, recordó. Grietas del piso al techo. “Antes de que se rompiera la cañería habíamos construido una vereda, y entonces nos dimos cuenta de que algo pasaba porque la veredita empezó a desprenderse de la pared”, recuerda. Según Silvia, “toda esa agua fue metiéndose debajo de la casa y al mes comenzaron a aparecer las rajaduras. Primero se desniveló y se partió la vereda, luego comenzamos a observar grietas en las paredes”, contó. Al mismo tiempo, “comenzó a sentirse olor a cloacas, porque el piso se desniveló donde está la cámara séptica. Y yo temo que la casa se desmorone, porque el piso suena a hueco”, añadió. Las grietas son enormes y se ven a simple vista desde la calle. Juárez ingresa a la casa para mostrar que todas las paredes lucen igual. “Mis nietos, que son chiquitos, duermen en esta habitación que es el único paso hacia el patio. Y yo tengo mucho miedo de que se hunda”, asegura, mientras señala esas profundas heridas que surcan sus paredes desde el piso hasta el techo.

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