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  • Osvaldo Fernández: “Los modelos integrados, permiten mayor rentabilidad en la producción de carne”

    » Los Andes

    Fecha: 12/05/2024 04:40

    En sus inicios agrícolas, Mendoza también floreció gracias a la ganadería. La provincia cuenta con 9 millones y medio de hectáreas de superficie, de las cuales solo 300.000 están bajo un sistemas de riego. La ganadería que se hace mayormente en esta región se despliega principalmente en áreas de secano, donde no la mano del hombre no riega, lo que lleva a que las cargas sean de un animal bovino por cada 15 a 20 hectáreas. Sin embargo hay esperanzas puestas en el desarrollo, en otros modelos de gestión, en el subsidio de energía para obtener más agua y así apalancar la producción. “Con el subsidio a la energía, del pozo se espera una nueva reactivación de las fincas para producir forraje, que finalmente van a producir carne”, sostiene Osvaldo Fernández, un productor ganadero de San Rafael, que trabaja bajo el sistema de feedlot. En su finca “Renacer”, ubicada en el límite del oasis, busca desafiar el límite de la producción tradicional de grano en la zona, que no superan los 60.000 a 70.000 kilos de maíz por hectárea, pensando en convertirla en alimento animal. En su visión, mantiene viva esta historia al combinar áreas de secano con otras bajo riego para producir en forma eficiente. En Mendoza, la ganadería enfrenta un desafío: el consumo local de novillos es alto, pero la producción de terneros de engorde es limitada, lo que impacta en la balanza comercial. Fernández, junto con cámaras empresariales, impulsa esta actividad para cambiar el panorama y fortalecer la producción local de carne vacuna. -¿Hay una rentabilidad en la producción ganadera en Mendoza? -Sí. Todo depende del modelo de producción. La pregunta fue muy concreta y la respuesta también los es; pero para ampliar, hay muchos modelos de producción. En nuestro caso, producimos el alimento, hacemos agricultura como insumo para la ganadería y a partir de allí tenemos el alimento para los novillos durante todo el año. Entonces, arrancamos con un precio bajo por el hecho de producir el alimento y ahí determinar la rentabilidad. -¿Y dentro del modelo que usted trabaja con el feedlot, es posible aumentar la producción de carne? -Hay dos aspectos para abordar la respuesta, uno desde el punto de vista empresario y otro desde el punto de vista político. Desde el punto de vista político, haya renta o no hay renta, le sirve a la provincia que haya carne porque haya actividad económica; hay producción, movimiento, circulación de dinero, en fin… hay pago de impuestos por cada movimiento que hay y a la provincia siempre le conviene. Y desde el punto de vista empresario, hay que encontrar un modelo de producción que permita la renta. Los modelos integrados permiten una mayor rentabilidad en la producción de carne; por esto me refiero a producir ternero, producir el alimento, el novillo gordo y finalmente venderlo en el mercado local. -Y con respecto a la venta de carne ¿Qué escenario mediano plazo vislumbran ustedes para la actividad? -Hoy el análisis es complejo porque no solo son variables del mercado de carnes lo que van a definir la renta o el futuro de la actividad ganadera. Porque un contexto que este estable, hay cierta previsión y desde allí se puede calcular si va a haber renta de la actividad o no la habrá. Pero hoy hemos caído a niveles muy bajos de consumo, estamos a 40 kilos de carne por habitante por año, en términos históricos. Pero a su vez hay exportación y un buen valor del dólar, pero estamos mal en término relativo. Con lo cual hay que ver muchas cosas que no tienen que ver con la actividad ganadera para saber si va a haber renta o no. -Se lo preguntaba porque en cierta manera me adelantó el escenario ¿la exportación puede ser un salida? -Lo que pasa es que la producción mayoritariamente abastece el mercado interno, acá ocurren cosas... nacen los terneros, se crían, se venden, se manda al mercado. Acá en Mendoza, nosotros participamos con un 1% del total del mercado de la ganadería en el país; entonces lo que sucede en Liniers, en Cañuelas, es lo importante. Lo que pasa en el país entero, con la macroeconomía, porque la carne es un commodity, determinan el escenario. No importa lo que pasa en Mendoza, para determinar el precio de la carne. -Se había liberado desde nación siete cortes para exportar, ¿esto tracciona a la actividad local? -Se han liberado cortes para la exportación y eso colabora con la atracción hacia la demanda pero también es cierto que hay muy poca hacienda gorda en general en el país, los corrales están muy vacíos y también es cierto que el conjunto de los argentinos está demandando poca carne por falta de poder adquisitivo con lo cual, el equilibrio entre oferta y demanda está muy difícil de determinar, no lo sabe nadie. Los exportadores no están pagando más por un novillo para exportar, y en segundo lugar no se puede tener un novillo para exportar de un día para otro. - Quería preguntarle, con respecto a lo que me estaba contando de San Rafael, si hubo una evolución de la producción de carne. -Sí, muchísimo. entre el 2005 y el 2015, la producción de carne en la provincia aumentó 800%, después se amesetó y ahora están esperando otro crecimiento de la mano de la producción de energía barata y de la mano del agua producida a partir de esa energía. Con el subsidio del pozo se espera una nueva reactivación de las fincas para producir forraje y que finalmente van a producir carne. Es el próximo paso que estamos viendo y esperando para que la producción de carne en Mendoza, porque en el Este y en el Norte también hay producción, es el subsidio de energía y como consecuencia producir más forraje barato bajar los costos bajos de engorde. -Tuvieron una reunión con el Gobernador para tratar este tema, ¿Se ha avanzado en esa dirección? -Sí, el subsidio de la energía es parte del planteos que la Cámara de Comercio de San Rafael y el Clúster Ganadero le hizo al Gobernador. -Por curiosidad, ¿Cómo se trabaja en Finca Renacer? -En Finca Renacer producimos maíz, alfalfa y cebada. Hacemos doble cultivo en por hectárea y todo lo que cosechamos lo picamos y guardamos en bolsas. Una vez que está todo la producción guardada, arranca la actividad del feedlot. Nosotros producimos el 80% de la comida que consumimos en el proceso y el resto lo compramos. -¿Está trabajando con riego tecnificados? -Trabajamos con equipos de riego por goteo y con riego tradicional, mezclamos los dos tipos de riego. -Volviendo a los escenarios, ¿qué es lo que vislumbra a mediano plazo? -Yo estoy consolidando un sistema de trabajo, porque hace 30 años que me dedico a esta actividad. Pero en general, a mediano plazo, creo que van a haber muchas fincas que van a trabajar con forraje por distintos motivos. Uno, porque es que el forraje es una fuente de ingresos; cuando vos tenés una finca que estuvo abandonada necesitas una actividad que requiera de poco dinero para empezar; así con 600 dólares haces una hectárea de alfalfa o con 1000 dólares una hectárea de maíz; mientras que para poner a producir ciruela o durazno se necesitan 20.000 o 30.000 dólares. El forraje es una puerta de ingreso para la actividad, y una vez que hay comida, la cadena se teje sola. 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