Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Cuáles son los mayores enemigos de tus oídos

    » Derf

    Fecha: 10/05/2024 12:01

    Por empezar, cualquier sonido cuya intensidad rebase los 85 decibelios (dB) —un embotellamiento o música ensordecedora— es una amenaza para sus oídos, sobre todo si la exposición es prolongada o reiterada. Puede lesionar o matar las células ciliadas del oído interno, que participan en la transmisión de señales auditivas al cerebro. Entre más intenso sea el ruido, menor será el tiempo necesario para lastimar los oídos de quien esté cerca de la fuente. Como muy pocos contamos con un decibelímetro, para guiarte seguí esta regla general: si necesitas alzar la voz para hacerte escuchar por alguien parado a menos de un brazo de distancia, el daño es latente. Lo ideal es bajar el volumen, retirarse a un lugar menos bullicioso o protegerse con tapones u orejeras diseñadas con tal fin. Escuchar música con audífonos es una causa común de pérdida auditiva. El sonido de muchos celulares y reproductores personales puede alcanzar, o superar, los 100 decibelios. Ciertos dispositivos muestran mensajes cuando el volumen supera el rango recomendado. Si tus aparatos no tienen esa función, bastará con que evites aumentar la intensidad al máximo. A veces, la pérdida auditiva se debe a afecciones subyacentes, como la rotura del tímpano. Asimismo, el oído interno se deteriora por el simple hecho de envejecer y no hay cómo evitarlo. Si sentís que no oís bien, consulta al médico o al fonoaudiólogo. Los auxiliares auditivos suelen ser útiles, en especial si se trata de escuchar lo que alguien está diciendo. La tecnología en sí no resulta cómoda de inmediato, ya que el cerebro necesita reajustarse. Otra de las posibles consecuencias de la exposición al ruido o el envejecimiento es la aparición de acúfenos. Este repique, silbido o zumbido de fondo suele producirse porque el cerebro intenta compensar su incapacidad para percibir el sonido entrante o porque las células ciliadas se lesionan y envían señales confusas. El zumbido podría desaparecer; no obstante, en algunos casos permanece de por vida, ya sea de modo ininterrumpido o esporádico. Aunque el padecimiento afecta de modo diferente a cada uno, el insomnio, el estrés, la irritabilidad y las dificultades para concentrarse se encuentran entre los posibles efectos. Si bien no hay cura para la pérdida auditiva o el zumbido atribuible al envejecimiento, atender estas afecciones evita problemas como aislamiento social, depresión o demencia y, por ende, mejora el estado de ánimo, la independencia y la capacidad de interactuar con los demás.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por