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» El Ancasti
Fecha: 10/05/2024 11:44
El regreso. Cristina Kirchner inauguró el Salón de Mujeres del Bicentenario en el Instituto Patria. A la espera de la demorada reactivación económica, es justo comenzar a reconocer las importantes contribuciones que hace el presidente Javier Milei a la transformación de las prácticas políticas. Incluso Cristina Fernández de Kirchner ha sucumbido a su intensa influencia, protagonista en la era libertaria de unos deliciosos scketchs que le producen en el Instituto Patria y se difunden a través de la plataforma TikTok. Estos breves episodios reflejan diálogos distendidos entre la líder y personas que se llegan a manifestarle su amor, a quienes dispensa un trato cordial, afectuoso y llano. No logran alcanzar todavía la repercusión de las puestas de Milei, estrella indiscutible en el ecosistema de las redes sociales, pero sería aventurado descartar repuntes de la dos veces presidenta, sobre todo ahora que el libertario la ha seleccionado como dilecta antagonista. Fútbol. La actividad comenzará desde las 14 Capital y Chacras ponen en marcha una nueva fecha La Cristina “tiktokera” empezó a rodar y generar algunos titulares un poco antes de su espectacular reaparición con el discurso que ofreció en Quilmes dos días antes de que se iniciara el debate por la Ley Bases y el paquete fiscal en la Cámara de Diputados. Allí desplegó sus reconocidas habilidades para la oratoria y el stand-up, disciplinas en las que puede competir con Milei sin tanta desventaja. La retórica coloquial salpicada de giros populares y gestos reos, que Cristina cultiva para ganar la empatía con sus auditorios, pierde eficacia entre quienes no le profesan admiración devocional debido a unas entonaciones y ademanes de maestra ciruela un tanto insoportables. Los inconvenientes de la petulancia deben haber sido advertidos por los Santiagos Caputos kirchneristas, o por ella misma, de modo que en su última incursión por el atril, ya con la Ley Bases discutiéndose en el Senado, ensayó algunos recursos para neutralizarlos. Fue en el Instituto Patria, donde inauguró el espacio Mujeres del Bicentenario. Se trata de una réplica enriquecida del que Karina Milei erradicó de la Casa Rosada para reemplazarlo por el Salón de los Próceres, integrado solo por hombres. Conceptualmente, la expresidenta explicó que el kirchnerismo no es enemigo del capitalismo que Milei venera, pero promueve un Estado fuerte, que arbitre para equilibrar la cancha y proteger a los actores menos favorecidos de los tiburones que fascinan al libertario. Un cambio importante es que dejó de tratar de usted a Milei para tutearlo. Como si estuviera en una tertulia, diciéndole lo que todos los que estaban en ese momento escuchándola quisieran decirle, en el mismo tono irónico y despectivo. Es una actriz notable. “Además –se lució en un pasaje-, ya te lo dije mil veces: Néstor y yo no nos íbamos de vacaciones ni a La Habana, ni a Beijing, ni a Ciudad Hanoi ni a Moscú. No: éramos más de ir a Nueva York, a Miami también… a Disney World. Argentinos normales de clase media. Siempre lo dijimos: gente común, gente como todos”. Gran triunfo de Milei: su enajenación es endémica. “Éramos más de ir…”. Cristina Kirchner imagina que la “gente común” vacaciona en Nueva York, Miami o Disney World como si tal cosa. Si se adopta su criterio, la Argentina es un país plagado de fenómenos que se privan de tan modestos gustos de puro anormales que son. Encima, tampoco viajan a La Habana, Beijing, Hanoi o Moscú por la tirria que le tienen al socialismo. Solo hace falta que asuman su error, se normalicen para ser “gente como todos” y empiecen a disfrutar de sacarse fotos con el ratón Mickey y pasear por Central Park mientras cantan “New York, New, York. Placeres sencillos de clase media, al alcance de cualquiera. Si al final el peronismo, decía Lorenzo Miguel, es comer tallarines los domingos con la vieja. O, en versión cristinista, hacerse una escapada a Miami.
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