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» La voz
Fecha: 09/05/2024 23:43
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Cuando Jerónimo Luis de Cabrera llegó a estas tierras, se estableció a orillas del río Suquía para fundar la ciudad de Córdoba. Desde entonces las primeras casas cordobesas se construyeron junto al río y con el tiempo los pobladores se fueron moviendo a medida que encontraban el agua más limpia y pura. El Suquía atraviesa la ciudad de oeste a este, y a lo largo de su cauce nacieron barrios, puentes, parques y plazas, mitos y leyendas. Por tal motivo, tiene una importancia histórica, cultural y ambiental relevante en su día a día. El río Suquía nacía antiguamente al sur del Valle de Punilla, más precisamente en la confluencia de los ríos Cosquín, San Antonio y otros cauces menores que hoy alimentan el embalse artificial lago San Roque, cuyo murallón marcaría su nacimiento actual. En su viaje hacia la ciudad, a la altura de La Calera, se despide de las sierras y su caudal se hace manso para ingresar a la zona urbana. Desde sus inicios fue fundamental para la ciudad. Lo fue para los Comechingones que la habitaron en su tiempo y lo sigue siendo en nuestros días, ya que desde su curso se toma el agua que alimenta la planta potabilizadora que lleva su nombre y desde la cual se distribuye a más del 70 por ciento de los hogares, comercios e industrias de la ciudad. El poeta del Suquía y su identidad Antes de la llegada de los españoles, este río era conocido como el río Suquía. Sin embargo, cuando los fundadores apenas pisaron este suelo, lo denominaron río San Juan, y posteriormente río Primero. Durante muchos años se le conoció con este último nombre. No obstante, los vecinos iniciaron una fuerte campaña para que recuperara su denominación original. El discurso más influyente fue el del poeta y escritor Arturo Capdevila, quien llevó adelante esta iniciativa en su libro “Córdoba azul”. A propósito, en el poema “Romance del Suquía” inicia: Yo me llamaba Suquía, ese nombre me quitaron, que de nuevo me lo den, que así quiero ser llamado…” Arturo Capdevila, escritor cordobés que inauguró la imagen y el apelativo de “Córdoba azul”. Fue una intensa campaña basado en los versos de Capdevila, quien falleció en 1967 y no pudo ver concretado su pedido. Sin embargo, el Suquía recuperó su identidad el 12 de septiembre de 1984, cuando la Legislatura cordobesa aprobó la ley que le devolvió el nombre original. Casi 37 kilómetros del río Suquía son los que atraviesan toda la ciudad de Córdoba y esto lo hace ser un protagonista diario en la vida de los cordobeses. Si te gustó esta historia y querés saber más, te invitamos a leer el libro La Historia del Agua en Córdoba y escuchar el Podcast del Agua disponible en Spotify - YouTube! ¡Conocé más sobre nuestras acciones en las redes sociales de Aguas Cordobesas!: Facebook - Instagram – X – YouTube
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