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  • Paro general en Rosario: crónica de una jornada cargada de angustia y matices

    » La Capital

    Fecha: 09/05/2024 17:30

    El paro se siente con fuerza. Sin embargo, no todos pudieron o quisieron sumarse. Un recorrido para saber qué pasa en la ciudad y qué opinan los rosarinos "Ya no se les da tanta bola a los paros" , comenta un taxista . Tras aceptar un viaje de la aplicación Movi Taxi en apenas 30 segundos, lleva a una pasajera a su trabajo. Este jueves es el segundo paro general contra las políticas del gobierno de Javier Milei y la ciudad amaneció diferente. Están quienes quisieron parar y lo hicieron, quienes están de acuerdo con la medida de fuerza pero tuvieron que trabajar igual y quienes argumentan que la salida de esta situación no se consigue abandonando los puestos de trabajo. En una Argentina fragmentada, no es de extrañar que las posiciones frente a la huelga sean tantas y tan distintas. "Si no salgo a trabajar, no llevo plata a mi casa. Hago en promedio unos 25 viajes por día", cuestiona el chofer mientras maneja por las calles casi desiertas. Las postales de la ciudad revelan una jornada atípica. No hay colectivos y trasladarse es complicado. Pese a que los peones y algunos titulares paran, circulan varios taxis, y también se mueven los viajes por aplicaciones. En tanto, algunos comercios y bares decidieron abrir sus puertas y reciben a varios clientes que disfrutan del sol otoñal en las veredas. En el centro, el movimiento es escaso y el paro se siente con fuerza en la mayoría de los sectores laborales, fundamentalmente los formales. Sin embargo, no todos quisieron o pudieron parar. Una jubilada y su marido atienden su local de venta de muebles en calle Rioja. No están de acuerdo con las políticas del gobierno nacional, incluso hubo despidos en su familia y consideran que la pobreza se agudizó en los últimos meses, pero no pueden sumarse al paro. Un día menos de trabajo en este contexto, por más que coincidan con la medida de fuerza, es imposible para ellos en este momento. "Me parece muy mal lo que está haciendo el gobierno. Me duele, no sólo por mí y mi marido, que somos grandes y estamos acá trabajando desde las seis. Recorremos toda la ciudad y vemos la pobreza y el hambre que hay. No estoy ni en contra ni a favor de nadie pero no damos más. Estamos llegando al límite", señala la mujer a La Capital, entre lágrimas. Y agrega: "Estoy muy triste por nuestro país, por toda la gente. Veo mucha gente en la calle, familias que se tuvieron que ir de sus hogares porque no los pueden bancar. La gente no da más. Espero que el gobierno reaccione, tengo una leve esperanza. La tengo que tener para poder levantarme todos los días a trabajar". Mientras tanto, un joven de poco más de 20 años camina rumbo a su estudio de tatuajes. Hoy le tocó patear algunas cuadras, pero va a abrir igual. Comenta que la medida le parece innecesaria. "Al país se lo saca adelante trabajando. Por suerte hay mucha gente trabajando y es lo lógico", sostiene mientras sonríe. En la misma línea, un jubilado analiza en diálogo con este diario que "el paro fue muy rápido" y que el gobierno "tiene apenas cinco meses". Una kiosquera decidió abrir el negocio "un rato" pero está en contra de la medida y siente que "no sirve hacer paro y hunde más a los trabajadores". Y se pregunta: "¿Mañana somos millonarios? ¿Cambia algo?". Cree que, lamentablemente, "esto" no cambia nada. "Lo único que pretendo es que podamos trabajar, vivir de nuestro trabajo y estar tranquilos", reclama y apunta contra "los sindicalistas millonarios". Avanzan las horas en el centro rosarino y un vendedor ambulante llega para ofrecer medias en el cruce de las peatonales. "Vine igual porque tengo que salir todos los días. Tengo que comer todos los días, pago alquiler. Cada uno toma las decisiones que quiere, pero a mí el paro no me favorece en nada", dice. A algunas cuadras, otro vendedor ofrece dos paltas por mil pesos. Dice que si pudiera no estar en la calle, hubiese adherido. "Los sindicatos tienen que tomar una postura firme con respecto a este gobierno. El paro general es la herramienta que tenemos los trabajadores para cambiar las cosas", argumenta. Una militante que partipa de las pocas movilizaciones que hubo -los sindicatos resolvieron que no haya acto central para demostrar la contundencia de la medida de fuerza- se lamenta por "la posibilidad de perder tantos derechos ganados". Con la voz quebrada, balbucea: "No los podemos perder tan fácilmente con un gobierno de fachos y locos que no saben qué carajo hacen pero lo hacen mal. No podemos perder la Patria". empleados de comercio Fuente: Sebastián Suárez Meccia / La Capital Los motivos del paro El paro de las centrales sindicales se realiza en rechazo a la política económica del gobierno, que provocó una caída histórica en el poder adquisitivo del salario y las jubilaciones en los primeros meses de la nueva administración, el despido de miles de trabajadores del Estado, la caída de la producción, el comercio y la construcción, que ya se traducen en un aumento del desempleo, y un paquete de proyectos que apuntan a flexibilizar el mercado de trabajo, abaratar indemnizaciones, eliminar multas por mala registración y limitar el derecho a la organización y acción sindical. También la huelga apunta a frenar la reinstauración del impuesto a las ganancias de los salarios. intersindical.jpeg Foto: Sebastián Suárez Meccia / La Capital El choque directo que fue a buscar el gobierno con el movimiento obrero provocó que la CGT, en cinco meses, realice la mayor seguidilla de paros de la historia reciente. Pero los conflictos y movilización callejera exceden el ámbito de los gremios nucleados en esa central. Desde diciembre hasta estos días hubo cacerolazos, paros, protestas contra los despidos, masivas movilizaciones el 8 M y el 24 de marzo, la multitudinaria concentración en contra los recortes a la universidad pública y un acto contundente el 1º de mayo. En las últimas dos semanas, se sucedieron un paro nacional de trabajadores aceiteros contra la reforma laboral y el impuesto a las ganancias. El lunes comenzó un cronograma de lucha de la confederación de sindicatos del transporte que consistió en asambleas de tres horas para protestar contra el intento de volver a grabar los salarios con el impuesto a los ingresos. El martes se movilizaron las organizaciones sociales y el miércoles pararon los gremios del sector público nacional y provincial en apoyo a su reclamo de aumento salarial. La reacción de Milei El presidente Javier Milei utilizó sus redes sociales este miércoles para dejar en claro su postura sobre el paro general. Subió una imagen suya donde tenía una remera con la leyenda: "Yo no paro". Y acompañó con la frase: "Viva la libertad, carajo". Además, este jueves, a poco de comenzada la huelga, el mandatario nacional publicó otro mensaje: "Nota de color... ¿Saben cómo se dice Faraón en hebreo? Les cuento... PARO A buen entendedor pocas palabras bastan... VIVA LA LIBERTAD CARAJO" Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://twitter.com/JMilei/status/1788567354118422792&partner=&hide_thread=false Nota de color... ¿Saben cómo se dice Faraón en hebreo? Les cuento... PARO A buen entendedor pocas palabras bastan... VIVA LA LIBERTAD CARAJO — Javier Milei (@JMilei) May 9, 2024 También compartió en la red social X un posteo de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, donde le pedía a la población no sumarse a la huelga. Poco antes de publicar su mensaje en redes sociales, Bullrich había arengado a los ciudadanos a denunciar en la Justicia, en el caso de que fueran obligados a adherirse al paro nacional. En ese marco, indicó que estará habilitada la línea 134 para denunciar estas situaciones y aclaró que estará la posibilidad de hacerlo anónimamente, con el objetivo de proteger la identidad de los denunciantes y prevenirlo de sufrir ataques por haber acudido a las autoridades.

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