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  • La ex ministra de Salud de Entre Ríos habló de las amenazas y la violencia ejercidas por el ex diputado Allende

    Chajari » Chajari al dia

    Fecha: 09/05/2024 14:29

    La ex ministra de Salud de la provincia, Sonia Velázquez, se refirió a la causa que le inició al secretario general de la Unión Personal Civil de la Nación y ex diputado provincial, José Ángel Allende por violencia. Por primera vez habló con un medio periodístico y compartió en “Cuestión de Fondo” (Canal 9, Litoral) aspectos nunca antes divulgados de lo que fueron sus padecimientos ante las amenazas y hostigamiento recibido por parte de Allende. Incluso confesó la falta de solidaridad y el vacío que le dieron en la administración del entonces gobernador Gustavo Bordet. Velázquez incluso relató que varias legisladoras del justicialismo se solidarizaron con ella, pero de manera personal, porque sentían temor por la violencia de Allende y compartió su tristeza porque hubo funcionarios que le pedían “que hiciera lo que Allende quería”, para calmarlo. Algo que ella nunca accedió, a pesar de las reiteradas agresiones que padeció y que sólo pudo ponerle un límite cuando logró que la Justicia estableciera una perimetral. Cuando decidió denunciar al secretario general Unión Personal Civil de la Nación (UPCN) y ex diputado provincial, José Ángel Allende, ¿qué pasó en el poder político? -Habría que contextualizar. Cuando decido realizar la denuncia penal, ya venía atravesando un proceso bastante largo, casi un año, desde que decido realizar la denuncia. Ese proceso lo venía atravesando con diversas situaciones realizadas en función de mensajes de texto, audios, llamadas, insultos. Incluso no fue un solo hecho, fueron varios hechos que se venían sucediendo casi al iniciar la gestión. Al iniciar la gestión en junio del 2017, cuando fui convocada para ocupar la cartera ministerial. No solamente conmigo, Allende llamaba a los colaboradores míos que estaban formando parte del equipo de gestión. Y bueno, se había tornado en una situación bastante compleja poder realizar la gobernanza; la gestión, en ese contexto. Creo que fue un hartazgo, un hartazgo de una situación que no la podía no manejar, sino llevar adelante en cuanto a seguir soportando las instancias que venía soportando. ¿Cuándo decide decir “basta”, hasta acá llegó? -Lo denuncio en octubre aproximadamente y en abril del 2018. Fue después de esa intervención que él tiene en la Casa de Gobierno. Se aparece en la Casa de Gobierno aproximadamente a las 19:20 en el despacho de Casa de Gobierno. Ahí aparece desencajado, con una situación que fue de muchos gritos, de amenazas. Ahí, particularmente hubo una amenaza concreta que está incluso en las pruebas colectadas en el expediente de la denuncia. Fue una situación de lo más difícil que me tocó pasar, porque además sentía que no estaba teniendo una conversación normal con una persona en el mismo nivel de conversación y de discusión, ni siquiera. Sino era una persona que estaba frente a mí sacada, gritándome continuamente y exigiéndome a los gritos y totalmente desencajado… de que en ese momento era que echara a la directora del hospital Colonia de Salud Mental de Diamante, Noelia Trossero. Quiero recordar que era la persona que había denunciado en su momento amenazas, toma casi de la institución, por el cual tengo un primer juicio para (los) integrantes del gremio que él conduce. Entonces, después de esa situación que realmente fue muy difícil, para mí muy difícil, yo estaba sola en el despacho, había quedado sola en ese momento, ya se había retirado el personal: recurso humano que trabajaba conmigo y bueno, en un momento me levanto, tomo una jarra de agua y lo invito a retirarse. Me acerco a la puerta, lo invito a retirarse y bueno, después cuando él se fue, se retiró de la oficina, él estaba en compañía de Carina Domínguez (secretaria adjunta de UPCN). Yo lo único que hice es llamar en ese momento al asesor jurídico nuestro y la verdad me largué a llorar. Fue una situación durísima, como de haber esperado un montón de tiempo, que para mí se tornó en una jornada larguísima esa. Y ahí dije entre mí… mejor dicho, al otro día… al otro día cuando me levanté que venía a la Casa de Gobierno a trabajar: lo voy a ir a denunciar. Fue en abril. Le avisé al gobernador en ese momento; no en ese momento, ha pasado el tiempo, en una instancia le aviso al gobernador, le digo la situación que estaba viviendo y le dije que lo voy a denunciar. Quiero avisar. – ¿Cómo fue la reacción del entonces gobernador Gustavo Bordet? -Él dijo… yo quizás se lo dije más tranquilo, no se lo dije en el momento de la situación que viví. Yo siempre pongo en palabras más tranquilas o más armónicas y quizás él lo tomó como una conversación. Y él dijo: bueno, “hace lo que tengas que hacer”. Nada más. Pasó el tiempo, él (por Allende) siguió con instancia también. Él me llamaba, me mandaba mensajes de texto, me mandaba imágenes a altas horas de la madrugada. – ¿Imágenes de qué? -Imágenes de fotos. Por ejemplo, institucionales mías que realizaba en algún evento institucional y él con esas imágenes me las mandaba a mí por mensaje de texto. Y me decía: “sos una persona que no vales nada”, “sos una persona yeta”. Me decía así, esa palabra me acuerdo que utilizaba. Después se me aparecían los distintos eventos que yo realizaba institucionales. Recuerdo uno en el Hospital de Nogoyá, en oportunidad de entregar equipamiento. Él se aparece con gente que estaba con él en el sindicato, en el área política y comienza a gritar en el medio… de cuando yo estaba en la locución, hablando por la entrega institucional de equipamiento que se desarrollaba en ese momento en el Hospital San Blas. Y así sucesivamente. – ¿Le interrumpía el acto institucional? -Sí, sí, sí. Él interrumpía el acto; irrumpía, mejor dicho. Gritaba y obviamente yo no dejaba de hablar y bueno, alguien iba, lo tiraba o lo invitaba, no sé si amablemente. Yo recuerdo que le dije al director del hospital de ese momento, andá y por favor que se retire o que se calme, una cosa así. Y él seguía con sus improperios, sus gritos y así sucesivamente. Recuerdo también una carpa que instaló frente a Casa de Gobierno. Previo a eso me mandó a decir con uno de los colaboradores de los funcionarios, varios colaboradores que trabajábamos juntos, “mañana vamos a ir por la cabeza de tu ministra”. E instaló una carpa delante de Casa de Gobierno. Puso una parrilla, hizo choripanes ahí. En ese momento iba por micrófono y demás, decía cuestiones, obviamente yo no lo estaba escuchando porque estaba adentro en el despacho, pero gente que pasaba por la vereda o ingresaba a Casa de Gobierno escuchaba las cosas que decía sobre mi persona y sobre la función que desarrollaba en el Ministerio. O sea, fueron muchísimos los eventos que se sucedieron en forma sistemática e incluso con cierta convivencia de funcionarios que en algún momento me pedían que hiciera lo que él quería. Él lo que quería era que yo echara a la directora del Hospital de Diamante, que la separara del cargo y que con eso se iba a calmar. O sea, cuando eso sucedió yo dije, bueno, acá estoy en una situación de que a esta persona nadie lo para, nadie le marca un punto de autoridad y entonces no me va a dejar gobernar, decía yo del Ministerio, ¿no? Porque además en esto también yo tenía que estar muy atenta, con una vigilia permanente de la gestión que desarrollaban los hospitales. Yo tuve episodios que se los atribuía porque sé la mecánica gremial, cómo opera la mecánica gremial en una institución, que realmente ponían y atentaban contra la vida de las personas. Y eso yo dije, bueno, realmente esto es grave lo que está sucediendo. Por eso yo cuando planteaba, no era una cuestión de victimizarme, y por eso tampoco había cedido a salir a ningún medio periodístico hasta el día de hoy, que lo estoy haciendo con ustedes, porque tampoco quería distraer la gobernanza. Y yo decía, los ciudadanos, las ciudadanas de Entre Ríos necesitan que su ministra esté armónicamente gestionando y con mucha fortaleza para poder seguir garantizando los derechos de la salud de la población. – ¿Y cómo funcionó la solidaridad política? Más allá de aquellos que le decían, “que haga lugar a lo que él le pide, así la corta”. ¿Se sintió acompañada o se sintió en una inmensa soledad? -Y la verdad que hubo, desde el punto de vista externo, hubo desde el feminismo, la red de concejales justicialistas, algunas legisladoras nacionales, expresiones públicas que se solidarizaron. Pero, hacia el interior del gabinete, el gabinete por supuesto que trabajaba conmigo, obviamente que me acompañó en todo ese proceso, y la verdad que hasta me bancó en ese proceso. -O sea, el gabinete de Salud. -Muy fuerte, ¿no? El gabinete de salud. El resto del gabinete, salvo la vicegobernadora, que ya se solidarizó y fue una de las que presenció situación al lado mío cuando el evento final, que fue anterior a la denuncia, después como que siguió funcionando normalmente y creo que tenía que ser así, que funcionara normalmente. Pero, no hubo, al contrario… Recuerdo, yo ya estaba con una perimetral que se hizo una convocatoria a los dos gremios mayoritarios para discutir un tema de pauta salarial, no recuerdo si de paritaria, y nos convocaron a todos los ministros. Entonces yo aviso: digo, ojo, yo no quiero estar presenciando una situación porque no quiero verlo más, no quiero verla más a esta persona. Entonces concurro y estaba él. Y ahí yo hice valer mis derechos y pedí que se lo desalojara de ahí, del Centro Provincial de Convención. Y verdaderamente se enojaron conmigo. Hubo funcionarios que vinieron a decirme, no podés hacer esto. Y eso fue realmente, o presenciar que después de esta situación concurrían a la sede del sindicato para eventos preelectorales o eventos con él. Sacando y resguardando lo que es el respeto de las instituciones gremiales, a lo cual respeto mucho las instituciones gremiales, pero en este caso quien la conducía había ejercido una violencia sistemática. Hubo legisladoras que me llamaron por lo bajo, o sea, por legisladoras provinciales, ¿no? Y me decían, me solidarizo en forma personal, más privada, porque le tenemos miedo. Es más, él había venido realizando sistemáticamente violencia en el ámbito de la Cámara de Diputados. Y a su vez en ese momento era legislador provincial por el Partido Justicialista y entonces estas legisladoras me decían que con ellas venía ejerciendo también violencia en forma pública; pero nadie en ese ámbito le ponía un párate o nadie le decía… nadie las resguardaba, era como que todos y todas le tenían miedo. – ¿Nunca hubo un intento de disculpa, un intento de perdón de parte de Allende para con usted? -Nunca. Incluso el día del juicio cuando él reconoce los tres delitos penales, él no se dirige, salió por Zoom y se dirige al juez y le dice que reconoce haber cometido este hecho de violencia. Pero, no en lo personal, nunca hubo un intento ni siquiera.

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