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  • El diablo está en los detalles

    » El Ancasti

    Fecha: 09/05/2024 12:22

    El tratamiento de la ley de Emergencia en la Cámara de Diputados planteó las dificultades que tendrán los dirigentes libertarios para afirmarse como alternativa opositora en el orden provincial más allá de los excelentes resultados electorales que obtuvieron colgados de la candidatura presidencial de Javier Milei. En la sesión de ayer, los cinco diputados que componen el bloque de La Libertad Avanza votaron en contra de incorporar a la Emergencia un capítulo específico referido al gasto político, con tres puntos centrales: prohibir que el avión sanitario se utilice para vuelos que no tengan que ver con el traslado de personas con problemas de salud, reducir los ministerios de 18 a 8 y podar los sueldos de gobernador, los funcionarios y los legisladores en un 50%. La propuesta no tenía posibilidades de prosperar porque el oficialismo tiene la mayoría, pero la intención del peronista disidente Hugo “Grillo” Ávila no apuntaba al imposible de modificar la norma, sino a colocar a los libertarios ante una encrucijada y eventualmente diferenciarse de ellos en el énfasis opositor. La lógica más elemental marcaba que el bloque libertario se plegaría a una iniciativa en sintonía perfecta con el discurso de “motosierra” sobre el gasto político con el que Milei agobia a cuanto auditorio o micrófono se le pone al frente. Se trataba en realidad de una taba al aire, que Ávila tiró solicitando la votación nominal. Increíblemente, todo el bloque libertario votó junto con los diputados de Unión por la Patria para rechazar la inclusión de restricciones al gasto político en la Ley de Emergencia provincial: Adrián Brizuela, Verónica Vallejos, Fernando Baigorrí, Federico Lencina y Analía Aguaisol. También acompañaron al oficialismo los dos miembros del PRO, pero es más comprensible: pesa sobre la diputada Natalia Saseta un pedido de desafuero que el peronismo podría activar si se desmarcan. Que el Gobierno lograría ayer la media sanción de la Emergencia era obvio. Lo inesperado fue que el plenario se transformara en una estribación del litigio por el liderazgo del espacio opositor catamarqueño. La victoria libertaria en la batalla electoral del año pasado es inobjetable. La taimada mano de Ávila les permitió a los radicales una módica revancha cuyas proyecciones, por supuesto, están por verse. Por lo pronto, no se puede repicar y andar en la procesión. El acompañamiento de los libertarios y el PRO al oficialismo precisamente para rechazar restricciones al gasto político es contradictorio con las incendiarias filípicas retóricas en contra de la casta. Algunas señales de la conducta que podrían asumir el elenco local de la escudería Milei asomaron en la reunión de Labor Parlamentaria previa a la sesión. Allí la oposición tiene mayoría para condicionar la agenda, pues la comisión está integrada por los presidentes de bloque. Son la UCR, Ávila, los libertarios y el PRO contra Unión por la Patria: 4 a 1. Si los opositores unificaban criterios, el oficialismo se habría visto obligado a solicitar una sesión especial para tratar la Emergencia ayer. Pero La Libertad Avanza y el PRO hicieron mayoría con Unión con la Patria para aprobar el orden del día. Las razones de estos posicionamientos amigables son un misterio. A la contradicción de negarle al Gobierno provincial la Emergencia que Milei pide a nivel nacional, los libertarios catamarqueños sumaron otra peor: apoyar al Gobierno para que no reduzca el gasto político. Con la cantidad de información sobre los avatares de la Ley Bases en el Congreso, es extraño que los legisladores provinciales de La Libertad Avanza no adviertan todavía la importancia que tiene el tratamiento en particular de las leyes. Conviene que adopten el misticismo libertario para afrontar las batallas que vienen. El diablo se esconde en los detalles. n

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