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  • «El agujero que nos une»

    Parana » La Nota Digital

    Fecha: 09/05/2024 05:27

    Poemas de Fabiana Jakubowicz. Cuando tus manos mueran Yo no voy a empujar tu silla de ruedas cuando te quedes sin piernas voy a cargar tu cuerpo hecho de un torso dos brazos y una cabeza siempre tuviste el corazón muy cerca de los extremos como si estuvieras mutilado y fueras solamente un latido, agua desnuda cuando tu cabeza se desprenda voy a inclinar mi espalda como un tobogán para que ruede tu cabeza loca a tus brazos les daré mi lombriz lastimada y vuelta a crecer para que tus dedos escarben voy a llenarme el ombligo de azúcar de migas de pan de piedras y cuando tus manos mueran voy a cocinar su carne a fuego lento dejaré entrar el humo el motor de tu aroma voy a fumar tus cenizas a respirar por primera vez tu mismo aire así es como cargaré tu cuerpo entonces ya no hará falta seguir rompiéndonos vos para ser un corazón puro yo para ser amada por cada una de tus partes nunca más enteros nun ca m á s después de amar F. Jakubowicz (El agujero que nos une) Imagen. Blog GT La abuela no paraba de hablar La abuela no paraba de hablar porque el mundo corría el peligro de congelarse tras la fiebre que se llevó a su padre tras los paños fríos el borsh recién servido sobre la mesa cayó muerto el padre y las bocas se abrieron en un silencio que todo lo tragó La abuela no paraba de hablar y yo hubiese querido levantar una baldosa cavar un túnel huir sin que nadie lo note será que las palabras tenían un pegamento porque no lograba levantarme del sillón ella decía: “mi prima segunda era un caso muy raro cada tanto se quedaba ciega y solamente recuperaba la vista bañándose en el mar eso le pasaba por tener enamorados decía la baba grande mi prima se enamoró dos veces y en pleno invierno la llevaron al mar y se curó la ceguera pero oy veis mir se agarró una neumonía” y después decía “mi padre fue cantante de opera en la gran ciudad de Odesa tenía una voz maravillosa lástima que en aquella época no existían los antibióticos se murió tan joven tan kleine muchachito por la infección en la muela oy veis mir” y volvía a decir: “main ketzale, no comas tanto chocolate hay que cuidar los dientes mame sheine sabías que mi papá se murió por la muela y a mí el chocolate me da patadas al hígado no estés enojada no comas tanto chocolate” la abuela no paraba de hablar y a veces sentía que me ahogaba con su voz era una gota constante en medio de los ojos pero esa voz algunas noches contaba cuentos cuando yo niña asmática me quedaba sin aire en la estepa fría esas noches era un almíbar en el que mis oídos sí querían quedarse “te voy a contar la historia del muchacho que vivía en Rusia y le gustaba mucho ser cantor con cajones de madera construía un teatro en el almacén de su padre entre las bolsas de mijo y garbanzos tenía que cantar a escondidas porque el padre era un señor muy antiguo y le había prohibido dedicarse a las artes pero el cantorcito era feliz cantando de noche cuando todos dormían inflaba la panza así como un globo para respirar con mucho aire y cantar muy fuerte el muchacho cantaba y se ponían a bailar los ratones que estaban escondidos atrás de las bolsas de papa se hacían una fiesta bárbara porque cuando alguien canta con el corazón una magia invisible se produce y resulta que los clientes del almacén misteriosamente después de comer un guiso de legumbres terminaban tarareando canciones que nunca antes habían escuchado y un buen día todo el pueblo se puso a cantar una misma canción la maestra el policía el carpintero los chicos abrieron las puertas de las casas y salieron todos a la calle a bailar y a cantar como si fueran todos una misma persona un solo cuerpo y una misma voz” Jakubowicz (El agujero que nos une) ________________________________________________________ Camposanto No tuve tiempo de buscar un camposanto para Naranja. Muy rápido se descomponen los cuerpos. La vida urge. No tuve tiempo de cavar en las honduras. Confieso la puse en una bolsa negra de residuos, brillaba como un mármol. El camión de basura era un carro fúnebre, los muchachos recolectores abejas reinas, el motor una canción de despedida. La culpa es del tiempo Naranja es también el rayo que ataca a las nubes a las 5 y media de la tarde y las fulmina (“Como un yuyo brota”, Editorial Niña Pez, 2019) Foto. FB BI0 BREVE F. Jakubowicz nació en 1970 y reside en Buenos Aires. Psicoanalista, poeta y canta autora. Fue cantante, compositora y tecladista en las agrupaciones: Almarupay y Musinautas Formó parte del dúo La hilacha( canciones y musipoemas del desatino) y actualmente presenta la obra performática Raras especies, con el auspicio del Fondo Nacional de Las Artes. Publicaciones: // Como un yuyo brota (Editorial Niña Pez, 2019), que generó una serie de video poemas realizados en colaboración con la cineasta Claudia Averbuj. // Habrá sido un presagio (El andamio ediciones, 2022) Es integrante del colectivo Poesía al fuego que organiza varietés en distintos espacios culturales. Es integrante del trio performático “Señora monstruo”

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