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  • Severa crisis de Argentina

    » Los Andes

    Fecha: 09/05/2024 04:55

    “El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo” (Winston Churchill). Javier Milei es un ser humano dotado de virtudes y defectos. El dictador, totalitario o tirano, es un ser humano que se auto percibe sin defectos y solo con virtudes. El fanático es el ser humano que percibe al tirano tal cual él se ve. Nerón, Hitler, Mussolini, Perón, Kirchner y Cristina Kirchner es y eran totalitarios que fanatizaron causando daños irreparables a sus respectivos fanáticos y pueblos. Milei no es un dictador ni yo soy fanático. Por eso voy a referirme a él con la mayor objetividad que me es posible. Por primera vez en mi historia veo un hombre no político con virtudes y defectos que quiere reconstruir Argentina luego de cien años de destrucción. Y después de veinte años de la corrupción más siniestra que asoló a nuestra patria. Esta corrupción la encarnó el kirchnerismo del cual su líder Cristina se encuentra condenada y procesada por varios delitos, tal como otros de sus integrantes que han sido condenados y presos. Pero ella tiene encarnada la idea de que fue la política y Presidente más eficaz, inteligente e importante de la historia, superadora de Perón, y que es una víctima perseguida y proscripta. Sus robos no fueron tales sino las adquisiciones necesarias para desarrollar sus trascendentes tareas. La megalomanía suprema de una narcisista. Pues hay un 20/25% de fanáticos que hacen piquetes, concurren a marchas, tienen canales de TV como C5N, publican manifiestos, piden juicio político a Milei, hacen paros y amenazan con medidas de fuerza como la CGT a días de instalado el gobierno, le impiden cumplir con parte de las promesas de campaña, como gran parte del Senado y Diputados que se votan aumentos siderales de dietas frente a un 50% de pobres, 10% de indigentes y trabajadores y jubilados que viven en condiciones precarias soportando el desquicio que han hecho los políticos de las últimas décadas. Mientras todo esto ocurre, Milei sigue obteniendo éxitos fundamentales para la reconstrucción del país. Pero un grupo de periodistas y politólogos, los menos, han comenzado una tarea muy sutil pero eficaz. Lo atacan por sus modales, gestos, errores, palabras, que convierten dialécticamente en graves fracasos del gobierno, o informan sobre acontecimientos que son falsos tratando con mentiras de desprestigiarlo, como el cierre de las universidades o el ataque a la educación, todo falso absoluto, uno de los pilares de la Libertad Avanza. Circula en el ambiente un deseo manifiesto de destituir a Milei. Y simultáneamente un silencio ruidoso de quienes lo sostienen. Estos no advierten con incomprensible ingenuidad que el kirchnerismo y las fuerzas que lo apoyan trabajan en las sombras para retomar el poder y continuar así dinamitando todas las instituciones propias de la democracia, reinstalando su régimen de corrupción en beneficio propio y en contra del resto de los argentinos de bien. Los partidos políticos se encuentran envueltos en una profunda crisis, sin líderes que los dirijan ni bases programáticas y estructurales que los haga competitivos en 2025 y 2027. Las elecciones de medio término próximas permitirán así a Milei llenar buena parte de las bancas de diputados y senadores que le permitan continuar dos años más con la seguridad de obtener todas las herramientas necesarias para cumplir con las promesas de campaña y reconstruir al Estado. Pero todas las crisis conllevan una gran oportunidad como decía Churchill. Necesitamos partidos políticos de rigurosa creencia democrática y gran honestidad, que constituyan equipos gobernantes de alta responsabilidad y que sean una oposición seria que acompañe las buenas decisiones del gobierno y critique con entera libertad sus equivocaciones y errores que dañen al bien común. Hoy la oposición no luce en modo alguno estas virtudes. Y los fracasos que le produce al gobierno que no son tales, hacen que éste se levante y no pierda el entusiasmo de continuar con la dificilísima tarea que se ha impuesto. Nada impedirá que Milei cumpla con sus promesas, pero debemos ayudarlo, cada uno en su lugar, especialidad y tareas. Cuando advertimos tanta mala fe, tanto deseo de volver a la corrupción, tanto delincuente que quiere regresar a delinquir y tanto apoyo de los seudo democráticos que con palabras que se posan con la suavidad de palomas como decía Friedrich Nietzsche, intentan provocar su resurrección en las sombras, sentimos indignación pero no impotencia. Aún en este imperfecto mundo el bien siempre triunfa sobre el mal. Contra todo pronóstico Milei en solo dos años derrotó al kirchnerismo y al peronismo duro y en solo cuatro meses logró victorias como nadie en el mundo. No solo está transformando Argentina sino la percepción de muchos países sobre la libertad, el capitalismo y el socialismo. Muchos líderes mundiales hablan de él y lo felicitan. Está recibiendo premios internacionales y sobre todo, éxitos en nuestro país impensados hace seis meses. Y son también impresentables los hipócritas que escudándose en una falsa discreción, vociferan con fingida objetividad, con el solo ánimo de destruir y destituir. No me entusiasman ni me agradan las expresiones vulgares de Milei. Las entiendo porque surgen de la mala fe de sus detractores. Pero apoyo la obra colosal emprendida, para devolver a todos, oficialistas y opositores, la Patria de San Martín que nunca debió ser atacada como lo fue.

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