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  • El crítico de vinos Tim Atkin explicó por qué le cuesta competir al vino argentino

    » Mdzol

    Fecha: 09/05/2024 04:15

    Wines of Argentina (WofA), entidad responsable de la promoción del Vino Argentino en los mercados mundiales, fue por 14° año consecutivo la encargada de organizar la degustación anual de Tim Atkin MW, que visitó nuestro país hace unos meses. Tim Atkin MW es uno de los periodistas y Masters of Wine más reconocidos de la industria. Sus recomendaciones y puntuaciones son de suma importancia para las bodegas que los reciben, ya que participa como jurado en competiciones reconocidas internacionalmente. Atkin MW, de origen británico, tiene un BA de la Universidad de Durham en Lenguas Modernas y una maestría de la London School of Economics en Estudios Europeos. Se convirtió en Master of Wine en 2001, luego de ganar el Premio Robert Mondavi. También es Caballero del Vino, Chevalier du Tastevin y miembro de la Ordre du Bontemps. Además de sus destacadas columnas sobre vinos en importantes medios de diferentes países, brinda conferencias alrededor del mundo. Anualmente, elabora un reporte sobre vino argentino y un ranking de los mejores vinos del país. Uno de los referentes en la degustación de vinos. Con este entendido hablamos sobre cuestiones actuales que rodean al vino argentino y su desarrollo en el mundo. ¿Cómo evalúa al vino argentino en relación a lo que se está produciendo en el mundo? Esa es una pregunta muy, muy amplia. Depende de qué parte del mundo estés hablando y de qué estilo de vino argentino. Pero yo diría que en general el vino argentino está en un buen lugar. Creo que es más diverso que nunca, que la calidad de los mejores vinos es mejor que nunca. Los enólogos top están viajando a más países y son más conscientes de los estilos de vinos que se producen en otros lugares. Entonces Argentina puede competir con cualquiera en términos de calidad y diversidad. Un pequeño problema es que a veces los precios pueden parecer bastante altos cuando llegan al mercado extranjero, especialmente si los volúmenes son pequeños. Entonces diría que una de las cosas que le resulta difícil al vino argentino es competir en los mercados de exportación, particularmente en el extremo inferior del mercado. Con la inflación y el efecto que eso ha tenido en el punto base de los precios del vino, sumado a las heladas del año pasado, que redujo los volúmenes, particularmente en el este de Mendoza, ese es un problema potencial. Pero creo, como dije, en términos de calidad general y de la diversidad que Argentina tiene para ofrecer, creo que está en un lugar fantástico. ¿Cree que el Malbec sigue siendo el principal driver para la identidad del país? La respuesta es sí, creo que lo es; el Malbec es un vino argentino. Y creo que la gente asocia esa variedad de uva con Argentina. Quizás lo que no entienden es que el Malbec es capaz de dar cabida a una gran diversidad de estilos de vinos. La cuestión, a pesar de eso, es que Argentina es muy, muy buena produciendo casi todos los estilos de vino, desde vinos espumosos hasta vinos fortificados, vinos dulces, estilos más ligeros de blancos y tintos y también vinos con mucho cuerpo. Entonces creo que Argentina no debería centrarse únicamente en un estilo de vino y una variedad de uva en particular, que es el Malbec. Particularmente en los mercados de exportación, creo que el Malbec es realmente la “calling card” (tarjeta de presentación) como decimos en inglés, para el vino argentino. Por eso creo que no se debe subestimar lo que el Malbec puede hacer por el país. Atkin, elabora el reporte de los vinos argentinos todos los años. ¿Qué opina del estilo de los vinos blancos argentinos? Escribo sobre esto todos los años en mi informe y creo que están mejorando cada vez más. Probablemente hace sólo 15 años era muy difícil encontrar más que un puñado de buenos vinos argentinos en el mercado interno. Ahora la diversidad es increíble. Chardonnays, Semillones, Sauvignon Blancs, Chenin Blancs y también blends de blancos y, por supuesto, Torrontés, que es una variedad de especialidad local. Así que creo que los vinos blancos, nuevamente, para usar la palabra diversidad, son más diversos que nunca. La calidad es mejor. Y creo que también el movimiento que realmente comenzó a mediados de 90s hacia altitudes más elevadas, particularmente en pendientes, fue posible gracias al uso de riego por goteo, que fue importado de Israel. La posibilidad de plantar a mayor altitud en las laderas, particularmente pero no exclusivamente en el Valle de Uco, pero también la apertura de áreas como Chubut o Chapadmalal, climas más frescos, ya sea cerca del océano Atlántico o en la parte sur del país, en Patagonia, también ha hecho que la diversidad y la calidad de los blancos y la acidez natural que tienen sean mejores que nunca. ¿Qué valor tienen el desarrollo del enoturismo y la gastronomía para el vino argentino? Tienen un valor muy fuerte. Y quedé encantado este año tanto en Buenos Aires como en Mendoza, al ver tantos turistas dando vueltas. Y hay que decir que parte de eso se debe a que Argentina representa una muy buena relación calidad-precio para las personas que vienen de otros países, y es comparativamente barato para visitar. La comida es muy buena; hay un gran número de restaurantes excelentes, estés donde estés. La calidad de los productos locales también es muy buena y no sólo la carne, sino obviamente las verduras y, en menor medida, dependiendo del lugar, quizás los mariscos. Creo que la gastronomía es un motor muy importante de la imagen del país y atraerá a mucha gente. ¿Respecto del enoturismo? Genial. Este año me encantó ver a tanta gente tomarse más en serio las ventas directas en las bodegas. Argentina sabe cómo hacer esto con estilo, cómo atraer gente a las bodegas, particularmente, pero no solo en Mendoza, para mostrarle a la gente una experiencia realmente buena. Y creo que Mendoza en particular es un verdadero centro de turismo para Argentina. Y espero que continúe por mucho tiempo. ¿A dónde ve el futuro, en estilo o en lugares? Bueno, creo que en ambas cosas. Depende del lugar y depende del estilo. Y muy a menudo el estilo depende del lugar. Y el lugar, en cierta medida, refleja el estilo o va de la mano del estilo. Entonces no diría que es una cosa o la otra, sino que son ambas cosas. De nuevo, aparece esa palabra “diversidad” de la que vengo hablando. Argentina podrá explorar más nuevas áreas, la mayoría en altitud, pero también más al sur y más al este e incluso más al norte; todas esas nuevas áreas están aportando mayor entusiasmo a la categoría. En términos de estilos, Argentina realmente hace de todo, desde vinos con mucho cuerpo hasta otros que tienen 10, 11% de alcohol. Una vez más, creo que una de las cosas buenas del país es que es capaz de satisfacer tantos paladares diferentes y elaborar tantos estilos diferentes de vino. ¿Cuál es la imagen externa que hoy tiene del vino argentino? Va de la mano de Argentina y de la imagen del país. Obviamente, la economía para la gente que está interesada en esas cosas y la política siempre son un pequeño problema. Pero creo que la mayoría de la gente mira más allá. Les gusta la idea de la comida argentina; la música, particularmente el tango, pero no exclusivamente, porque la escena musical del rock en Argentina es extremadamente buena, y un fútbol vibrante. Y volver a ganar el Mundial fue algo muy bueno y mucha gente se siente muy positiva con respecto al equipo. Eso fue algo bueno. El Malbec es parte muy importante de esa imagen. El turismo, ya lo he mencionado, también es algo bueno. Y lo más importante es que los argentinos como pueblo tienen muy buena imagen fuera del país. La gente piensa en Argentina como un lugar amigable, donde a la gente le gusta divertirse, pasar un buen rato, comer bien, beber bien, escuchar música. Creo que, en muchos sentidos, supera a Brasil en términos de su amor por las festividades y el disfrute.

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